domingo, 30 de septiembre de 2012


CARTA A LOS SEÑORES QUE FABRICAN ROPA.
Sentí un picor en mi cintura. Me rasque con suavidad por si era algo pasajero. A la hora era ya una tortura el picorcillo. Nada más llegar a casa me mire sorprendida ¿Qué era aquello que me molestaba tanto?
Ese bicho muerto eran unas enormes etiquetas con información en todos los idiomas imaginables de la composición, forma de lavado y procedencia de la camiseta. Una simple camiseta con tres enormes etiquetas y una más pequeña. Todo esto en un material plástico blando pero con aristas suficientes para enrojecerme la piel.
Y las recorte. Tienen letras por ambas caras y me he tomado la libertad de contarlas.
Hay 256 palabras y 1.698 caracteres con sus pocos espacios.
A poco que uno mire por Internet se da cuenta de los miles de apuntes que hay referentes a 250 palabras. La mayoría son relatos, cuentos cortos, poesías. También es la recomendación para las entradas de carácter periodístico.
Bien, ahora mi propuesta.
Porque no utilizan esta profusión de páginas con información que nadie lee y las usan ustedes para ir colocando estos relatos que se pierden en la infinita red de redes? Solo es una idea pero vean la gran alegría que seria para los autores, los amigos y las familias de estos.
Otra idea sería poner frases de esas que se pueden encontrar en cualquier buen libro de pensamiento. Iríamos vestidos como siempre pero además pensando.
Y acertijos? Esto, estoy segura seria una magnífica idea entre los jóvenes de todas las edades que harían quedadas para resolverlos. Seguro inundarían los teléfonos con mensajes reproduciéndolos.
Se venderían muchas camisetas o cualquier otra prenda solo por tener estas ediciones. La gente pediría que en sus grandes tiendas se realizasen firmas de prendas. La prensa iría rauda ante la noticia y tendrían publicidad gratuita.
Se coleccionarían e incluso podríamos crear un centro para cambiar los repetidos.
Las prendas no solo seguirían siendo las mismas de siempre pero con esta idea mía además serian portadoras de cultura.
Imagínense a los modelos la cara que se les quedaría de bellezas cultas después de posar con una buena frase de Cicerón, por ejemplo o un relato corto de…algún concurso.
Imagino a todos esos jóvenes que están esperando ansiosos a las puertas de sus establecimientos para comprar el último diseño esperando entusiasmados porque además…esta temporada traen Haikus, por ejemplo.
La gente se acostumbraría a leer y por ende también leerían los adecuados carteles que se pueden poner en las paredes de la tienda, junto a las prendas con la misma información que nos dan en estas cuatro tiras de plástico que tanto molestan.
Ya estoy viendo nuevos movimientos en los ayuntamientos, las fundaciones…les veo a los políticos inaugurando Bibliotecas de Etiquetas.
Creo que ha quedado demostrada la gran ventaja de mi idea. Ahora solo hace falta que la pongan en marcha.
Un saludo.
PD: Esta idea se la envío en un par de camisetas que poco más o menos es el doble de lo que ponen ustedes en una de ellas.

Hoy es domingo y los domingos no son para trabajar, ni para pensar demasiado… pero a veces no se puede remediar. Hoy he caído en la cuenta de que esta semana he comido una cosa caducada. No tenía unos días de caduco, no, más bien un par de meses. Si es que soy dos cosas a la vez; una, inconsciente y la otra cabezota.
Cuando se vive por encima de mis posibilidades, en cuanto al espacio físico se refiere, se tiene la casa llena de trastos y siempre los lugares son pequeños, como mi cocina. Cualquiera que la vea dirá que no, que es una buena cocina y lo es, no lo dudéis, es un espacio de mi casa que me encanta, que considero mío, algo de la maldición femenina debe tener esta apreciación. Tengo mil cosas para cocinar que no entran en los armarios y aunque no soy de las que aman las despensas, tengo mis txokos para esas cosas que se compran en una oferta y son un recurso para cuando no quiero salir de casa, cosa que últimamente me pasa demasiado a menudo.
La comida no se puede guardar durante mucho tiempo, tiene que rotar. No es como antaño que se embotaba o salaba todo tipo de viandas para que durasen de una temporada a otra, ahora no se puede a menos que lo ponga en esas “legales” fechas que tras un: “Preferiblemente consumir antes de:” cosa que del todo es fiable, para esto hemos gastado muchos esfuerzos sociales, para fiarnos y que no pasen mayores desgracias.
Cuando era cría si te comías algo pasado lo más que ocurría, que se supiese, era una buena cagalera, qué a partir de los treinta empecé a ver como una oportunidad para deshacerme de un par de kilos de una manera rápida y sin mucho dolor; no demasiado peligrosa. Esto no deja de ser un cuento de vieja, como otros muchos.
En este país pasamos del guardar para cuando no hay, al tener que remover lo guardado; pasamos del comprar por confianza a nuestro tendero, a mirar cada uno de los embases a ver si estaba en condiciones, que no estuviese caducado, cuanto menos. Miramos también los componentes pero como hay que llevar un traductor en el bolso que nos diría que lo que comemos es de todo menos natural, tampoco queremos morir de susto más que de inanición. Cierto es que en este caso prefiero la ignorancia, de lo contrarío mi natural hipocondría se despertaría con cada cucharada y no puedo permitirlo, no comería, no bebería, no respiraría que esto también me da tiene sus componentes peligrosos y a poco que nos descuidemos llega con caducidad.
Así pues lo que más me llama la atención es la fecha que me aconseja, que me prohíbe de alguna manera comer eso que está en mi despensa. Al ser pequeña, la alcancía digo, hay cosas que siempre se quedan en el fondo o debajo, detrás de… y cuando aparecen las pobres llevan muertas desde hace tiempo, eso me pasó esta semana y me dije… “Querida, si ahora anda el país haciendo ley para que la gente no coma de la basura, que coman la misma basura pero repartida en bolsas… Cómo no te has de comer esto? Y así probamos si eso de la caducidad tiene su cosa. Además, qué puede pasar? Que tires dos kilos de esos que te sobran?” Esto último fue poderoso, lo reconozco, pero lo anterior me hizo pensar en que nos hicimos exquisitos y ahora estamos dejando de serlo.
Hace unos pocos años dejamos la socarronería comestible por un cuidado proteccionista en todo aquello que comemos. Que si no dar esto a los niños que tiene grasas polisaturadas, que si el bífidus, que si el colesterol y no solo esto, con las fechas de caducidad me dicen que la comida no presentará un aspecto desagradable, que era lo suyo antaño y que sin embargo es un purito veneno. Imagino que es por las cosas que le ponen, aun así una piensa que en la comida ha de pasar como a las personas, que por muchas operaciones de estética que se hagan, por mucho botox que se pongan, cuando tienen una edad se les nota, pareciendo viejos moldeados por un escultor que no les quiere y es malo con ganas. Esperas encontrar un atisbo de podredumbre en la comida caducada y no, está casi como siempre, sin mayores cambios.
Me lo comí y no paso absolutamente nada, bueno sí, que no tiré a la basura algo que según etiqueta ya estaba más que muerto. Pasamos de un cuidado extremo con todo a un… tampoco es para tanto. Luego pensé que esto es como todo, le ponen mil porquerías anti natura a las cosas y solo son peligrosas si te has de comer un kilo, entonces… tampoco es para tanto. Nos hemos quejado, hemos lanzado el grito al cielo por estas cosas y… ¿tampoco es para tanto? O sea que ahora que hay que dar de comer al hambriento olvidamos ser tiquismiquis con esto que antes era grave y se denunciaba. Los del gobierno han desistido en el tema y no lo han hecho ley, eso de dar lo caducado, lo estropeado a los que pasan necesidades, es mejor que sigan, bajo su responsabilidad, cogiendo, lo mismo, de los contenedores. Será por esto que el que pilla algo de estos nuevos colmados no tiene derecho a la queja, ni a la denuncia, ni es amparado por nadie. La basura solo contamina a nivel mundial, a otros niveles no deja de ser algo coloquial que por fuerza está con o junto a nosotros y al no dar paso a esta ley quiere decir que… tampoco es para tanto.
Mañana me como unas aceitunas del siglo XIX que descubrí el otro día, por probar a ver qué pasa. He entrado en el juego de ser una necesitada, en la resolución del que ante la carencia no ha de seguir siendo una exquisita, no sea que cualquier día de estos me vea rebuscando lo que para otros es sinónimo de veneno. Pobres sinónimos que andan a la virulé con tanto cambio.

sábado, 29 de septiembre de 2012


Buen sábado a todos!!! Hoy a pesar de los pronósticos, ha salido el sol... sigo pensando: Altea-Felicidad 1-- Lluvia deprimente 0... Y lo lamento de veras por los pobres qué OTRA vez tuvieron que vérselas con el barro, las inundaciones y demás catástrofes de esta borde que no mira a quien perjudica. Ayer leía en una web de unos chicos que se dedican al cómic que la desgracia se había cebado con ellos; las imágenes lo demostraban y daba ganas de llorar, lo suyo y lo de cientos que lo han perdido todo. El fuego es cabrito, no destroza, hace desaparecer las cosas, las cambia de forma y pinta en negro el presente y el futuro. El fuego tiene fama de destructor, pero el agua, el agua es casi peor. También destruye, enferma las cosas, las hace imposibles de usar, pero te las deja ver. Te las muestra como insultando, como diciéndote que tienes demasiado y que ella, el agua no solo sirve para beber, también tiene su mala leche particular.
Y es que me da a mí que tan fuertes nos creemos y luego la naturaleza, a su antojo y modo, nos abofetea, nos da una patada en los... Y hablando de patadas y de gente que sacan la valentía de donde no se sabe... os paso este clip que a buen seguro os proporcionará una sonrisa... A los que nos hubiese gustado hacerlo, a los que hicimos algo similar, a los que se asombran por todo... hay ocasiones en que hacer esto, es casi necesario...

