miércoles, 11 de julio de 2012



Buscaba un clip de The Rolling Stones que ayer lo chicos también aniversaban algo; una canción de las populares, las que sin dejar de ser Rollings nos llevase a cantarla por conocida, por ser cercana y... y he pasado de unos a otros, he bailado con las piernas atadas que trae un levantarse, un sobre vivir y un mosqueo constante. Quería algo con la suficiente fuerza como para levantarnos de la silla, buscar las cerillas y quemarlo todo... otra canción me llevó al sosiego y al entender que ya es difícil tener un mechero a mano. Desaté mis nudos, use el mechero para quemar la mala leche y me volví un poco tonta... Lo mismo que cuando enciendo la tele y disfruto con el caudal de noticias sobre la vida que me rodea, mi vida, esa que desearía estuviese veraneando en una playa de finos guijarros. Aquí estamos una mañana más saboreando el guiso de nuestros propios infortunios y nuestras sutiles alegrías. Y es que nos han cansado antes de empezar a pelear; han callado nuestras bocas con la mordaza del miedo y la carestía, intentan que no bailemos al son de la música que nos da la gana. Ellos tendrán su propia banda, su ritmo y a nosotros solo nos quedan dos cosas: taponarnos los oídos con la indiferencia o cantar, gritar casi, que para esto no hay pecunio que valga.
Nos tienen que ver enfadados, que lo sepan, no son dueños de nada; no tienen que escuchar, que se enteren, nosotros somos los protagonistas y los espectadores y se han terminado las tonterías, queremos ser los guionistas. No es de recibo tener largas listas con los nombres de los mayores sinvergüenzas y ver como sonríen sin pena, pero con la gloria del que a sabiendas lo hizo mal y no le pillaron. Nos están haciendo las cuentas y es que me entendieron mal, dije: Borrón y cuenta nueva. No un cuaderno que ellos quieren imponer, ni un lápiz por obligación… y la goma de borrar, quiero que sea la nuestra, no la de ellos.

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