jueves, 17 de enero de 2013


Tener 94 años y la necesidad de escapar por unas horas... es inadmisible.
Qué no, que no admito estas cosas, me duelen, me enfadan y me dicen lo triste que es el final de la vida para muchas personas que desean escapar, fugarse, morirse para terminar con tanta presión.
El abuelo que se escapa del hospital para celebrar su cumpleaños con una cerveza, es mi abuelo.
Ya sé que dirán que el viejito bien que estaba en el centro recibiendo algún tratamiento... ¿uno para el dolor? ¿Uno para alargar una vida? el dolor es lo que tiene, la decrepitud no te deja seguir manteniendo el estatus de persona y te obliga a ceder; alargar la vida no tiene sentido si no puedes vivir, ¿de qué ha de servir llegar a viejo si cuando lo alcanzas, tu vida se convierte en la de un retenido? Echamos la culpa a las circunstancias, al dinero, a la sociedad y bajamos la cabeza para no ver.
Hasta hace unos años nuestros ancianos pululaban por la casa como si fuesen un estorbo, un mueble al que hay que encerar más de la cuenta y luego llegaron los asilos. ¡Qué mal suena la palabra! la vamos a cambiar por Residencias... que suena mucho mejor, pero son lo mismo. Nos hicimos ricos y muchos pudieron decidir contratar ayuda. Se nos llenaron las casas con chicas amables de acentos bonitos que con solo esto ya alegraban la vida de los viejos; pero se terminó el cuidado, ya no hay dinero para sostener ese modo de vida y muchos, ante la necesidad, se han ido a vivir con el viejo, o lo llevaron a la casa como garante para pagar la hipoteca o simplemente, comer. Lo que parecía una reconciliación familiar ha vuelto a ser el mueble de la mucha cera y ellos, los ancianos, a ser retenidos por las circunstancias.
Escucho frases de: "Hemos llevado al abuelo a la residencia" y me pregunto ¿no es acaso un confinamiento por edad? ¿Por quitar alguien que ahora estorba?
Todos queremos mucho a nuestros mayores, hasta que la cosa se torna fea, mejor dicho, deja de ser bonita. Ya no es bonito tener que quedarse obligatoriamente en la casa porque uno de los miembros necesita cierta vigilancia, ya no es bonito cuidar como un enfermero de alguien, ya no se puede con las manías, los antojos, las tendencias de estas gentes que son los que hicieron posible que tú tengas tantas cosas ahora.
Que si fue un mal tipo, que si era un déspota, que si una bruja... y ellos haciéndose más y más pequeños, más y más necesitados. Fuesen lo que fuesen, o lo que ahora sean, hay algo que no cuadra. Son personas, no animalicos que nos pertenecen.
Me apena esta noticia, porque estoy segura que el hombre ha pedido una y otra vez que le den una cervecita, o esos que quieren un poco más de sal o fumarse un pitillo.
Hay una edad en la que cada día comienza a ser un regalo, una sorpresa que no esperas y que la sociedad no llena con nada. No puedes leer porque no ves, no puedes escuchar porque necesitas el doble de volumen y molestas. No puedes hablar porque tu voz no te obedece, ni salir a caminar y no regresar... Estas sorprendido cada nuevo día por durar y no te sirve de nada.
¿Por qué no nos dejan decidir el momento para irnos? A cierta edad solo se espera un milagro, morir sin dolor, dignamente y poder tomarte una cerveza si te da la gana.
Un anciano se da a la fuga del hospital para tomarse una cerveza
He recibido contestaciones a esto que he dicho. Algunas personas se sienten mal porque pareciese que hablo de todos los hijos y todos los viejos, no es cierto, hay algunas personas que aman a sus abuelos y que ellos reciben lo que sembraron. Otros, a pesar de no haber sido muy "cariñosos" nunca podrán agradecer bastante la guarda que ahora tienen sus hijos con ellos... pero la vida es así, un lugar donde naces, te preparas, te matas a trabajar y luego te apartan a un lado porque supuestamente estás viejo, decrépito y no vales para nada.... amen de que las enfermedades se apoderan del que siente no sirve para nada... mierda de vida, mierda de muerte que no llega cuando se la necesita.
