sábado, 21 de julio de 2012


He visto este artículo y lo primero que he pensado es en este gobierno que prefiere que pasen cosas de estas a controlar lo robado o los gastos superfluos que siguen siendo el pan nuestro de cada día (que dentro de poco será el único que veamos, así en figurado y en fotos) Es cierto que suele ser mi intención dar caña, remover, picar al personal para que me repliquen, tanto si lo reafirman como si es para repudiarlo negando mis afirmaciones. Eso es querer buscar la discusión que no es más que un maravilloso dialogo entre partes que no se dan la razón, que razonan... Pero hoy viendo esto no es mi intención, lo juro...
Hoy es un OLE! a todos los que hacen este tipo de cosas. A esos profesionales de la medicina que se plantean su vocación y toman el camino duro, el que no dicta el gobierno, pero que a buen seguro les proporcionará más satisfacción y alegría que cuando todo era tan... porque sí.
Echaba de menos eso, eso que siempre dije caracterizaba a los españoles, eso que sin duda es parte de lo que nos hace diferentes y a mucha honra. Nosotros somos gente que gusta enseñar, gustosos de hacer un favor o solucionar un problema aunque no tenga nada que ver con lo que estamos acostumbrados; éramos así, lo somos, pero estábamos atontaus por la novedad del creernos europeos.
Hace muchos años (finales de los setenta) hablando con un empresario español me decía que los emigrantes que regresaban estaban poniendo en peligro la vida normal de la fabrica. En ese momento sus empleados había tomado la iniciativa de que al sonido del timbre del final de jornada dejaban el trabajo ¡Ya! sin más, salían disparados sin pensar en que hay que mirar con calma lo que se ha hecho y recoger algunas cosas. Decía que había visto material por el suelo y que no se recogía hasta la siguiente entrada de turno. Alucinaba porque no estaba acostumbrado a esto, lo normal era que el empleado español se pasase su buena media hora recogiendo los trastos, charlando con los compañeros y no saliesen corriendo, incluso si hacía falta se quedaban por inercia, sin esperar pago alguno.
Es cierto que “sentíamos” así y que la modernidad nos trajo una conciencia clara de quiénes éramos y quiénes eran los empleadores, esa distancia, nosotros, los curritos la empezamos a dejar clara en los setenta. Diez años después llegaron las ideas innovadoras de los yanquis, intentando crear una armonía entre esta pareja que siempre va paralelas, sin juntarse jamás. Hubo premios a la venta, al interés, al... casi querían hacer lo que ellos y nombrar empleado del mes. Tan hartos estábamos, los trabajadores, que no nos dimos cuenta de que al final una de las maneras de mantener un trabajo es mostrar al empleador que lo que haces te gusta. Ahora es tarde para pamplinas, ya se pasó el tiempo de esto y con el miedo, poca cordialidad se tiene. Sin embargo creo que hay mucha gente que apoya a su empresa, porque son conscientes de que de otra manera esto se acaba y no quieren quedarse en la calle.
Con los médicos tiene que ser lo mismo. De alguna manera ellos han vivido en un atrio donde el resto subía para exigir atención y así no vamos a ninguna parte. ¿Cuántas veces hemos escuchado en estos años que muchos profesionales de la salud son unos prepotentes? Todos podemos contar historias malas y como siempre las buenas, las de aquellos que se lo trabajan y son honrados... son tapadas por estas. Gente como este médico hace falta; médicos, auxiliares, limpiadoras... es igual, todos debemos ser conscientes de lo que se necesita. Añado más. Si ellos luchan porque no están de acuerdo con la nueva estructura... nosotros no debemos quedarnos atrás. Hay mil maneras de volver a ser el españolito majo que te daba un cursillo antes de mandarte al mecánico o al que sea. Porque un día es este médico majo que cura a uno que sabe cómo arreglar eso que necesitas... se crea una cadena de favores que es capaz de derrumbar el muro más alto. Y que nadie sufra porque siempre iremos de algún modo al profesional, pero iremos contentos y sus empleados no dejaran caer el buzo a toque de campana. Cunda el ejemplo.

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