Si en algo me pueden abofetear, figuradamente pero con el
mismo dolor, es en el tema de las personas mayores, de aquellos que por su
situación tienen la necesidad de depender de otros para su cuidado. La gente
mayor ya ha cumplido con su cometido ¿qué pueden esperar? dos cosas simples:
vivir con dignidad y morir en paz.
Lo de vivir con dignidad para los que aun no hemos llegado a
ese punto en que la edad no te permite luchar, es complicado; los que aun
trabajan, cobren lo poco que cobren, tienen asegurado cada mes la manutención y
pequeñas cosas, grandes pagos, lo que sea que les dice que la vida continua y
cuando escuchan eso de que hay que apretarse el cinto, sienten que se lo dicen
directamente a ellos, sin darse cuenta el que lo dice, que están ya con tanta
apretura que molesta. Los que tienen mucho pueden hacer lo que quieran porque
ser generosos, empáticos o hijos de mala madre es optativo, no va con los
ingresos, aunque sea algo que apoye mucho la determinación de qué es lo que uno
quiere ser o sentir. A estos no les pica, les jode, pero no más, su vida la
tienen asegurada si se vuelven comedidos. Esto que digo parece lo propio pero
es un gran fiasco para el resto. Esos, los que pueden permitírselo no invertirán,
no abrirán nuevas empresas para que el resto pueda seguir llevando una vida más
o menos normal. No es un favor que nos hacen, quede claro, digamos que somos
socios y ellos son los capitalistas listos, porque lo nuestros es sobrevivir y
lo de ellos es vivir cinco o mil generaciones como príncipes del planeta. Sigo
con lo de los viejos.
La mayor premura para alguien que empieza a ver el final del
futuro es tener un “pequeño colchón” donde poder tumbarse sin molestar y que no
le falte lo mínimo para cubrir esa dignidad de la que tanto hablamos y tanto
nos llena la boca. Muchos desearían poder seguir trabajando, pero no por
dinero, solo por sentirse útiles y un poquillo necesarios, cosa que no se les
permite. Se abre el telón y te dicen que ya no vales o lo que es peor, no nos
fiamos de ti. Sin embargo te dejamos al cuidado de los nietos por pura
necesidad y si ocurre, que ocurre, volvemos a tu casa a vivir de tu miserable
pensión, con amor, cariño o por pura cuestión legal. Sí, que nadie abra los
ojos, la ley dice que tanto los padres han de cuidar de los hijos, como estos
de ellos. Así que nuestros gobernantes bien se pueden agarrar a esto. De lo que
no se agarraran es que también la ley, en la constitución nos dice que tenemos derecho
a una vivienda digna y hasta ahora salvo que uno se preocupe del tema, poco han
hecho ante la malicia de los constructores que se dedicaban a envenenar las
casas de muchos, muchos ancianos. Pero esto es otro tema.
Lo que pienso y me parte el alma es en que con estas nuevas
normas, estas reducciones sociales, están amargando la vida a la gente mayor.
Les están diciendo que son unos abusones en cuanto a la sanidad, les cobran.
Les están diciendo que su mísera pensión bien puede ser reducida o incluso
puede ser que no haya para pagarlas. Les dicen que ya no pueden necesitar de
ayuda para sobre vivir porque no se va a facilitar esto y que se apañen como
sea. Señores que no se puede jugar con aquellos que hicieron posible que
ustedes estén ahí, que ellos bien se arrepienten de haberles criado, pero nada
se puede hacer ahora, solo desear que tengan un poco de cabeza y de corazón
para con sus mayores, esos que tantas veces besan en los mítines y tantas
promesas les hacen. ¿No se dan cuenta de que al paso que vamos va a haber
muchas personas en la indigencia por su culpa? No se puede ser más malicioso...
ah! perdón, sí. Aun se puede mejorar la cosa. Propongo que por ley tengamos
derecho a una buena eutanasia, no me digan que no hay dinero, porque se puede
hacer barato. ¿Es esto lo que desean? Pues venga, no se corten! háganlo pero
con cabeza, sin que todos esos ancianos que ahora quieren dejar solos, muriéndose
de asco y de pena tengan que llegar al extremo de recordarles lo hijos de mala
madre que son.
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