Copio y pego algo más de lo mismo, por si esas almas caritativas que me leen quieren hacerme el honor... que sirva para el mosqueo y la discursión, para el enfrentamiento y el descubrimiento y desde luego... que sirva para darnos cuenta de que nuestro ombligo siempre está lleno de pelotillas.
 No hablo de llevar a una residencia (que se hace hospital) a una persona que se encuentra ya sin facultades, como no lo tendríamos si fuese una enfermedad de necesaria hospitalización, nadie puede pretender que practiquemos de enfermeros si no lo somos. Una cosa es esa situación y otra muy distinta es cuando la sociedad empieza a ver bien eso que dije, que se convierta en algo natural, cotidiano.
Una persona que está escuchando todo el tiempo que es una molestia, que hace todo mal, que así no se puede vivir y que está volviendo loco al hijo que toque, o como se lo rifan para tenerlo mes si, mes no... es normal que acabe pensando que es un estorbo. Hemos dejado de pensar que ninguna persona es un estorbo, no somos cosas, somos humanos y a veces tenemos más amor por un perro o un gato que por la gente mayor. A veces los entendemos menos, pero es que tampoco hacemos nada por entenderlos. 
La vida se convierte en lo que el que es productivo quiere, prepara a los infantes para que ocupen sus puestos, pero nunca se acuerda de los que dejaron paso. Sé que en España no siempre ocurre esto, y menos ahora que no se puede por razones "morale$" y sé que hay muchas buenas gentes que se sienten mal cuando escuchan una de estas peroratas como la que he contado hoy... unos, la mayoría no se ve reflejado, a todo le buscamos una justificación, muchas veces acertada; otros, miran para otro lado como si esto no va con ellos.
Mucha gente llega a las residencias y ve personas mayores sentadas en las salas, con sus bonitos pañales puestos, mirando una televisión para la que no tienen mando, pidiendo con los ojos un baso de agua, o un "tócame que no he muerto"... Los trabajadores se empeñan en que todo sea aséptico y además tenga el aura de cariñoso, cuando esto es imposible. Muchos residentes, pocos trabajadores para hacer una tarea que hay que cumplir. Poco salario, direcciones que marcan el sistema de trabajo, asistentes sociales a las que según les rote pueden estar todo el día con coplas, música clásica o Rock and Roll... que si hoy para comer esto, que si esta medicación, que si... entras pagando más que en un hotel y todo parece perfecto, a la que tu culo se acurrucó en una silla, eres hombre muerto. Da igual lo que digas, da igual que no te apetezca acabar haciendo ejercicios chorras con pelotitas o maderitas, da igual que no tengas futuro, ellos ya te hacen uno a la carta, con su menú, sin postre. Y si por lo que sea usar de la perilla para llamar a una auxiliar la veras cansada, de tanto trabajo que tiene, no se parará a preguntar amablemente que es lo que te pasa... si no colaboras, tendrás una ración de pañales para que te lo hagas encima y sin chistar. Si por lo que sea te ponen al lado de otra persona, aguantarás, porque no te dejan salir, porque no hay otra cosa por mucho que cada mes vacíen tu cuenta y la de tus hijos... Eso que pensabas, eso que viste en los papeles de publicidad, solo era eso, publicidad. Ahora las camas son viejas y no desaparece el olor al anterior propietario.
Qué suena mal lo que digo? suena... muy, muy mal. Suena a actitudes penosas, suena a gentes que ahorran en la comodidad de los usuarios aun costando una millonada. Suena a impotencia, a esas veces que ves cosas como estas y callas... Ya no sale por televisión, no está de moda contar las miserias de grupos reducidos, porque no queremos seguir amargándonos, que bastante tenemos con el intentar llegar a fin de mes e ir tapando los agujeros que tiene el hogar, bastante miedo tenemos todos metido en el cuerpo.
No todos somos iguales, ni nuestras necesidades, ni nuestro interés y eso no se puede negar. Pero un poco de conciencia para con lo que nos rodea... a veces viene bien. He visto casos en los que se cuida mejor a los perros que a los viejos... y nuestros niños tienen menos miedo a ser mordidos por un gato que a serlo por un anciano que no tenga pinta de papa noel.

