Hace unos días mostraba una carta que alguien le mandaba
virtualmente a la cajera de un supermercado, todos sabemos la historia y cada
cual pensará como mejor le parezca, no me cabe duda. Pero hoy me he encontrado
con un artículo en la prensa que parece un continuar con el detalle. Ella
defendía al empresario, hacía el papel de guarda en algo que se le escapaba y
ahora quieren que todos lo hagamos con todos.
No habla de asaltos al tren, que los hubo, habla de cómo
este país demuestra tener unos gobernantes ineptos, impotentes y casi, si se me
permite la expresión, que es lo que es, aun sonando fuerte, degenerados. Lo son
porque están corrompiendo la idea básica de lo que es una ciudadanía, un pueblo
que sabe comportarse correctamente por pura cuestión de urbanidad, de
convivencia y no porque haya leyes con multas desproporcionadas.
Es triste ver como para solventar un caos tienen que tirar
por la tremenda y soltar una retahíla de perogrulladas dignas del mejor tebeo.
Lo triste de eso es que las anotamos como si fuesen reales y quedan en la
conciencia colectiva sin más, sin pensar que no se hicieron para solucionar
problemas, los nuestros, el de nuestro entorno; se hacen para entretenernos
mientras ellos descansan.
Un ejemplo: Hay incendios, muchos y muy catastróficos que a
todos nos enervan y entristecen. El gobierno suelta a modo de Twitt (frase
corta soltada al azar del infinito), que hay que endurecer las leyes y poner
penas tan duras como si de un asesino en serie se tratase... Y todos nos
arrimamos a ese carro dando ideas, casi macabras, en muchos casos, sin pararnos
a pensar realmente en que esto sigue siendo humo por su parte.
¿Alguno piensa que muchos de los incendios que se producen,
que se han producido en este país, son causa de un loco que se levanta por la
mañana y dice: "Voy a quemar España!?" Los hay por mil causas, la mayoría
por descuidos, por esa falta de responsabilidad que uno debe tener cuando hace
algo, pero no porque se sea un loco a quien encerrar de por vida. En los otros
casos, esos que los vecinos saben bien, porque han visto como alguno ha querido
construir y no le han dejado, o tal carretera que no se podía hacer, o mil
cosas de este tipo, incluida la venta de la madera o posteriormente la explotación
del terreno con plantaciones que antes no se permitían... Cosas que se sienten,
que se podrían señalar, pero que los diferentes gobiernos no escuchan, no
parece que le den la misma importancia a que un agricultor haga eso que hizo,
que hicieron en su familia desde siempre y ocurra un desastre.
Aquí somos así, nos dejamos cegar por el humo, sin gritarles
que se dejen de tanta chorrada y atiendan más lo que hay que atender, que
pongan medios para que esto no ocurra y de ocurrir se pueda solventar. Es más fácil
soltar absurdeces que poner hidroaviones a disposición del público; es mejor
tener mil consejeros o mantener un senado que bomberos... y no digo nada en el
tema sanitario.
Nos dejamos engañar como a chinos... frase chorra donde las haya,
ya que a esos señores me temo no les engaña nadie y así les va.
Pensándolo bien nuestro gobierno empieza a comportarse muy a
lo oriental; entras, miras y preguntas... la respuesta es siempre: "No
entiendo, al fondo, al fondo!" y ellos a la suya, lo mismo que los otros y
los de más allá.
Ahora con las nuevas tecnologías van a implantar el gusto
porque seamos controladores. Aun no sabemos pedir una hoja de reclamaciones en
un establecimiento, pero podemos chivarnos del vecino a la que nos moleste. Eso
es lo que pretenden, que seamos unos chivatos de tomo y lomo. Se podía pensar
que nos quieren hacer sentir como pequeños policías ciudadanos, pero no se
engañen, eso nunca será así, solo nos quieren usar y como en la mejor de la
películas, luego se nos despreciará, porque ser un acusica siempre ha sido
despreciable.
Nadie piense que no sé valorar lo que es un poco de
asertividad social, que en este y en todo el mundo lo hay o lo hubo. Cualquiera
que vea algo que no está bien, debería poder acercarse al otro y decirlo. En
muchos casos pataleamos por algo que no nos parece correcto y el que lo causa,
solo es uno que no cae en la cuenta. No somos conscientes de las consecuencias
de nuestros actos, nadie lo es del todo. De haberlo sido no nos hubiésemos
metido en el berenjenal de convertir este país en un ladrillo enorme, sin
pensar en la agricultura, la ganadería o las fabricas. Nadie puede tirar la
primera piedra porque en algún momento la hicimos o la haremos. Más a más en
este mundo donde el miedo empieza a ser cotidiano y nos dice que primero
nosotros y después... también.
Hay cosas que merece la pena revisar, hay cosas que no sepueden tolerar. REBECA CARRANCO Barcelona 14 AGO 2012 - El País. Gracias a Miquel Rubio, vamos abriendo los ojos, cada día más... motivos hay.
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