viernes, 28 de septiembre de 2012


█┼█ URGENTE Y NECESARIO VER ESTO █┼█
Hay cosas que subo que en realidad son mi parecer, lo que me rota según voy viendo esta sociedad que anda tan tonta. No me gusta cómo se hacen las cosas, pero no de ahora, no me gusta cómo se han hecho desde que tengo uso de razón y tiro más atrás ojeando la historia, viéndola desde el modo jugador, como si fuese el tablero de un gran divertimento. He visto de todo y lo que no he visto que me imaginé más bien tirando a malo, porque si bien el planeta es de lo más bello, los humanos que somos tan inteligentes nos encargamos de estropearlo, llenamos todo de podredumbre, incluso nuestras vidas, las de nuestros hijos. Es cierto que la mayoría no tenemos mayor culpa que la que nos ha tocado vivir y poco podemos hacer para luchar con estas enormes atrocidades que comenten las grandes empresas. Es deleznable que sean vecinos nuestros de planeta, es irremediable empezar a tomar estas cosas en serio, no van a dejar que nuestros descendientes vivan en paz y conozcan la armonía que debemos tener para con la naturaleza. Esta gente nos está envenenando; triste es que lo saben, que son conscientes de este genocidio y no les importa nada. Nos enseñan a callar, a tener miedo y a no hacer lo que sea para pararles los pies. No dejéis de ver el vídeo; no sé si es bueno, a partir de verlo, la luz esta que nos ofrecían como la panacea nos ha de parecer un veneno y es triste mirar con claridad la cara de los que amamos, la nuestra y no morirse de miedo y de asco.

"Hay que escuchar a la calle pero obedecer a las urnas"... Esta es una de las frases que he leído respecto al uso de la fuerza en la manifestación del día 25, la del Congreso. La que se hizo en la calle de, a unos metros, no dentro, ni siquiera se llegó a tocar las paredes. Esa que en un primer momento, según estimaciones eran 6.000 y a vista de pájaro esos "pocos" lo invadían todo, las cuentas no salían, llegando a la cifra, seguramente igual de buena de los 900.000.
Los ciudadanos suponemos que con quinientas mil firmas se puede cambiar lo que haga falta en el gobierno y eso dista mucho de ser real. Suponiendo que esos quinientos mil firmen como se debe, poniendo todos sus datos correctamente, se entrega a las autoridades y… y eso se convierte en un proyecto de ley que no quiere decir que sea aceptado. Puede ser considerado, pero ¿quién mide la consideración? La prensa, los que informan se encargan de hacernos saber qué es lo que se supone pasa, pero puede muy bien no pasar, dentro no están. Ellos, una vez que toman el poder, sobre todo si son mayoría, se encierran en su bunker y cual dioses intentaran seguir las pautas que se marcaron o las que marcan según va llegando la situación. No nos enteramos de la verdad, solo pequeñas dosis entremezcladas con el sentir patrio que no consuelan a nadie. Organizan, crean, rompen a su antojo, porque son mayoría y por muchas firmas, por mucha gente que se coloque a las puertas, nadie les impide hacer lo que quieran.
Ante esto a mí se me ocurren varias cosas que son del todo lamentables. Recuerdo frases como “Si no votas, no te quejes” y ahora en la distancia veo que da igual que votes o no, porque el quejido, como pueblo, no sirve de nada. Ellos, del partido que sea, se dedicaran a seguir un rumbo que se supone marcaron en esos bonitos papeles, en los carteles, en los discursos en cada mitin, ellos harán lo que les de la gana. Solo con una consulta donde todo es electoralista, donde todo anda acompañado de un “os queremos” y que durará cinco años de nuestras vidas, solo con esto tienen carta blanca para hacer y deshacer lo que les place. Los que no votamos nos quejamos, los que sí se quejan, incluso gentes de su misma inclinación política y dejan de ser representantes de la mayoría para convertirse en actores, directores y productores de su propia obra de teatro. Unos se sorprenderán por los olvidos, otros lamentaran los actos, pero es lo mismo, es igual que hagamos manifestaciones con seis o novecientos, para esta gente lo que el pueblo pensó en un momento dado, es de obligado cumplimiento, aunque para ellos haya cambiado como de la noche al día aquello por lo que se les votó, eso que proponían en sus bonitos panfletos y gritaban con una fuerza desmedida en sus mítines.
Si su justificación ha sido el cambio económico, malos estadistas son cuando no lo preveían, malísimos políticos cuando no son capaces de explicar con el mismo tono de voz usado en los mítines estas actuaciones. Fumarse un puro ha dejado de ser sinónimo de obra concluida, bien concluida, con buenos resultados, ha pasado a parecer que es un “me reafirmo” soy poderoso y hago lo que me da la gana… en este caso, meternos a todos en un mercado donde solo ganan los usureros.

jueves, 27 de septiembre de 2012


Leo y veo… esto es internet, lo puedes ver todo a golpe de clic; la vida se hace presente a justos cincuenta centímetros de tu nariz, pero no puedes olerla. Dicen que el miedo se huele y esto no lo he sentido nunca, ni mi perro sabe cuando tengo miedo. ES posible que esa sensación tan humana se esté solapando de tanto ver atrocidades a medio metro de mi nariz. Las veo cada día y no se me erizan los bellos del brazo, ni se me hace un nudo en la garganta y desde luego, por lo que noto, no suelto dopamina o nada de esto que se debería soltar en una situación peligrosa. ¡Claro! Internet no da miedo. Estás en tu casa, en un bar, en el trabajo y hemos aprendido a que esos centímetros son sagrados, son mi intimidad y la tuya, son mi libertad y la puerta que se abre y se cierra para bloquear lo que deseemos.
Ahora nos enteramos de todo a tiempo real, nos lo explican o disfrazan y sin esfuerzo alguno desechamos lo que no nos gusta. Se ven las grandezas, los modos de vida, las incursiones en Marte y lo que pasa en la plaza de tu pueblo. Si algo molesta se dice y si es molesto para muchos se pasa la información como si fuese un anuncio de la tele. Escuchamos a los políticos de todo el planeta que proclaman, incluso cuando callan y nos enfadamos lo justo, sin miedo, porque en ese terreno que es barrera, también se hace presente tu trabajo, tu familia, tu casa y crees que no te ha de tocar, solo es un clip o unas letras con durabilidad… lo justo para abrir otra página y pasar el siguiente pantallazo.
Me da la sensación de que estamos siendo manipulados por todas partes; la primera, pensar que todo esto que vemos, que leemos y que no olemos, no nos afecta. Vamos dejando constancia de que “eso” que pasa es imposible cambiarlo y se acomoda uno, quizás nos alejemos un poco de la pantalla… Nos ha tocado una época donde las cosas han cambiado tanto que no las reconocemos, ni queremos, por mucho que lo veamos en los monitores. Podemos tener un atisbo de realidad y en grupo salir a reivindicar lo que nos pertenece… ¿pertenece? ¿Nadie se ha dado cuenta de que cada vez estamos exigiendo menos? De que hace un par de años nos deslumbraba el que subiese la vida tanto que no podíamos pagar las deudas cotidianas y que la gasolina andaba por las nubes… luego un impasse donde nos fueron recortando, cada día más y más. Los números ya no cuadran; toca cierre de empresas o bajada de sueldos, toca aplacar las iras y sube el pan, toca ir haciéndose a la idea de que somos pobres y nos llaman desgraciados. Poco a poco, palo a palo, nos hacen más y más permisivos con la miseria y no se sufre con la de otros, porque ahora toca la nuestra. Andamos parados, dejando que nos quiten el trabajo, la casa y el pan y nos parece tan normal, porque si algo nos han ido haciendo es el que seamos cada día más dóciles. Leemos, vemos lo mal que estamos o quizás las soluciones pero no tenemos fuerza. Se organizan actos formando un grupo enorme y ellos ganan, todo lo más, salimos en las pantallas, nos leen y esos cincuenta centímetros nos paran. Algo estamos haciendo mal, algo están haciendo bien… coartarnos, reducirnos y dejarnos sin ningún tipo de olor, así es fácil ganar. Lo que ves es directamente proporcional a lo que ven de ti…

miércoles, 26 de septiembre de 2012


Hace tiempo subí una fotografía de guerra con tres opciones diferentes... Ahora toca algo parecido, algo que no nos pilla de sorpresa y que sin duda es representación de como "ayer" se puede manipular. 
Un Ole! una reverencia a este señor d
el que no sé ni su nombre y solo cabe decir que es un autentico héroe, una de esas personas que hacen de este un país decente, a pesar de los políticos que tenemos.
El lugar, que no se nos olvide, que bien merece una visita y un vermú en su establecimiento: CAFETERÍA EL PRADO en el número 16 del paseo del Prado...
Señor, muchas gracias por su valentía. A usted y a otros que en mi época también me resguardaron de los atropellos policiales, cuando las fuerzas no tenían el color de la noche cerrada, más bien el tono del cielo gris...
Un Ole! por los que fueron a la manifestación, porque de ellos será la gloria de este aciago día.
LA VERDADERA NOTICIA... LA IMAGEN REAL DE UN HECHO IRREAL
Ahora ya sabemos como se llama este buen hombre, Alberto Casillas... perdón, señor don Alberto Casillas...
Entrevista al TT de la jornada, el dueño de la cafetería EL PRADO