martes, 15 de enero de 2013


Mi padre que era listo y siempre nos sorprendía llegó un día con una pregunta rara. Dijo: ¿Qué te puedes comer en un bocado que cueste un millón de pesetas? Mi hermano y yo alucinamos y empezamos, lo normal, a decir tontunas… Que si la nariz de Franco, que si la oreja de van Gogh … en fin, un montón de cosas qué o eran tontas o no valían un millón de las pesetas, allá por los inicios de los setenta. Satisfecho por habernos creado tanta curiosidad nos dio la respuesta: Un canario!
La noticia venía en el periódico de la tarde, se había pagado por un pajarito esa cantidad y menos mal que cantaba.
Al ver esta noticia me he acordado de mi padre y aquel cantarín que valía tanto; los americanos quieren hacer una moneda que cueste un porrón de millones, vamos, dejar que una cosa relativamente pequeñita tenga el valor de la economía nacional de este enorme país. Me la imagino siendo tragada por uno, solo por decir que en un momento dado sus cacas serán la cosa más cara del mundo. Y fuera bromas, esto es algo que me dice que el amigo Kafka no estaba loco, pocos como él comprendieron como era América y pocos han sabido explicármelo de mejor manera, por muchas pelis que vea.
Hay varias cosas que me alucinan. Una, que en este bendito país con solo 25.000 firmas el mismísimo presidente tenga que mover una de esas cosas en el gobierno para ver si se hace o si no. Esto aquí no pasa, ni sea medio millón, ni medio país pidiendo algo, son capaces de tomarlo en serio. Seguimos siendo un vulgar edificio con una comunidad de vecinos que no tienen más que voz, a veces, que no van a las reuniones porque no sirve de nada, el presidente y su camarilla ya tienen todas las firmas necesarias para hacer lo que les rote y si un vecino o varios dan ideas nuevas, jamás se llevaran a cabo si a esos cuatro dictademocratas les interesa. Por esto no creo que hayan muerto tantos en la lucha para tener democracia, no lo creo, no. Pero cambio de tema que no quiero enfadarme.
Me he dado cuenta de que hay corrientes con “otras” ideas, gentes que no son tomados en cuenta porque pareciese dicen muchas tonterías y puede ser. Son los conspiracionistas (a los que me uno en el nombre y no en algunas de las ideas que tienen, no tengo tanta imaginación) Estos dicen que desde hace un montón de años hay un grupo superior a los masones que están tomando el poder del planeta. Cierto es que aquí he puesto algunas páginas que denuncian a ciertas corporaciones que son dueñas de el 80% de todo y que no nos podemos fiar; bien pues esta gente dice que estos magnates, algunos políticos y poco más se están haciendo con todo el oro que hay en el planeta y están construyendo enormes silos para almacenar eso que tanto aman, más la información de internet, la de la CIA o las semillas esas antes de que Monsanto termine con todo. Se les ha hecho el culo caramelo cuando han descubierto que Marte no es tan mal planeta y que con un poco de maña se puede vivir allí perfectamente. Están matando gente que no está de acuerdo con su movimiento, gente joven o vieja, científicos o pensadores, todo aquél que les pueda molestar o el país que se niegue a colaborar con su afán recaudatorio para salvar el mundo, y a ellos, acaban mal. No es muy normal esto que está pasando, esa estampida del dinero, ese remolonear de la industria, o como para sobre vivir la gente les está entregando su oro.
No sé, casi parece un cuento surrealista más que otra cosa. Pero entonces estos de USA vienen con esta historia, que seguramente no llevaran a cabo porque tendrán otra idea similar mejor. Una en la que todos estamos mirándonos las manos sin tener nada que vender, porque nadie lo va a poder pagar, una en la que la realidad se está imponiendo y hace que los gobiernos vacíen las cajas donde está el ahorro de los trabajadores para pagar el hambre o los recursos sociales de los mismos y de esa camada de animales carroñeros que huelen el peligro y se apoderan hasta de los cachorros de los otros.
Ellos tienen ideas curiosas y las piensan, por lo menos las piensan; nosotros tenemos ideas razonables, de vecino al que no le viene bien pintar el portal o poner un espejo, y nadie hace el mínimo caso, ellos tienen todas las papeletas. Lo curioso es que otros vecinos se las han dado y no hay de entre el grupo ningún nuevo líder que ayude, que aglutine, para que la buena convivencia se lleve a puerto. Somos despreciables si seguimos dejándoles hacer, sin más, porque están jugando a que pueden comerse algo que vale más de un millón sin atragantarse siquiera. Nosotros.

