miércoles, 1 de agosto de 2012


Estaba escribiendo sobre mis vacaciones… no es que me vaya a ningún lado, no es que deje lo cotidiano, es que en muchas ocasiones pienso que el grano de arena que soy no hace mella en ningún culo. Sé que nadie nos puede hacer cambiar si no lo tenemos claro, si no vemos las orejas al lobo, a la sociedad que nos rodea que discrimina tanto. Uno puede ser, puede ir por la vida poniendo frases emotivas o de conciencia social en el muro o en la camiseta que usemos, pero de nada sirven si el receptor poco puede hacer y el que podría jamás abrirá los ojos a nuestro paso.
Me he dado cuenta de que solo una buena campaña publicitaria hace que la chispa de la vida sea blanca y roja, como la cola, y que a base de mensajes amenazadores, casi de secta satánica tomes bífidus. Veo que un GPS nos da más confianza que un buen libro y que ya no sabemos hablar si no es con un móvil de por medio. Nos gusta sentirnos periodistas de lo que nos rodea, siempre con la verdad por delante, aun cuando está, la verdad no es única, ni verdadera, porque siempre tiene tintes personales y solo la contrasta nuestra emoción, la momentánea, la que no nos deja indiferentes. Hacer esto, ser comunicador es ahora sencillo, solo tienes que escribir, fotografiar, copiar y pegar… solo tienes que compartir pensando que tu parecer es como el de otros y no es cierto. Eso es acomodar el parecer al de otro, incluso en esto también hay empatía.
He visto este clip y he pensado en la de veces que nos enfadamos porque no queremos perder algo de nuestro estatus, la de veces que me siento mal si tengo que compartir un… no sé, cualquier cosa que haya que compartir con gentes que no conozco. Me aterra esa sensación de masa que no puedo controlar y me deja escondida en casa como una hormiga reina que piensa nunca subirá la marea e inundará mi pequeño paraíso. Tengo una mente cansada de tanto usarla mal y una objetividad sesgada de tanto ponerle corazón, pero esto no me deja ciega, no me deja indiferente, como no lo hace con ninguno; se ve que necesito una buena campaña que toque mi fibra sin bífidus. Aquí está una de las bandas sonoras que se puede poner como fondo; un muchacho que tuvo la mayor de las suertes en la desgracia. Su vida no es única, millones de personas en este momento, ahora, están sufriendo porque otras hacen mal y otras muchas lo permiten. Pondremos carteles con mensajes, nos juntaremos a las puertas, caminaremos juntos o dispersos pero si algo debemos ser es listos. Pensemos que somos únicos, que tenemos en nuestras manos el mayor de los tesoros… no es nuestra vida, es la vida de los demás; muchas mentes buscando una solución no deberían equivocarse.
Nota: No volver a odiar porque no sirve para nada.
De vernos, el mismísimo Lennon lloraría.  Un clip emotivo, triste y esperanzador a la vez.

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