La ciencia, si le dejan, no para. Los buenos investigadores se pasan el día pensando los porqués de todo, poniendo en duda cada atisbo, cada descubrimiento para luego así ir avanzando; me los imagino pasando un resultado científico a lo que yo llamo la vida real y con la gran “voz” en la manifestación de ayer, los veo haciendo estadísticas y suposiciones. Ayer se reunieron muchos que ya estaban deprimidos con este sistema que no deja de poner “orden” en todo lo que concierne a su funcionamiento. Ese orden establecido se llama ley y es como un gran muro donde darte de cabezazos; un muro viejo, caduco, y en muchos casos sin sentido, pensado para solventar pequeños problemas que nacen en un momento dado y que se siguen manteniendo porque no somos capaces de abrir la puerta a otras formas más acordes con la actualidad, con los deseos de esos que pagan el trabajo de unos pocos. Se nos olvida que eso que se llama país es un acuerdo de las personas que conviven en un determinado territorio y contratan a unos pocos para que organicen y distribuyan la riqueza, de haberla o la pobreza de sentirla.
En los setenta éramos unos deprimidos, contentos por el cambio, pero de ser cierta esta afirmación científica, estábamos con una depresión crónica difícil de tratar. El tiempo que está a favor de la recuperación, en este caso nos alegró la vida como siempre que hay que hacer un trabajo nuevo, se crea expectación, se expone, se solventan los posibles fallos y se tira hacia adelante para llegar a buen término en la tarea.
Lo hicimos mal, todo estaba cargado de emociones, así es muy difícil trabajar, ni tener buenos resultados. Hemos tenido muchas elecciones y en cada una de ellas escucho cosas similares. Que si con este sistema no votamos a las personas, que es a un grupo que decide quien se apoltrona y quien no… Que si hay injusticia a la hora de contar, que en un lugar el voto vale más y en otros menos... Que si al poco tiempo de ser elegidos, donde dije “digo” quise decir Diego… Y para cuando el pueblo se da cuenta de esto, es demasiado tarde. Esa es la ley, la constitución, que nos dice que no se puede cambiar. Ese es el poder de la mayoría que no deja que nadie hable. Las personas en su afán por participar hacen escritos y se firman por miles, cientos de miles de presencias que nunca llegan a ningún puerto, pasan la entrada y se desvanecen en los intersticios de la norma, de la ley. Hacer las cosas por una vía de la que se dispone y que es tan incorrecta que parece falsa, es tonto.
No sabemos qué pasa porque cuando esos señores, que no están deprimidos, si no todo lo contrario, se sienten alegres, fuertes y poderosos, hacen y deshacen a su criterio, tanto si parece bueno, como si no, se erigen, sobre todo, en defensores de la ley, de la norma, porque de no ser así tendrían que estar dando explicaciones a todos en todo momento y eso, no interesa. Se ve que no les pagamos lo suficiente, que en el sueldo, dar explicaciones al pueblo no es algo que haya que cumplir. Y nosotros nos vamos estresando cada día un poco más hasta llegar a una depresión de la que será difícil salir. Nos ocultan datos, posicionamientos, medidas, formas de hacer… peleamos contra un grupo de oscuros que hacen y deshacen al amparo de unas normas que no son correctas y lo que es más triste, no podremos cambiarlas porque se hicieron tan cerradas, tan contundentemente bloqueadas que pareciese nada puede cambiar.
Estoy aburrida de oír a los que salen del engranaje, les escucho una y otra vez que las cosas se tendrían que cambiar, pero ellos nada hicieron cuando dentro estaban. Si esto no es una tomadura de pelo, que venga alguno de los próceres de la patria y me lo diga. Mienten, falsean, no dicen la verdad ahí les maten.
¿Tanto cuesta dar explicaciones? ¿Tan alejados están de nosotros, que no ven que hoy en día, todos estamos conectados? Señores, si hay que cambiar, se cambia, pero lo hacemos todos, con todas las de la ley, una nueva, una que realmente nos haga sentir que estamos dentro. Ayer, cuando la gente gritaba fuera del Congreso, era literal, nosotros, todos, no estamos dentro, dudamos de su fiabilidad y no es cosa de mandar a sus secuaces a obligar a la gente a que se calle… no dejaremos de gritar porque los deprimidos, también gritan. Ahora tengan un poco de cabeza y sientan que están allí, no por nosotros, por ustedes y por esos que desde fuera intentan gobernar nuestro país. Tengan la decencia de ir cambiando las leyes; ustedes ya no representan a la mayoría, pero ellas, las leyes, cuando no son justas, no sirven para nada. O esto, o esperamos a que unas pastillas calmen al personal y nos hagan a todos un poco más zombis de lo que somos.

viernes, 21 de septiembre de 2012



Qué curioso! A veces nos preguntamos para qué sirve la publicidad… un anuncio en una notita amarilla es publicidad, un aviso, un toque… suena, la publicidad, a comercio, al empeño en vendernos algo y no caemos en que todo está relacionado. Me decoro cuando salgo a la calle porque quiero propagar la idea de que estoy viva y sigo alta, poderosa y viva; dejo las ventanas abiertas para que el olor de mi guiso llegue a todos y sepan que en esta casa, hoy comemos o hago un comentario en las redes para seguir en la brecha de los que se hacen presentes… Abogo, como la mejor de las publicistas en el sentir de los demás, les inundo de colores, de músicas referentes, de palabras ordenadas para lanzar mi mejor producto, yo. Nadie se libra desde que nos dimos cuenta del poder de la comunicación, el primer gesto, imagino estaba premeditado, contenía todo eso que hace que un anuncio llegue a uno o más receptores. El primer hombre que ideó un lenguaje diferente para anunciar la llegada de la luna llena o que ese mamut rondaba por las inmediaciones. Ahora el gesto está institucionalizado y se hizo arte, parte de todos en lo que se vive.
Todos tenemos trucos para comunicar, los hay que elevan la voz, los que ponen acentos o el que se disfraza y transmite lo que quiere que se sepa y no la realidad, porque la realidad no necesita ser anunciada, la vemos tal que nos asomemos a la ventana… ¡cuidado! No hay nada más engañoso que la realidad. Puede ser una bella flor que es venenosa, una expresión de afecto que te morderá si te acercas más de lo debido o un paisaje de paz que esconde gentes tristes. Por eso la pintamos, la reforzamos decorándola, etiquetándola, para que nada se nos escape.
El recurso más usado para todo es el recuerdo. Te transmito que es lo que pasó, para contarte lo que puede pasar en el futuro y que no se olvide ninguno de que las cosas pueden cambiar, mejorar y si lo deseas las clonamos a ver qué pasa. Uso del recuerdo para que mis palabras tomen cuerpo, aunque a veces tengo la sensación de que es el recuerdo el que me usa a mí para no entrar en el limbo, donde lo que no se usa acaba por desvanecerse. Los recuerdos producen emociones, nos hacen sentir que seguimos vivos, que seguimos creando recuerdos y los usaremos en lo que nos plazca. Hasta que un día empiezas a sentir que olvidaste detalles y te dices que no tienen importancia, tantos olvidaste que ensalzas la sensación y te quedas solo con esto. “No recuerdo su nombre, pero sé que me enamoró; no puedo reproducir sus palabras pero me convencieron de que eso era la felicidad” Y empiezas a quitar valor a la puntualidad, a la higiene, a la compostura en general, comienzas a usar una publicidad de gestos y te enfadas porque no te comprenden. Ya no puedes recordar y tanto peleas con eso que te olvidas de lo próximo para aferrarte a los lejanos que están llenos de sensaciones y cuentas repetidas veces lo mismo porque no quieres que se te escapen y sientes que todo dentro de ti se está haciendo arena que se escapa por entre los dedos y un día no sabes dónde estás, no reconoces ni el amor, ni el sufrimiento, no sientes que tenías un bote lleno de experiencias que te ayudaban a caminar. Dejó de parecerte importante la publicidad de los demás y los mensajes que te llegan se distorsionan, por un momento te das cuenta de que ya no eres tú. Que Tú es el resultado de la experiencia retenida en los recuerdos. 