He visto esta noticia de los religiosos Mormones; parece que los han descubierto ahora y llevan años pateando calles por todo el mundo haciendo su particular proselitismo. Los recuerdo cuando llegaron por primera vez a mi barrio; una pareja de chicos jóvenes, altos y muy rubios, con sus camisas blancas y pantalones negros, al igual que las corbatas. No parecía tenían frio y solo llevaban una pequeña cartera de mano. Nadie les abría la puerta a pesar de su sonrisa amable y su gracioso castellano. Supongo que todos ya habíamos visto películas de extraterrestres que intentaban la invasión de la tierra de distintas maneras y estas parejas asustaban, literalmente eran clones o tenían el don de la ubicuidad, no quedaba claro.
 De los mormones descubrí su libro azul, su particular manera de ver la vida con la cabezonada de querer hacernos a todos miembros de su clan. Si hubiese puesto categorías, estos y los Testigos estarían más arriba que los católicos ya que por lo menos ellos se lo trabajaban, intentando mantener la puerta abierta en cada una de sus acciones. Llegaban con la sonrisa puesta y te asustaban, solo les faltaba decir aquello de: “Ya estamos aquí!” y cuando les decías que no, cerrabas la puerta rápido, con el miedo en el cuerpo no fuese que de sus bocas saliese ese alíen de mil dientes que te absorbe el cerebro. Tuve una amiga que se apuntó solo por buscar el amor, bueno, mejor dicho, por buscar un marido. Ella necesitaba desesperadamente uno y le gustaban los yanquis, no había muchos sueltos y dispuestos en los años setenta. Lo que contaba me parecía gracioso y de lo que conocía, de religiones, lo más divertido, exceptuando los Hare Krisna que eran lo más. El bautizo era un baño en piscina climatizada y en las reuniones todos se amaban sin que mediase alcoholes de por medio. Hablaban en ingles y las enseñanzas tenían por autor a un tal Joseph Smith, un nombre que se usa en todas las pelis para cuando no se quiere dar el verdadero. Que si tribus, que si los evangelios nuevos, que si predicciones… todo era diferente. Las parejas de androides, lo eran, desde pequeños trabajan duro para ahorrar y poder así salir de misioneros por el mundo (qué buen programa para la televisión) ellos se lo pagan todo y recogen datos, y más datos, como buenos trabajadores que no hacen preguntas. Al segundo nivel te presentan a Dios. Sí, sí, a dios en persona. Fulanito, dios, dios, fulanito. Esto no lo hacen otros, lástima que para llegar a este estado hay que aguantar muchas charlas, pero claro esto lo hacen todas y al final no ves nada. Ella lo dejó en el momento que se enteró lo mucho que les gustaba la poligamia y que en Utah hace un frío del carajo mientras siguen con la pena de muerte, aun siendo su gobernador gente que reza mormón. Salió y andaba triste, temerosa, estas gentes tienen muy mal perder, menos mal que en mi tierra unos buenos txikitos con amigos lo solucionan todo.
Había algo que le molestaba más que cualquier otra cosa, ellos en su afán recaudatorio de almas habían hecho mormones a todos los ancestros de la familia y esto, te da yuyu cuando recuerdas a tu abuela misal en mano un domingo cualquiera o a ese tío revolucionario que luchaba por los comunistas ateos. Se estarían removiendo en sus tumbas, pataleando por el descuido. Era curioso saber que tienen un bunker donde guardan los nombres de millones de personas, esto antes de que existiese internet y que los de la CIA se creyesen con ese derecho. Yo pensaba que la información era un poder y que a estos les colmaba, incluso sin saber muy bien para que se pudiera utilizar. Ahora que he crecido lo veo claro y si bien este poder, en España no sirve de tanto (demostrado queda con nuestro políticos corruptos reelegidos) lo vi claro y me guardo todos los litines telefónicos, que al fin de cuentas viene a ser lo mismo pero sin antepasados.

