martes, 17 de julio de 2012


La foto es una obra de Ibarrola.
De las artes plásticas me gusta mucho la escultura, más que la pintura. Me gusta poder tocar, sentir el temple de los materiales, ver cada detalle del devastado para conseguir una forma que puede ser más o menos real y con el añadido que en la media distancia lo veo como una pintura pero con relieve. Soy yo quien le pone el fondo y la música. Los pintores dirán que no sé mirar un lienzo y me repetirán que hay que saber entender ese lenguaje… Ya lo siento chicos, pero supongo yo que mi natural mirada está preparada para ver un paisaje, una miniatura o una pintura. Supongo que hay unas normas de estética o armonía que ellos, los artistas, intentan conseguir, pero digo yo ¿por qué? Las normas no me hacen la vida más placentera, es fácil que me ayuden a avanzar, por aquello de no perder tiempo pero a la hora del disfrute visual… no me sirven para nada. Creo que desde siempre las flores han sido las mandamases en eso de los colores, infinidad de variables con unos tonos absolutamente hermosos… para mi gusto y sin embargo nos hemos dedicado a planificar lo que ha de gustar. Con las formas ha pasado lo mismo y no sé muy bien quien es el interesado en esto ¿serán los que fabrican pigmentos? No creo, solo hay que ver las maravillosas imágenes de un lugar donde se hacen tintes, los más o menos naturales, claro.
En todo pasa lo mismo, hay normas, dictados y nosotros que somos muy pardillos nos vamos amoldando según llegan, apartando los que ya no gustan y usando los nuevos. Hace unos años a nadie se le hubiese ocurrido usar pantalones rosas con una camiseta naranja y hoy puede darse el caso de ser el más mirado de los escaparates y nosotros haremos fuerzas para que nos entre con gusto esta novedad, al final, entra ¡viva el rosanja!
Con el resto de las artes pasa lo mismo, pero es mucho peor cuando dices que tal o cual pintura no te gusta, tal o cual obra te parece un asco que en vez de producirte placer visual te produce mal rollito y desearías no mirar… Nos vacilan tanto que eso, esto también lo denominan arte, conseguir que nos repulse, nos sorprenda hasta extremos indecibles y no es barato, no, suele ser tan caro como el estándar de la belleza.
Ya me gustaría conocer quien saca los enunciados “el más bello…”, “la mejor obra…”, “el mejor artista…”  Quien hace las normas para que a la gente normal se nos tache de no tener buen gusto, de no saber “leer un cuadro”. Me da a mí que mucho de esto se basa en el coste de las piezas, en el mercado y que otros deciden por nosotros cual es la “calidad” del trabajo. Para unos será el modo de dar los trazos y conseguir plasmar un deseo, una sensación o un pensamiento; para otros será la manera de “enfriar el ambiente” o calentarlo y sin duda los hay que gustan de mezclar rosa con naranja y les queda bonito con las cortinas. Lo importante del arte es que no te deje indiferente, que llene espacios cuando miras, que te rodee y te haga soñar. El arte es un bien que nos acompaña en todo lo que nos rodea… la arquitectura y el urbanismo, la presencia de las personas, la combinación de plantas en un jardín o en el diseño de todo eso que nos acompaña en lo cotidiano. Arte es hacer la vida más agradable… lo demás son pruebas o intentos para que nos guste el “rosanja”.

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