jueves, 20 de septiembre de 2012


Lo leo y... me parece que todos están sobrados. Sobra la prepotencia de unos, 25 años y empresarios, y la pobre presentación del otro.
El chico que hace su llamado, lo hace mal, sin pensar que alguien recibirá ese mail y que a lo mejor sí que es el que posiblemente le vaya a contratar. No ha caído que a nadie nos gusta ser tratados como "uno de muchos" pero también es probable que haya tocado tantas puertas que no tenga fuerzas para seguir con algo más personalizado.
Los otros, no se dan cuenta de que cada vez que una persona manda un currículum es, a la vez, una exposición personal de la vida de uno, no solo de sus logros, también de esos que carece. Uno pone "conocimientos de informática" y lamenta no haber metido mil horas más o haber tenido la suerte de acudir a un curso de como hacer esto o lo otro. Si dices "Inglés medio" ¿qué quieres decir? que no pudiste ir a Irlanda a pasar un mes para tener un acento bueno y una conversación fluida... Todo lo que pones tiene que acomodarse a un montón de gente que no te conoce de nada y que por experiencia sabes que no leerán ni tu segundo apellido.
El parado anda por un camino que le lleva cuesta abajo donde eso que, parece ser, a estos chicos no les falta, la autoestima, se va desgastando como si uno fuese una pastilla de jabón. Ellos se han comportado mal, miserablemente y eso es triste de ver en un país que lo que necesita es que nos apoyemos unos a otros. Lo único que han conseguido es enseñarnos a todos lo que puede pasar si no se hacen bien las cosas, si no se hacen de la manera correcta. Si sale bien, bien; pero si sale mal, si recibimos una respuesta negativa que no sea porque no supimos demostrar lo sobradamente preparados que estamos.
Humillado públicamente por una empresa tras enviar su currículum Aquí se puede ver como era humillado el pobre que mandó la petición de empleo. Ahora no está en el blog de la empresa y me he enterado de que no solo se han retractado.

Esta mañana hemos alucinado con la respuesta a un señor que pedía trabajo en una productora.
Aquí os paso la web original. Tras la, unos dicen que metedura de pata, yo creo que no, creo que por muy mal día que uno tenga, por muy cabreado que esté no se pueden decir estas cosas, y lo que es peor, no se pueden pensar; esto me da una idea de que a este chico la educación no le ha servido de nada, que perdió el respeto hacía los demás. Cuando veo estas cosas es cierto que algo me hace imaginar la situación en la intimidad, de un despacho, en casa, en el bar con los amiguetes... y me apena grandemente darme cuenta de que somos... Mejor lo dejo, porque sin duda, a parte de las disculpas públicas, obligadas por la presión social, han puesto un cursillito de como presentar una petición de trabajo, en su casa, pero creo que el que más ha aprendido con esto es el que ha escrito la metedura de pata. Puede ser que le sirva para convertirse en una persona mejor y eso... Nos lo deberá a los que le dimos un toque vía redes sociales. Lo que me hace pensar que en el fondo esto es como en el cole, que son los amigos, los que conviven contigo los que te van modelando en la vida, dándote pautas y animando.
http://riotcinema.com/blog/ Ahora se puede ver incluso un "como se hace"

España, un país vacío de autocontrol. Ya, ya sé que parece una sentencia a la que le faltase un foto de esas con alguna manifestación, pero de las desesperadas, de las que empiezan bien y acaban con los ánimos caldeados; en las que uno lo pierde todo, la compostura, la dignidad, el control, vamos, que se pierde el norte; y es que es mala la humillación, esa que nos roza cuando vemos que algo nos abruma, en el momento o dando pasos cortos se arrima sin remedio.
Perdemos el autocontrol de a pocos, al levantarnos, en los cinco minutos más, en ese salir de casa y recibir un empujón en el metro o el bus, en el verse trabajando sin remedio o buscando eso que parece se esconde y lo que pasa es que no hay, trabajo. Los malos modos, las palabras sinsorgas, los quites del día a día que abren la puerta al estrés o la depresión...
Lo perdimos en un semáforo, ante un compañero o en la cola de algo. Vaciamos el recipiente y malo será que necesitemos más. De donde no hay, no se puede pedir.
Según la noticia, el autocontrol se termina, como si fuese una pila recargable y cuando lo vacías hay que esperar a que se llene. Seguramente habrá personas que tengan un bote en la cabeza bien grande, esos que siempre parecen calmos ante la adversidad o el amor... Otros a lo mejor no controlamos nada porque de tanto recargarlo le ha pasado como a las pilas, que duran poco porque recargan menos.
Imagino que si hasta ahora usábamos técnicas para controlarnos, estaban mal dirigidas ya que bien podía darse el caso de haber perdido los papeles de buena mañana en el acto involuntario de mear y no echar gota, o cualquier otra cosa que parece tan común; solo había que relajarse y esperar.
Los detenidos por escándalo podrán reclamar al juez, nadie puede ver lo que queda en el recipiente; otra cosa más para echar la culpa a lo que sea, menos a uno.
A ver si tengo suerte y un día de estos se dan cuenta de que… no sé, la memoria por ejemplo está sujeta por grapas nerviosas que se oxidan con el tiempo e inventan algo para recoserlo de nuevo... Estos chicos de la ciencia... anda! que no se controlan...

miércoles, 19 de septiembre de 2012

 Dudaba... mi dedo ha golpeado suavemente la tecla para accionar el compartir; incluso lo he releído.
No soy amante de que me etiqueten, ni del autoetiquetamiento, no me gusta declararme partidaria o detractora de concreciones, me conozco, sé que mi mente trabaja a descargas y mi parecer es cambiante al ritmo de una luna, una sensación o un nuevo conocimiento, incluso un olvido. Por esto le di, porque a veces es bueno escuchar algo que no sea lo que esperamos. Incluso si pensamos diferente al grupo, el hecho de encontrar algo que se sale de la norma nos causa desasosiego, muchos años de represión, otros muchos de pensar poco y la desidia, esa que nos anima al buen gusto de ser parte de la tribu, pertenecer. 
A veces tengo la sensación de que si no tienes arraigos no eres una persona completa, quitando el valor al apátrida, al ateo que busca solo un hueco donde aposentarse y agradece la cordialidad. 
Escribo lo que pienso que parece una justificación, por ser está, la de Morán una manera de ver que no deja flores a los que aman de señalarse con banderas. 
Para mí banderas son las señas identificativas que portan algunos; no salvo las cintas, las marcas a la vista, las medallas, los puntos que te destacan. Uno se pone banderas para decir a otros lo que es, lo que piensa... otros no se las pone, se la ponen a la fuerza y esto hace que sea difícil escapar.

martes, 18 de septiembre de 2012


Hablando de muertos me viene a la cabeza la idea un tanto curiosa que tenía una yaya a la que quería mucho. Curiosa persona con una vida interesante; como las vidas de las personas que saben ver el lado bueno y toman pan con azúcar como el mejor de los pasteles. 
Ella, ya siendo muy mayor, decía que no quería ir al cielo. Su sitio perfecto era el infierno donde se encontraban los que se divierten, los que bailan y fuman, los que no creen que hay un dios que maneje nada. Tenía muy claro que el lugar perfecto era caliente y que allí junto a los artistas era el mejor sitio para el resto de la eternidad. 
Lastima de agnósticos, no tendremos un lugar donde reposar al lado de tan insignes personas. Lo único que tenemos claro es que mientras puedas, vive, haz algo para que cuando te mueras, vivas en el recuerdo de otros, aunque seguramente esto ya no te importará. 
No sé que hay después, pero si sé lo que tengo ahora; lo que me gusta y lo que no, lo que recuerdo y lo que quiero que mis amigos recuerden. 
Sé que no es un dilema. 
De la muerte recuerdo la vida y esto me hace cantar, leer y seguir escribiendo la mía propia. Entre todos, la de todos. 

¿Qué pasaría si de la noche a la mañana dejásemos de desear poseer cosas?
Es difícil imaginar una cosa así, pero juego a eso…
“Hoy 21 de septiembre del año de gracia 2012, el planeta entero se ha teñido con una niebla densa que no ha dejado resquicio, ni posibilidad alguna de librarse de su influjo. En la madrugada, justo cuando la luna llena se encontraba en todo su esplendor, ha sido captada una efervescencia que salía de las copas de los arboles. Un polvo fino de color rosa ha ido cubriendo el aire primero y luego toda masa que cubre el planeta. Las partículas en suspensión tenían un sabor a fresa del bosque muy característico en los champús y todos hemos sido tocados por ella. Sin remedio, con expectación el mundo ha vivido unas horas de calma tensa, ya que dicho polvo provocaba una somnolencia; no ha sido peligrosa por ser suave y verla venir, con lo que se ha dado el caso de que todos los que se movían han podido pararse.
El fenómeno ha durado justas unas cuatro horas y se ha dado también en la parte del globo que estaba disfrutando a modo diurno. Todo ha sido contaminado con esta “Nube de Fresa” (así lo llaman).
Millones de personas han dejado sus puestos de trabajo y se han ido de paseo; los que no podían por las inclemencias del tiempo han organizado sesiones de lectura, charlas y juegos de entretenimiento. Los que pescaban han vuelto a tierra y en los campos, hoy no ara nadie. Todo el mundo ha puesto música suave de acompañamiento y están haciendo listas interminables con lo que poseen. Se dice que todos desean compartir, regalar, dejar lo que tienen para uso y disfrute de la comunidad.
Los científicos que podrían dar una explicación a este fenómeno no quieren hablar, han dejado para otro rato el seguir investigando ante la duda de si eso que hacen va a servir para algo, se lo están pensando y a su vez han abierto líneas telefónicas para recibir propuestas de la ciudadanía. Los políticos se han quitado los trajes y bajan a la calle a pasear, junto a sus vecinos, jugando con los niños de manera cariñosa. Nunca antes se vio tal cosa entre esa casta y ellos gentilmente han decidido dejar el tema en el olvido, como si no fuese necesario un control. No lo es, no es necesario, todos, sean del país, de la raza, de la forma que sean, tienen ahora mismo la naturalidad de ser correctos.
Los médicos están asombrados, los enfermos se recuperan por minutos, incluso los muy graves, los que esperan la muerte, están tranquilos junto a personas que les tienen la mano sin conocerse de nada.
La “Nube de Fresa” ha desaparecido, pero todos hemos sido tocados por ella y a consecuencia hemos cambiado. Es difícil, incluso esforzándose mucho, recordar el pasado. Hoy sé que es día 21, que puede darse el caso de que el otoño llegue y nos alegre la vista el piar de los pájaros que ahora rondan con alegría por todas partes.
No sé porque cuento esto, si ya no interesa, la vida es hermosa y por fin el mañana no es un devenir.”
Sería increíble la manera tan sencilla de organizarnos, de hacer cosas para que la comunidad funcionase, con bienestar, el justo, que ya hicimos bastante pensando que necesitamos más y más cada día. Perdería el gusto de enfadarme, encabronarme por maldades; perdería mi pequeñísima parcela y dejaría de ser propietaria de un grano de arena para disfrutar de la playa entera. El bosque sería nuestro bosque, el de todos y cuidar de la tierra, recolectar, manipular las materias primas, sería un placer a compartir.
Con esas, ni por esas… despertamos de la pesadilla social en la que, parece nos guste vivir, aunque no lo reconozcamos. Lo mío es mío y lo tuyo… ¿Cuánto vale? Buscaremos un término medio idiota… para seguir como estamos pero habiendo votado.

