miércoles, 4 de julio de 2012


Todos somos Uno de Cien y no a todos nos dieron una palmada en el culo para que recibiésemos a la vida como se merece; tampoco recibieron, algunos, el cariño de una madre que te decía lo guapo y listo que eras. Seguramente de esos noventa y nueve que quedan te rozarás con... me temo que con ninguno y serás un perdido entre caminos que no encuentra su sitio. Esta estadística animada cuenta que hay una proporción enorme que no tienen acceso a lo más básico, mientras el resto se pelea por ver quién es el guapo que llega a la universidad o el que se muere mañana. Aquí andamos siendo uno, una o ninguno, viviendo preocupados por la salud, el trabajo, el clima, el terrorismo, la política... y todo, todo esto son cosas que nosotros hemos hecho, cosas en las que participamos a diario. Cierto es que muchos tienen agua potable, cierto, pero no somos nosotros; cierto que hay una mayoría que tiene mucho capital y por ende, al ser una centena de mayoría idiotas, serían los que dominarían al resto.
Qué estadística tan mala, tan triste y tan desalentadora. Claro que todas las cosas estas, aunque sean reales, fiel reflejo de un mundo bobo, se pueden cambiar.
La cuestión es saber cómo. Que todos los días nazcan dos y se muera uno es triste porque me temo que de no nacer ninguno seguiríamos muriendo poco a poco, llenos de esperanzas o vacíos de ilusión, mirando al cielo por si llueve y sin saber que hay gente haciendo predicciones a largo plazo para decidir si eres Uno de Cien o Ninguno.

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