lunes, 14 de enero de 2013


Hubo un tiempo en que todos se reían de las bromas, sí, se podía incluso hacer chistes sobre el futuro y nadie se escandalizaba, porque no tenías más que mirar por la ventana y... y disfrutar de un paisaje velado. Grandes grúas amarillas, naranjas, blancas, que parecían flores en un jardín lleno de esperanzas. Había para todo y para todos, solo tenías que pedirlo; incluso si tenías un niño te pasaban una pasta... qué tiempos de felicidad. Los que estudiaban lo hacían a gusto, con facilidades, por puro placer, llenando la caja de los conocimientos sin objeción, no importaba que un master costase lo que un coche, era tu futuro, no importaba que hubiese clases enormes con dos docentes y solo fuesen cuatro que no caldeaban el ambiente. Por un momento tuvimos la mente amplia y había estudios para todo y si no, mandabas al niño a un país extranjero, sin intercambios, que vete a saber lo que te tocaba y te lo podías permitir.
Conozco gente sobradamente preparada... qué frase es esa? nadie está sobrado de nada y por supuesto nos merecemos bocadillos de jamón. Solo hay un pequeño problema, uno tonto, al parecer... no hay dinero. Se busca, se tiene la sensación de que alguno se comió tu queso y no sabes donde anda. Busca, busca... a lo mejor está debajo de un edificiomonumento de esos que tienen placa y que se hicieron a costa de mandatarios que se piensan que eso, son medallas merecidas. Quizás esté en lo que algunos llaman "derroche" y que a veces parece una marca de coche o un viaje a Cancun. No sé donde anda, pero desapareció. Ahora cuando nos asomamos a la ventana retiramos la cortina y no hay grúas, ni nada que de la sensación de que se pueda hacer chistes sobre el futuro, como no se hacen sobre la enfermedad. Se toca la fibra moral con frases que solo sirven para cuando hay un real bienestar y ninguno piensa en el otro, ni tengan mil estudios, mil cursos que solo parece les prepararon para su propio disfrute. Ser egoístas no es un chiste, es una opción y muchos se preparan para eso toda la vida.
No se me entienda mal, comprendo a estos chicos que tanto se han preparado, ellos, como todos piden cordura para eso que parecía se les preparaba; me da pena ver que no se les ha enseñado nada que realmente valga la pena. Nadie les habló que a veces los tópicos nacen de una realidad llena de vicios. ¿Qué hacemos con los niños de pañales de oro? 

martes, 8 de enero de 2013


Qué bonito! Qué buenas gentes y lo bien que tocan o cantan! Qué espectadores tan curiosos... unos con agrado, otros con sorpresa y alguno... con imposibilidad de disimular el desagrado. 
Me gustan estos flashmob más que nada porque buscan bonitas canciones y tienen ese aire de cooperativa funcional... 
En este caso... solo quedaban tres intentos. Uno el propio de los amargados, los que perdieron su trabajo y los que lo encuentran cada mañana con asco, con pocas ganas, sin entusiasmo alguno por lo que tiene de redentor el asunto. 
Malos o buenos modos de tratar la desesperanza... Qué bonita canción! para el segundo punto. Llevar la alegría a los pobres... a los iguales o parecidos... Qué bonita canción!
Y la tercera, la que no sé como hace tiempo no se produce, esa que veo llegar a paso lento y que la imagino con cierta macabra belleza.
No lo olviden pirómanos del paro, trabajadores pirómanos, votantes pirómanos, españoles todos... se puede hacer un buen trabajo con una bonita y ardiente canción.

Flashmob oficina paro (Carne Cruda 2.0)