lunes, 17 de septiembre de 2012


Hoy me he dado cuenta de una cosa curiosa, estamos aburridos, totalmente, irremediablemente aburridos. Antes cuando apañábamos la vida de buena manera teníamos ilusiones, metas, esperanzas con futuro y ahora, ahora somos unos sonámbulos que llegan a duras penas a final de mes. Digo final, por ser lo que marca el antes y el después del que vive con un sueldo, pero es igual, ahora han conseguido que haya muchas personas que tienen un final de semana, del día, muchas que no tienen claro si mañana les cortaran la luz o si podrán seguir en el piso; uno que antes podía ser suyo o siendo alquilado no se puede seguir dejando que el propietario haga lo que debía de hacer nuestro gobierno, que la constitución no se hizo hace unos pocos años.
Nos aburre la miseria que rodea la vida que se vuelve cotidiana, la televisión que juega con nuestro entretenimiento, unas veces como si fuésemos idiotas y otras como dándolo por cierto; los políticos que se ríen participando del teatro de la política y juegan a crear desgracias para luego perder su tiempo salvando desgraciados, aunque nunca sea suficiente, al no importarles las bajas colaterales es igual lo que hagan, tampoco tiene castigo.
Hoy las redes sociales parecían un hervidero, poca cosa ha sido, lo justo para entretenernos un rato y he visto como afloraba la ironía, la gracia de los que escribían, hasta yo misma he tenido varios puntos divertidos, con sorna bien llevaba. A las tres horas ya se había pasado el furor, la cosa se ha calmado, que es lo suyo. Me daba cuenta de que muchos de esos que renacemos con la novedad estaríamos encantados si pasase algo imprevisto. No se trata de que haya una gran catástrofe, que supongo esto dará mucha vida a los generosos; más bien nos gustaría una invasión extraterrestre, un ataque de plantas locas, la vuelta de los dinosaurios, una enfermedad generalizada que solo afectase a los muy ricos o a los políticos… algo que nos saque de nuestras sillas y nos haga idear nuevas armas para defender al mundo de la plaga que sea. Lo que realmente nos gustaría es ser personajes de un comic, da igual si no tendríamos relevancia, solo con tener el poder, el grandísimo poder de no aburrirnos… de ser los nuevos propagadores de un entretenimiento desmesurado.

Me parecen tan curiosas las palabras… Las veo desde niña y poco a poco una va aprendiendo su significado; que si un apunte escolar, que si un diccionario bendito, que la literatura y la tele ya se encargaran de ponerle pequeñas cuerditas para que nos sean familiares, incluso cambiando su significado, arrastrándolas por el suelo o usándolas tanto que se desgasten, se deformen o se ennoblezcan. Podemos hacer lo que queramos con las palabras, con las dichas en voz alta, mejor, que se harán del todo sentidas y públicas. Son lo que son, sonidos, letras organizadas con idea.
No entiendo como los de la RAE no se esfuerzan para ir acoplando los significados al nuevo modo de vida. Leo “Rescate” y tiene cuatro entradas, de ellas dos son las que uno tiene en la cabeza, lo de los secuestros y eso, las otras, son dispares. Una habla de bomberos, la siguiente de juego infantil; esta es la que más me gusta, dice: “Juego infantil en el que participan dos equipos elegidos por dos capitanes;
los de un equipo intentan atrapar a los del otro, pudiendo ser rescatados los atrapados por los de su propio bando.”
Imagino a un chiquillo que buscase el significado y a lo mejor lo entendería en su terreno. Nuestros equipos tienen un capitán, Rajoy y en el otro lado, digamos que la cabeza más visible de Europa, esa que pareciese está decidiendo nuestros destinos: Merkel. La veo desde su poltrona de mujer dura intentando atraparnos, con saña, como si le hubiese molestado que nosotros, los del sur, los hijos del sol de Europa, tuviésemos las esperanzas puestas en vivir mejor y eso le debe de fastidiar, que para puros y con derechos, los suyos. Nos quieren atrapar y según la RAE podríamos ser rescatados por los de nuestro bando. ¿Quiénes son los de nuestro bando?
Nosotros somos los jugadores y pedimos rescate a los del otro equipo, esto no puede ser bueno, no es lo suyo. Nunca será algo que nos ayude a salir de este juego que se han montado esos que nos miran, como en la mejor de las películas desde una butaca, partiéndose de risa para ver hasta qué punto llegamos.
¿Y rescatarnos a nosotros mismos? Racionalizando, sopesando, pensando que hacer con lo que tenemos y como puede ayudar a que las personas salgan de este estrés. Será difícil que el que tiene reparta, será complicado buscar nuevos modos de sociedad donde las personas sean lo importante, no los diablos de grandezas que no ayudan a nadie. Si digo que se reparta, muchos aplaudirán la moción, ya está bien de que unos tengan tantísimo y otros tan poco; ya es hora de equilibrar las balanzas. No es de recibo que uno mire un documental de cómo viven los de Marbella (algunos) y otros no puedan ni permitirse pagar el recibo de la escalera. Unos con sus hermosos niños que llegan a colegios en un autobús de Iberia y otros no tienen ni para uno de Ryanair. No hay manera de coger una paga de un jubilado normal y estirarla tanto como para que además de comer les de para poder ir al cine una tarde cualquiera, que ya se han terminado las obras y no tienen dónde mirar.
¿Por qué unos siguen teniendo Visa Oro y otros solo reciben al que “a-visa” de que si no pagan, les embargan?
Todo esto suena a enfado, mosqueo o mala leche, suena a que unos pueden y otros ni se lo plantean; suena a que por encima hay cosas que tienen importancia relativa. Los documentales no dicen que detrás de un gran hipermercado hay una lujuriosa administración que trabaja para unos socios ávidos de más y más ganancias. No dicen lo que realmente cuesta un transporte escolar, comparado con unos gastos de representación de los dirigentes. No cuentan el precio real del crudo, de los productos básicos de consumo o de la sanidad, todo se infla en exceso para que de ser rescatados, lo haga otro; no vamos a colaborar con el vecino repartiendo los poco que tenemos, vamos a esperar a que vengan de fuera a llenar las arcas de los bancos para que se puedan beneficiar ellos y todos los consejeros, los socios que lloran porque este año no se repartirán un buen trozo del pastel.
Creo que ya es hora de cambiar las palabras porque en la RAE no tienen el mismo significado y a veces al jugar con ellas, al utilizarlas de mala manera puede ser que nos lleven a engaño. El gran engaño que sufrimos y del que solo somos conscientes cuando nos toca. Seguimos siendo mal hablados y cuando dicen “rescate” quieren decir “compra”. Me voy a la primera acepción: “Recuperación mediante pago o por la fuerza de algo que estaba en poder ajeno” A ver si va a ser que todo esto que hemos tenido… ni siquiera eran posibilidades nuestras. Pues sí, a lo mejor la definición no está tan mal… Si es que estos de la RAE, son la leche, perdón por la duda.

