Si digo BUEN DOMINGO!!! a estas horas... os pillo durmiendo?
Ya os habéis levantado? Qué curioso! Voy a mirar... Vaya! muchos ya han
comenzado su... domingo. Me gustaría que hoy fuese un "domingo del
70", siendo también el día bicentésimo décimo del año y celebrando un buen
sol que inspiraba a tomar el aire.
Recuerdo la premura de mi abuela para el desayuno, el
vestido limpio de ir a misa y las alpargatas nuevas, que recientes no eran,
pero se escondían el resto de la semana para que llegado este día saliesen a la
hora de ir a ver a Dios y luego al bar a tomar el aperitivo. Pocos chiquillos
jugábamos, las amenazas eran terribles para no estropear lo impoluto de
nuestras prendas; no tocaba estreno pero lo parecía.
Tal día como hoy hace... todos los años que deba, a los
niños nos daban a elegir si tomar naranja, limón o cola, en un pequeño vasito
al que le habíamos puesto el nombre de "Walijay", supongo que por ser
sinónimo de fiesta. La bebida era una porción escueta de algo que no hacía
mucho se había inventado, la gaseosa de sabores. Me gustaba ver la botella de
La Pitusa con aquella niña de trenzas que luego se me colaba cuando visualizaba
a la singular Pippi Calzaslargas. El detalle que hacía de esto un vermú
infantil espectacular era el platito de patatas fritas, pequeña cantidad para
tanta ansia. Alguna reina del aperitivo también aparecía, la aceituna, aunque
fuese afanada al descuido.
Impepinablemente nuestra ropa de domingo, nuestras blancas
alpargatas terminaban manchadas y los entrantes a la comida familiar donde el
saber que eras un desastre no te hacía quedarte sin el postre.
Feliz domingo de adultos modernos que no tomaran sucedáneos.
¡Qué siempre seamos capaces de hacer del agua un aperitivo!
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