https://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=kS709ZyZ_YU

Siempre he pensado que la historia la deberían contar otros. No los historiadores, debería ser una lista de esas que hacen los científicos con datos reales, estadísticas donde comparar, jugar con la teoría del caos que en ocasiones parece tan concreta.
Pero no, aquí seguimos con la observancia, sin tener en cuenta que miles son los ojos que trabajan recopilando impresiones y muchas las variables que nos rodean. Los historiadores seguirán haciendo lo propio, contar historias de la historia con mayor o menor gracia, con el uso de esa vena artística que le brota al que en este país hace algo. Da igual si eres un afamado lingüista, matemático o el mecánico de la esquina, a la hora de trabajar siempre hay música alrededor, bien por tener un auricular a la oreja, bien por no dejar de canturrear en la tarea. Y esto nos despista, nos hace ver las cosas de otro modo, que todos sabemos lo mucho que la canción nos influye. Es que si no, no le veo justificación.
Los métodos, los análisis, la deducción se aúnan para crear una escena que en muchas ocasiones no es real.
No soy yo la indicada para quejarme, solo lo soy por pura comparación, y les veo que ellos, hacen lo mismo. Son capaces de imaginar las situaciones, de recrearlas al son de las notas, según esté el día con más o menos sol y todo parece una novela que se va haciendo real cuando se escribe. Estas gentes no pueden decirse historiadores, solo son escritores que a falta de imaginación, tiran mano de algunas facetas vividas por ellos o por sus allegados y carecen de algo primordial: los Ysis.
No es de recibo contar mi secreto, ese modo de ver la vida desde otra posibilidad, esa manera de dudar ante lo que parece tan autentico, “…y si…” y si no es como lo pintan, y si no lo veo porque tengo pelusa en la cabeza, y si estoy siendo benévolo, o exagerado, o malicioso… Los Ysis dan al humano la posibilidad de mejorar, de comprender y de contar la historia de varias maneras, del buen escritor será el trabajo de que al leerla nadie se sienta excluido y lo dicho parezca un retrato de la verdad.

lunes, 7 de enero de 2013


"Asistente médico, enfermero, terapeuta, personal de vuelo, estilista, voluntariado o beneficencia, maestro, artista, médico y contable..." Estas profesiones repelen a los que tienen tendencias de psicópata.
Que no lo digo yo, que es un estudio que acabo de leer en la web que paso más abajo. No hubiese dicho tanto... y no es que quiera malmeter contra estas profesiones, para nada, es más bien que me parece que no hablamos de las mismas psicopatías... Acaso nadie vio como un sanitario miraba y participaba sujetándote cuando eras chico y te querían vacunar? Acaso no sentimos el desprecio de un auxiliar en un vuelo de Ryanair, cuando se te ocurrió mostrar que te habías traído una botella de agua para no pagar los 3 eurazos que nos quieren sablear?
Y esa estilista de vocación que te llama gorda disimuladamente y te enseña que jamás podrás meterte en una talla 38? Disfruta viendo las imperfecciones de tu piel, los pelos descolocados, rebeldes, que mata a base de lacas y descarga sobre ti ese mal gusto recopilado durante años? O el maestro aquel que de críos se pasaba las clases matando niños... sí, sí, nos mataba a base de aburrimiento, que es un modo triste de morir por partes. Primero el alma, y sabías de su paciencia, ya moriría el cuerpo cuando le tocase, que viéndote tan desganado, tan asqueado por la instrucción era posible que acabases drogado en cualquier cuneta. Del contable no voy a comentar, todos los conocen y saben del disfrute cuando dicen esa frase lapidaria: “Ya lo dije en el informe...” no gustan a la hora de perder un empleo pero se regocijan si esto pasa por la mala gestión de la empresa, por no hacerle caso cuando pretenden que hay que deshacerse del lastre de los empleados viejos.
En el rank de voluntarios, beneficencia, cabe resaltar dos ramas en las que la psicopatía sube de categoría: los espirituales y los funcionarios. En el primer grupo caben las monjas, con esa soberbia que adquieren al convertirse en esposas de Dios, cosa que las hace superiores a cualquier otra mujer sobre la tierra. Ellas se saben imprescindibles en la organización, son sanitarias, limpiadoras, educadoras, incluso contables y saben que las caras de amargura envilecen a los que les rodean. Estoy segura que cuando hacen dulces no es por amor, es para que engordemos, para que nos de un coma por el azúcar o nos volvamos espitosos y luego nos sintamos como lo peor de la especie. Los de la otra catalogación, los que llamo funcionarios se podría decir que lo ocupan los que organizan todo tipo de festivales para el bien de una o varias causas. Estos se recargan de generosidad y suben a un escaño donde sienten que son luminosos, a veces se hacen políticos y gobiernan por el bien de los demás, aun cuando su psicopatía les lleve a ser pequeños dictadores de cómo hemos de comportarnos los usuarios de tan digno bien. No quiero dejar de hablar de los buenos, quizás más mujeres que hombres, como Asistentes Sociales, que desde sus puestos se crecen según van entrando los pobres que van a pedir consejo o ayuda del estado o del ayuntamiento. Siempre con esas indirectas confirmando que eres de la peor clase social y que está en su mano el salvarte. Se animan a vaticinar tu miseria y saben que la culpa de todo la tiene aquel maestro que no te supo enseñar lo que era la vida, o el médico que no te hizo una lobotomía a tiempo. Si el desastre se hizo patente te mandará a un terapeuta que decidirá si estas capacitado para ser... padremadre o persona y este disfrutará sabiendo que eres pelota elástica y que no te queda otra que pasar por los aros que te pongan. También puede darse el caso de que ese mismo terapeuta te tenga contando tus vidas pasadas solo por puro cotilleo, sin razón alguna, sin enseñarte nada nuevo y removiendo las vísceras para mayor dolor.
El artista... ah! el artista... ese que enloquece cuando trabaja y más cuando vende una pieza por un precio desorbitado. Los hay que trabajan duro toda su vida, no creando, no, haciendo obras que son difíciles de mirar, esas que duelen por no tener coherencia alguna y que a base de su empeño cuelgan en exposiciones donde invitan a los auxiliares de vuelo, a los santos generosos, a los contables, o sanitarios y todos al unisonó deciden que eso, es arte. Y tu cada vez te sientes peor, cada vez te duele más la cabeza y no sabes porque has empezado a ver caras en las nubes y a hablar con los muertos. Te hiciste con un zapato al que le pusiste nombre y le chillas, le castigas porque no para de ladrar...
Pordios! que nadie nos quite el placer de ser psicópatas, el gusto por la sangre o la desgracia... si esto sucediera, es posible que a lo mejor seríamos felices y eso, eso no se puede soportar.