sábado, 15 de septiembre de 2012


Una de las cosas que digo desde hace mucho tiempo es que estamos perdiendo el tiempo; lo perdemos en opulencias, minucias y enredos en los gobiernos que, además, se abanderan porque les votaron en una opción que nos llena la boca, la democracia.
No me gusta esto de la democracia, puedo aceptarlo en el tiempo que dure el buscar una nueva manera de organizar el mundo, así a lo grande, el planeta entero. Ya he contado otras veces el por qué y ahora no se trata de reivindicar a las minorías o a los desfavorecidos por "amplia" mayoría.
Eso de las repeticiones y que tiene siempre un aire destructivo, es el tema de los cuatro, cinco, los pocos que sean, que dirigen como dictadores todo el planeta. Esos son los que realmente deberían ser nuestro punto de mira, no hay que abolir los impuestos... hay que abolir a esos sinvergüenzas que se benefician de nuestro trabajo. Yo pensaba que uno trabaja para vivir bien, sobrevivir en todos los casos y creí que en esas nos gustaba que los vecinos también fuesen felices, porque al fin de cuentas, el vecino es también un poco poyete para nuestro bien vivir. Imaginen que viven en un precioso chalet, con todo eso que los caracteriza y al rededor tienen asentado un poblado de chabolas, sin agua corriente o alcantarillado, las chabolas digo. Es posible que esa bonita casa sea un reducto de paz donde vivir se hará imposible. De eso se trata el querer que todos vivan bien, aunque sea por puro egoísmo.
Malgastamos el tiempo preocupados por cosas que solo cuentan de un día para otro y nos enfadamos, nos cabreamos mucho, pero luego vienen los caramelos que nos ponen para que nos despistemos. Que si el deporte que se lleva la palma, que si la envidia, que si el miedo... estas cosas nos despistan de lo que de verdad debería de ser nuestra lucha.
Hay que cambiar el modo económico de este planeta, no es nuevo, ya lo hicieron los antiguos en muchas ocasiones, el trueque, el cobro en especias... no me gusta esto, pero lo que tenemos no es mejor. Mira que lo pienso y no se me ocurre nada, ni siquiera si me pongo en plan cuentista y quisiera hacerlo novelado... no lo veo, seguro es porque soy muy ignorante de la vida. Temo que para esto no hay universidades que apañen y pocos son los ejemplos que han funcionado, incluso en pequeños reductos, como un kibutz, Christiania o un Walden2. En ambos proyectos primaban las personas y la comunidad y sobre todo, se contaba con la buena predisposición de los individuos, porque estoy convencida de que la mayoría de las personas que pueblan esta Tierra son, sobre todo, muy buenas gentes, solo que andamos despistados.


Miles, cientos de miles de españoles salen a la calle y muestran su indignación ante un gobierno que no da confianza, uno que piensa que quitar el polvo sin barrer es lo mismo que sanear, que limpiar la casa; lo triste es que la casa tiene 
mierda hasta en el dulce (home sweet home) y seguiremos igual por mucho que se empeñen ($€). Que se empeñan hasta dentro de tres o cuatro generaciones.
La gente sale a la calle grita, pero como son tantos los que suben el tono no se entiende bien... pancartas!
Esta mañana he puesto un enlace al recuerdo de las nuevas normas legales que quiere poner el chiquito este que por fin ha ascendido a los cielos, o algo así... Prisa les ha faltado para ir deteniendo a la gente en la manifestación. Me da a mí que tienen un miedo atroz a que la gente de verdad se levante. No son estos los que deberían de asustarse... las miradas se tienen que enfocar en aquellos que por un lado o por el otro llevan años explotando a la gente, humillándola, ofreciendo migajas y matando el lugar donde vivimos... esos, los que juegan a dioses del capital, esos deberían de ser los que ahora tendrían que estar preparando la salida... Y vosotros, gobernantes del planeta... empezar por abolir la banca, todo, absolutamente todo lo que guardáis es producto del robo, de la extorsión y la compraventa de esclavos... esto no es para multar, eso es para algo peor. No me gustó como se hizo la revolución china, o la rusa, pero a veces siento que quiero estar en la Cuba del Che.
(Ahora venís y me detenéis... recordar que hoy me he hecho cómica y esto tiene que servir para algo)
 
Tenía en la cabeza poner un clip sobre la manifestación de hoy, 15 sep. en Madrid. Ya soltaron a los chicos y no fue la cosa a mayores... Este programa de la cadena La Sexta, así como algún otro que está en la web, considero que bien pueden ser una muestra de como una gran parte de Españoles ven el estado de este nación. Una que se llamaba: Grande y Libre... Grande y dividida, lo es. Libre, lo dudo. 

Queridos míos, que lo sois; queridos espectadores, muy agradecida por ver y leer.
Esto es una declaración de principios, no sé si en toda regla o con los fallos que me caracterizan, pero sea como sea, quede claro que es mi deseo este escri
to sirva de sencilla manifestación (siendo esta palabra usada en el sentido de manifestarse, como un ente, un santo que saliese de la quinta o sexta dimensión; para nada en el sentido de manifiesto populista con tintes políticos)
En primer lugar diré que entre otras cosas soy una entusiasta por la vida, por lo tanto de ser, soy varias cosas, a la vez o por etapas y esto hace que una de las cosas que soy sea una charlabarato, esto es, hablador simple de variado y por lo tanto puedo soltar lo que sea, incluso involuntariamente, o lo que es lo mismo, sin remedio. Puedo hacer mil cosas y las que no puedo, se intentan, se recomponen o se inventan. Así pues, declaro que me acabo de hacer cómica o sea: divertida, jocosa, graciosa, ocurrente, burlesca, bufa, chistosa, bromista, cachonda, socarrona, festiva, actriz, comedianta, caricata, artista, histriónica, figuranta…
Conste que no certifico esto por el acojono que veo intentan meternos. Digamos que como hace tiempo que algo dentro de mí se antoja criticón con aires de enfadada social, no vaya ustedes a pensar que lo digo en un estado, digamos de lucidez, para nada. Estoy totalmente poseída por el espíritu de la gran Pandorga, mujer de mundo y actriz consagrada del siglo de oro de nuestro teatro español. Tuve una aparición donde se me instaba a no dejar títere con cabeza y claro, me puede el teatro que llevo dentro, siendo imposible recomponer estos trozos de mi mente enferma. No digo nada de mi alma que siendo como es burlona me crea innumerables problemas en esta sociedad tan bien dirigida por ustedes.
Nos se siente bien, habiendo dejado esto por escrito y quedando ustedes avisados no han de tomarme en cuenta (como nunca hicieron) salvo si por una de esas vieran que lo que digo es verdadero y deba aventar el espíritu que me tiene dominada.
Múltenle a él, condénenle a la pena de la mazmorra, pero no a esta pobre abducida que no lo puede remediar, viendo sorna en todo aquello que acontece.
No les beso a ustedes sus manos que siempre están colocadas donde no deben y les deseo parabienes de todos los santos, incluso esos luteranos que por el norte fundan. 
Firmado: Marixa, la muy bien apodada, Mala Baba.

jueves, 13 de septiembre de 2012


La primera vez que me monté en un avión de Ryanair fue para ir a Londres. Me hubiese dado igual cualquier otro lugar, lo de volar me emociona; era la primera vez con esta compañía que por cincuenta euros hizo que cruzásemos el paso de cebra de Abbey Road. Llegamos al aeropuerto hora y media antes y como eso de volar me sigue pareciendo una cosa de lo más tonta, increíble y peligrosa, bebo.
Una de las novatadas que tuvimos fue que al aterrizar, después de que alguien dijese algo por megafonía, como que habíamos llegado a tal hora, lo que era más que evidente… un silencio se hizo en la sala que duró unos segundos, como si la gente aguantase la respiración en el impase ese en que el aparato posaba sus ruedas en tierra. Evidentemente no respiramos, como todos, no rezamos porque en ese año aun no habían empezado a romperse los aviones, pero algo se rompió en nuestro interior. Todo el mundo se puso a aplaudir con tono histérico y nosotros nos mirábamos con curiosidad y cierta alegría. Era del todo evidente que todos los que allí daban palmas estaban emocionados, una vez más el piloto lo había conseguido.  
Después de unos eternos minutos donde todos intentaban llegar a la salida con sus respectivas maletas de cabina, que sujetan con las dos manos, después de volver a meter eso que nos acoplamos a la entrada para escamotear peso y volumen; conseguimos llegar a la puerta. Allí los que salían daban las gracias a esas tres señortitas, bueno dos, el otro era un dispuesto muchacho; por fin se respiraba aire inglés, otro aire, el mismo de tantos mitos que me gustan. Bajé las escaleras con cuidado, no se fuesen a romper que tenían un aspecto de viejunas que daban miedo y por fin, pisé asfalto real. Dejé la pesada maleta en el suelo, me agaché y lo besé… No era tanto la emoción de verme inglesa, más bien era ese miedo que no me pude quitar de encima durante todo el vuelo. Un miedo doble, que iba contenta por haberme bebido un par de vermuts antes de subir. Volar siempre es una emoción, volar con Ryanair es, además un riesgo, uno de bajo coste.

Hoy es un iPhone, ayer eran unas cómodas zapatillas de correr, antes de ayer el algodón en el Misisipi que tantos buenos recuerdos nos trae…
Es curioso cómo hemos conseguido, como humanos, utilizarnos unos a otros hasta llegar a tener como posesiones, sin aprecio alguno, a otros de nuestra misma condición. Me pongo música de esclavos, Work Songs, esa que era un llorar con ritmo, el blues más triste jamás escuchado; es lo que toca para centrarse en lo que me gustaría decir.
MÚSICA DE ESCLAVOS Y CONVICTOS work songs
¡Qué jodida suerte tengo! Puedo decir, puedo ir o no ir, tengo la posibilidad de consumir o no y sin duda, puedo morir en vida o vivir con algo, no mucha, dignidad. Esto, no lo pueden, ni siquiera pensar, muchos humanos. Nadie piense que son de otra raza, ya lo decía el señor aquel que tantos carteles ha propiciado, todos sangramos lo mismo. Pero yo, tengo agua y tiritas para curar mi herida, ellos no tienen nada.
Veo con desagrado un descaro ante el consumo que a veces raya la perversión. Nos escandalizamos cuando en un documental se nos muestra que para comer un exquisito pate haya que maltratar cruelmente (el maltrato siempre lo es) a un pato y en algunos casos hasta hacemos bandera y dejamos de pensar en nuestro agradable beneficio para pasar a la reprobación pública y no volverlo a comer. Somos así de valientes y de fraternos con los patos. Otra cosa es cuando se dice, se muestra con un similar documental el maltrato a otros de nuestra especie, que son parte de las posesiones de los grandes empresarios que nos ofertan artículos que, en muchos casos, no necesitamos para nada. Miramos las noticias, vemos las pruebas y a lo mejor da para una charla en el bar, pero no mucho más. Es curioso que estas cosas que vemos, que se nos muestran, aun siendo mil veces más graves que las de los patos, nos parecen rumores, peleas entre las marcas para desprestigiarse unos a otros, no son fiables en nuestro contexto, el consumir.
Vimos como los de Ikea explotan a los pequeños empresarios orientales, pero no importa porque son bonitos sus muebles; supimos que las firmas deportivas usan de niños para sacar las prendas a mejores precios, y aun así no hay nada como el último modelo de Adidas u otras marcas. Sabemos que hay unos cuantos minerales que son extraídos en condiciones terribles, sin la más mínima seguridad para el desgraciado que a mano rasca la tierra; pero me puedo poner un anillo precioso que dirá a todos lo exquisita que soy. En la telaraña de las tecnologías nos hacemos eco de cómo se llevan millones de toneladas de desperdicio, de esas mismas, a distintos lugares, en Oriente casi siempre, donde dormitan en escombreras soltando todo tipo de venenos que de a poco las gentes del lugar van salvando a costa de su salud. El siguiente paso es salir una mañana al mundo y gritar: ¡Tengo un teléfono cojonudo!  Y mandar doscientos mensajes para que nuestros amigos sepan lo poderosos que somos por haber conseguido esto.
Lo conseguimos, por fin somos un planeta que tiene claras las cosas. Hemos aprendido a sopesar lo que nos interesa y la esclavitud de los demás, la que con su vida hace posible que tengamos estos consumibles, nos resbala o se coloca tan atrás que se pierde. Y es normal, ellos, los que se hacen cada día más y más ricos a costa de muchos, con un poder impresionante del que no se puede hablar, ellos han inventado los valores por los que debemos vivir. Los unos siendo buenos esclavos, los otros siendo buenos clientes, sin darnos cuenta de que en un lado u otro el tema es similar, solo que nosotros hemos tenido suerte de nacer en este punto intermedio, donde la maldad pasa casi desapercibida, lo importante es tener el ultimo iPhone para que nuestro orgullo florezca. Nos ha de durar tres meses, demostrado, porque alguno sacará otro aparato más caro y con mejores prestaciones; sin problemas, cada día hay más esclavos que cantan al son de una canción que pide a dios que pare esa agonía. Que no se quejen, comen todos los días… (Esto lo voy a poner en un wasap para que mis amigos sepan que a mí también me resbala). 

miércoles, 12 de septiembre de 2012


Estoy más que harto y no quiero seguir soportándolo!!!
Acabo de entrar en casa, la vecina se ha asustado y pensaba que mi chico me está poniendo los cuernos… y es que a veces nos quejamos por impulso, por necesidad; salimos al mundo y gritamos, estamos en casa y gritamos, sentimos que con pensar las cosas no basta. Estamos más que hartos de todo, hasta de quejarnos y que no pase nada. Vemos la mala leche que rodea las barras de los bares o las colas del supermercado, la desidia en el Inem o a las puertas de los colegios… y gritamos como podemos, poco, nunca del todo suficiente.
Si lo hablas en tono normal, no te creen, si lo escribes, no te leen… o sí y pasa todo lo contrario que de tanto decirlo, escucharlo, se van reblandeciendo las palabras.
A lo mejor es que no es el momento de enfadarse, aun queda mucho que perder y es posible que la paciencia no haya llegado a desgastarse. A lo mejor no hay tantos parados… y es que no los vemos, no se manifiestan. Seguramente buscarse la vida es costoso y silencioso; como no tener o tener lo justo y repartir, que suele darse el caso de ser acciones taciturnas. Puede ser que la indignación se haya vuelto educada y se tramite por cauces legales… podría darse el caso que los sinvergüenzas de hoy usen traje y corbata, sean educados y guapos, sordos y poco avergonzados de su estado.
Como harán los dependientes de las fruterías cuando les gritamos bajito que las frutas están demasiado verdes, caras y no saben a nada… les hablaran de nosotros a sus jefes, bajito, mientras comen un bocadillo que lleva grasas polisaturadas y pan que no es pan. Como hemos de gritar a los del campo que estamos hartos de los que
Intermedian y hacen que todo este mal. A que ventana se han de asomar ellos?
Qué se puede pedir del que grita? Se le puede exigir claridad, tono acorde y potencia; se le puede pedir que continúe, que luche aunque sea gritando. Luego, ya veremos como lo arreglamos, primero… tenemos que hacernos oír, porque no sé vosotros, yo estoy más que harta y no quiero seguir soportándolo… aunque en mi fuero interno me dice que lo que me domina es el miedo, porque sé, sabemos, que todo puede ir mucho peor.  

Me levanto, hago lo propio y subo a desayunar. Enciendo dos cosas y abro una puerta; el Pc hace ese ruidito gracioso que ya empieza a ser parte de mi canción y siento chiribitas en el estómago. No son las del amor, son las que siente el ludópata cuando se toma algo en un bar y resuenan los “clic clic” de las tragaperras; le doy al café un poco con prisa, ya se ha iluminado la primera cosa que me pide que haga algo hoy… No me lo planteo y comienzo el camino mañanero hacia la información.
Controlo a los amigos en sus cosas, a los que no conozco más que por un seudónimo o entro en la prensa para ver que noticias desnaturalizadas me traen.
Cierto es que una no tiene amigos o conocidos en el poder y eso me enseña solo un lado del cubo, quito los muchos adjetivos que resuenan y me las doy de sustancial, esforzando mi capacidad de discernir, de objetar o de sentir un poco más cercano eso que, en muchas ocasiones, me pilla lejano y ligeramente me roza. Hago como todos, una criba de lo interesante y lo banal, sin tener muy claro que es cada cosa.
A veces tengo la sensación de no estar al tanto de lo que realmente sucede, de tener la casa contaminada con ideas que no son mías y por mucho que intente recopilar datos, todos me suenan a manipulación, de un lado, de otro, siempre me faltan datos y puntos de vista o entender las instrucciones, los componentes.
No es normal que unas personas usen lanzas contra un ser vivo y luego estén apuntados a una ONG; no es propio que un juez no cumpla, no haga cumplir las leyes y mire para otro lado cuando los casos le son familiares. Es imposible que un señor gobierne un país y madrugue para hundirlo; que unos empresarios se froten las manos y decidan que los obreros no son personas o que el sentimiento nacionalista haga tan diferentes a los compatriotas, sin dar pie a otra cosa que no sea que nuestra unión es la única que tiene fuerza. Lo digo, solo veo un lado, una cara, unos posicionamientos que, lo más triste, ya no me chocan, no me parecen innovadores, restauradores de eso que perdimos o que intentamos tener, no veo solidaridad, no siento que las preocupaciones sean reales. Es como jugar a ser mayores y luego irse a la cama exhausto por la jornada sin reflexión, solo buscando el poder levantarse al día siguiente y mirar si el mundo ha cambiado un poquito.
Me temo que la vida global recorta la individual, me parece que no vemos las consecuencias de un decir, un hacer, un suponer y que tanto griterío acaba por ocultar lo que realmente importa. No veo ideas del compartir, repartir y es posible que esas se den en el seno de las familias, los amigos, a diario. Cuentan poco, no son importantes y no hacen que las noticias que nos invaden sean las mejores. Nuestro cachito solo es significativo para nosotros y poniendo un velo no lo haremos mejor. Lo triste es que vivimos en un continuo efecto mariposa donde lo que dice el protagonista de turno hace que tambaleen nuestras vidas y al final quede claro que hasta las mentiras o las verdades decoradas, nos afectan y nos infectan.  