Ya pasó esto de las fiestas navideñas y como siempre nos cansamos antes de tiempo que en octubre ya vimos los primeros anuncios sobre el tema y en mi supermercado habían sacado la mesa grande con los turrones. Hice lo que se esperaba y piqué, probé la navidad antes de tiempo y para cuando tocaba ya estaba harta de eso. En esas estábamos cuando el fin de los tiempos llegaba y me pasó lo mismo, tanto escucharlo cuando llegó estaba deseando que se acabase la tontería. No me lo había creído mucho por varias razones de escéptica que soy, pero una poderosa se imponía: ningún banco presta dinero a un país en ruina si no espera cobrar. Más poderoso que esto no había desdecires de la Nasa que valiesen. Así que como no había manera de librarse, acepte lo inevitable, la navidad. Este año ha llegado sin pena, ni gloria, sin mayores dolores, todos andaban comedidos, tanto que los que podían por no querer hacer mella en la herida han disimulado y los que no, han tirado mano de lo antiguo, el poder del amor que cubre unas cuantas necesidades básicas. A saber: el chovinismo, la exaltación, el consumo exagerado… y todos contentos. Este año hemos vuelto al “Ustedes Son Formidables!” y quien más, quien menos, ha hecho sus pinitos en un apaño caritativo para con otros, incluso el domingo, después de Reyes no ha habido esa salida en estampida a los parques para enseñar lo recibido, no sea que nos cataloguen de algo que no somos, aunque nos lo parezca.
Se cerró la época en la que los deseos se regalan a trote y moche y los abrazos se reparten. Se cerró el pensar que a lo mejor algo puede cambiar y nadie cayo en la cuenta de que mucho ha cambiado. Por más que nos empeñemos ya no somos aquel resquicio de nuevos ricos con que vivimos casi una década, ahora solo lo recordamos y tiramos del atrezo disimulando un miedo que ya ha calado. ¿Iremos a peor? No sé, es de imaginar que meter la porquería debajo de la alfombra no soluciona nada, seguiremos de dolientes, esperando tiempos mejores, con ese remanente escondido. Lo triste es que ahora todos lo conocemos, maquillado o no, real o falso, nos da igual, vemos que nos siguen pidiendo que nos apretemos un cinturón que ya no tiene medida y mientras el de unos es de cuero bueno, el de otros empieza a ser una maroma de esparto. Esos, los del cinturón bueno han aprendido a disimular, a no hacer espavientos con su riqueza, a callar por la cuenta que les trae y seguirán amasando dinero desde atrás, incluso quejándose de lo mal que están las cosas. A ver si tenemos suerte y seguimos señalándoles con el dedo, por si en una de esas se lo metemos en uno de los tres ojos y dejan de sentirse superiores. 