martes, 11 de septiembre de 2012


Hizo gracia al pueblo que quitasen las ayudas a la educación, a la asistencia social, al arte, a la ciencia… Les causó tanta gracia que salieron a la calle, cada uno a gritar de lo suyo, por sus ingresos, por su bienestar y un poco por todos; se hacían comparativas y crucigramas para ver quien denunciaba más fuerte y no servía de nada, la resta ya estaba echada y los que mandan se escondieron en sus reductos, que nadie diga que no son buenos estos departamentos unipersonales, lo son. Te puedes juntar con otros, pero al mismo tiempo estar protegido de lo que griten o susurren. Tienen un vaho característico que hace ver las cosas envueltas en la justificación.
Dijeron: Hay que bajar los sueldos. Los bajaron, solo que el vaho les hizo que muchos se hundieran en la miseria; ellos, a lo mejor, no tienen para irse a un safari por el Congo, pero ya han ido un par de veces, no es para tanto. Los demás hicieron unos pocos días de vacaciones, regresaron al bonito pueblo familiar o disfrutaron con los críos en las piscinas municipales. Algunos bajaron tanto los sueldos que no pagaban y los empleados ya ni van. Ellos, son listos, aprietan los cinturones de los demás con un salero que les caracteriza, el suyo… necesitará otro agujero para navidad. Será que la gente no sabe administrarse.
La educación la salvamos metiendo a los estudiantes apelotonaus; se acabaron esas tontadas de: grupo de la A a la G, ahora estarán juntos lo que dará más ánimo para la inserción y el apoyo… el que se deberán de dar unos a otros por falta de recursos. Este año todos sacaran buenas notas, es mucho más fácil copiar si el examen del otro está tan a tu lado que parece el tuyo. Habrá alegría en el comedor… Qué si mi mama me hizo puré, qué si la mía macarrones; algún hijo de padres poco cocineros será el rey del recreo, llevará dinero para cambiar por fiambreras y todos contentos. Volverán los tiempos en que no se sabrá lo que es, de postre manzana… Los niños ricos se llevaran un cesto con platos y vasos de plástico, como debe ser. Los maestros seguirán llevándose el trabajo a casa, pero además un par de niños que no entran en la clase y están en el pasillo, por pena.
Los artistas pintaran en las calles y pondrán una gorrilla, y cuando llegue la edición de Arco parecerán todos de la vieja escuela, con sus prendas roídas y sus pintas desalineadas, ya es hora de que no parezcan ricos y felices. El gobierno sabe muy bien que la mayoría de los artistas trabajan mejor bajo la presión del no tener para comer. En el cine… en el cine poco nuevo, harán como muchos músicos, remakes de las viejas películas. Un trocito de esta, un beso de la otra, un final con polibilidades; ellos, los que saben y gobiernan, tienen claro que hay obras maestras del cine que es mejor verlas diez, veinte veces, para sacarles todo el partido. Eso lo hacen con la televisión y seguimos sin tirar los aparatos. Es tan mala que de pensar en cobrar un impuesto por verla, seguramente pediríamos a un pintor que nos hiciese un paisaje en ella.
Con las ayudas a los necesitados… A ver, ¿quién es el que cree que hay tantos necesitados? Este país no es tan viejo, no está tan enfermo y de haber algunas personas sin recursos ya recibirán lo propio de manos caritativas. Creo yo que eso de pertenecer a una ONG no les ha hecho gracia. Si eres de una que no sea Cáritas, por ejemplo ¿qué recibes? Nada. Te lo digo yo, nadie te da nada si es una de esas organizaciones ateas. En cambio si perteneces a una con aires religiosos, te mandan una estampita por navidad, te ofrecen premios de avanzadillas al cielo y puedes decir “dios” todas las veces que quieras. Además, si haces caridad, es como pagar impuestos, tasas a dios y eso, eso da puntos a la hora de ir a ver al Papa. No como esos políticos del tres al cuarto que cuando van se les nota un despiste total. Los nuestros en la iglesia, se les ve emocionados, participativos… ojala les fuese tan ameno el congreso de los diputados o el senado.
Los viejos que no se quejen, ¡haber tenido más hijos! Mira que nos lo decían, que no había españoles, que tendríamos que traer de fuera… y los trajimos y ahora son, españoles, de cuarta, con motes graciosos que no se pronuncian delante de ellos, no sea que se enfaden y se vayan. Se fueron. Nuestros viejos ahora no reciben parabienes, pero… vivirán mucho, los cuidaremos con primor, por la cuenta que nos trae. La casa está que se cae, pero que no se preocupen, ahora nos vamos a encargar de poner los cristales que faltan; vivir con la abuela es lo que tiene, te preocupas más de su bienestar y el gobierno se libra de una ayuda. Pero ¡qué majos que son!
En lo de la ciencia y la paraciencia… no me quiero meter. Esta gente está enferma o ¿qué les pasa? Se les insta a que vigilen que no lleguen a los dispensarios los desalmados y ellos se sienten mal. ¿No les basta con los españoles malitos? Si es que lo quieren todo. Querrán tener tiritas y esas cosas colgadas del cuello. Anda que no van a solucionar problemas las abuelas con sus viejos trucos para curarlo todo… En los hospitales volverán a convivir las familias, habrá visitas guiadas por los pasillos, con ese primo que es albañil, pero que le gusta mucho eso de la sangre y nos irá contando que le pasa a cada uno que está allí, esperando una cama. Como los artistas, pasará la gorrilla para pagar el agua embotellada.
Los que andan entre probetas y cosas de esas que se ponen en los microscopios son cabezotas. Se les dice que se ha terminado el fondo para seguir investigando y ellos arre que arre. Me han dicho que están tomando como ejemplo a los americanos del boom informático y que abren laboratorios en los garajes de sus padres. Tienen empeños y se califican. Les hemos dicho que no hay para inventos, que se terminó eso de tener esperanzas en que un día consigan algo para que los enfermos vivan mejor o dejen de serlo y ellos, no cejan en su empeño. No sé que tendremos que hacer, a lo mejor hay que animarles a que se vayan a otros países, alguno de esos donde luego, nosotros, los ricos podemos ir a que nos curen.

lunes, 10 de septiembre de 2012


Buscaba algo que diese gusto... que si un vídeo bonito, que si una canción maja... No sé, un divertimento, que no son horas para pensar mucho.
Y lo he visto al descuido. Me he emocionado porque siempre he pensado que las plantas tenían su aquel, me pareció que ellas también sienten y tienen, ¿por qué no? pensamientos, cavilaciones, impulsos o pulsos... Lo sé porque un día me quedé dormida en un campito, una siesta de esas gustosa a la sombra de un pino. A la que me desperté pensé seguía dormida y soñando. Unas pequeñas plantas de color verde claro estaban enroscándose a mi dedo meñique del pie izquierdo. Supe que la verdosa lo que quería era acercarse un poco a mí y probar cual es mi sabor. Esto lo noté después, al rascarme los pequeños volcanes que ella había hecho al succionarme.
Desde entonces no miro igual a los vegetarianos. Pobres inocentes que piensan que las plantas no tienen los mismos derechos que los animales; por eso se comen las verduras, con tanta alegría.
Ya me parecía a mi mal eso de tener tanto "orgullo de herbívoro" no era muy normal. No me meto con lo que cada uno come o deja de comer, allá él con su circunstancia y su hambre, pero me molesta sobre manera esa mirada que se les pone cuando una hace una alabanza, por muy mínima que sea a los dones de la comida "normal", sean de monte o de mar. Puestos a mirar desde otro punto de vista, para un león tengo que ser una pieza sosa, sin mucho que sacar, con sabor a ajo.
Qué sí, que ellas piensan, ahora a ver cuando nos entendemos y les preguntamos qué opinan… Mañana roasted Stone…

Si tienes un minuto estucha este vídeo. La señora Pastor intenta explicar que no está por la labor de aguantar que nos tomen el pelo, que nos hagan pagar cosas que en este país no tienen razón de ser... que nos tomen el pelo. Se refiere a la compañía Ryanair, ella está indignada... No se va a tolerar... ¿no se va...? SEñora que hay miles de denuncias a esta compañía y ustedes, solo cuando por pura estadística parece que alguno de esos aviones caigan... es, cuando toman conciencia. ¿Qué pasa con las denuncias de Facua?
En este clip no sale, pero seguro lo ponen ahora por la noche. Le escuchaba y de no ser porque estaba usted metiéndose con el chorra ese de Ryanair, hubiese jurado que se sentía del lado de los ofendidos, de los agraviados... Escuchaba algo así como que no solo cuando nos la hacen, además por tenernos en vilo, acojonaus, que esto también era para denunciar...
Lo juro, me han entrado ganas de salir corriendo a... a... ¿a dónde? donde les pongo a ustedes, a su partido que es el que gobierna ahora, a los del otro que no hacen nada, a todos esos que en siendo tantos, no recordamos ya ni los nombres y nos han robado... ¿donde se denuncia el miedo que nos hacen tener cada mañana? Están ustedes amargando la vida a los enfermos, a los viejos... ¿qué pasa? eso, ¿eso no es lo mismo?
Estoy harta, aburrida de ustedes y sus malas ideas. Nuestro futuro es un casino o un centro de ocio... ¿Qué volvemos a lo mismo? en vez de ladrillos ahora nos agarramos a las castañuelas... ¿Qué coñe de puestos de trabajo nos ofrecen? Los mismo que eleva a bandera el de Mercadona? esos que no tienen fundamento, que no valen lo que pesan y que se van sacando a fuerza de echar a gente que lleva años trabajando, sin o con justificaciones absurdas, esos subvencionados a cambio de subir las malditas estadísticas… Mira que me gustan, pero a veces odio como se manejan para el mal, para el propio gusto, el suyo, de poder dormir cada noche.
No sé cómo pueden dormir… suban, suban a un avión y salgan de esta nuestra España, que con suerte hay muchos que aun son gente honrada.