domingo, 6 de enero de 2013


Todos estamos con que los Reyes Magos son algo encantador para los niños; incluso los adultos nos arrimamos al carro del regalito forzado por las circunstancias. Es cierto que los que no somos religiosos no deberíamos meternos en estas, pero como nos gusta una fiesta más que nada, allí que nos apiñamos como si no hubiese un mañana, aunque esta noche es eso, un mañana de caritas sonrientes o de sorpresa.
Muchos de los que reniegan dicen que para demostrar cariño hay un año entero, pero luego no lo hay, se nos olvida la ilusión que hace que te regalen aunque sea una tontuna, eso, el esfuerzo, solo es indicativo de que se acordaron de ti, incuso de que no te recordaron bien, porque insinuaste otras cosas y al final... como si no hubiese pasado el tiempo siempre acaban con ese estuche de jaboncillos que no te gustan. Al final lo de los regalos se convierte en algo a recordar, algo que te hará compañía unos días o acabará en el fondo de un armario como marca y señal de que no te conocen. Una pena. Y la publicidad hace su papel dando por saco tres meses antes, como si fueses idiota y no supieras bien que pedir; pero lo peor es cuando se empeñan en obligarnos a estar a la espera ¿y si no hay a quien esperar? seguro que te has empaquetado algo o tienes pensado atacar las rebajas como un poseso... auto regalarse es un poco hedonista, pero pagando.
Y esa manía que tienen de hacer roscones enormes... ¿qué pasa? hay que comerse ese bollo, por muy rico que esté, entero? encima con las mismas figuritas de todos los años, como si no hubiese otras. Esto tampoco está mal, promociona el coleccionismo y de todos es sabido que para hacer amistades lo mejor es el intercambio.
Hoy los niños ya han olvidado el día de ayer, ese que de chispa que tiene les hace cambiar las caras y emocionarse, incluso los mayores por verlos tan contentos o tan expectantes... pero digo yo: ¿es normal estas representaciones? veo cada año como tres adultos se disfrazan de mala manera con tintes y barbas imposibles... Si miras este collage que he hecho, en julio te han de parecer unos locos o cuanto menos gentes de poca confianza... Cada año me parece que se lo hacen peor, no puede ser que sigamos erre que erre dando esta imagen de carnaval el día en que nuestros niños se hacen cuentas de la magia de la navidad y menos cuando estos tres monarcas de pacotilla nos representan. Algunos están bien, más o menos, esos que se dejaron una bonita barba para la ocasión, o cuando se escoge un rey Baltasar de verdad, no entintando... pero la mayoría, me dan miedo y seguro es un miedo infantil, esos que dejan señal.

jueves, 3 de enero de 2013


Empezar el día viendo una noticia triste es lamentable. Leerla y sentir que no hice nada por esta persona, ni por las otras muchas que vimos el año pasado y que ahora ya no están o quizás están medio muertas en sus casas, sin molestar y esperando una liberación que ya no tiene trazas sea por un gobierno. Por uno que no sabe hacer y da la sensación de que les prima más un modo de vida que otro, ese que jerarquiza el parné antes que a sus compatriotas... ese que está tan embebido de poder y sabiduría que no son capaces de abrir las ventanas y mirar.
Alcaldes preocupados por sus sueldos y por el qué dirán, a los que les importa bien poco lo que les pase a sus convecinos... Gentes que con un pequeño ramalazo de poder creen que el mundo ha de cambiar a su voluntad y apesta.
Leo por aquí: ¿Qué sucede Marixa? Sucede que estoy harta de quejarme, sucede que tengo ganas de quemar, pero no mi pobre cuerpo de currelas sin curro, de ama de casa sin casa, de niño al que le importa una mierda si se habla en tal o cual, de joven sin futuro... quiero quemar las instituciones que no ayudan nada y miran desde lo alto lo mal que muchos lo están pasando.
Gritan los sanitarios, gritan los mineros, los maestros o los lingüistas y cada uno grita para ser escuchado en su entorno y si se da el caso de que el sonido llegue más lejos, mejor, aun teniendo la sensación de que no sirva para nada. Este no es el "mismo carro" que imaginé, sería que hablábamos del camino...
No te sientas seguro, a este banco se le empiezan a quemar las patas y nos hemos de caer... todos.