Estos del periódico son un poco listos o estúpidos, no lo
tengo muy claro. Hacer un artículo sobre la posibilidad de que el que no tiene
seguro se busque la vida compartiendo la tarjeta de otro ciudadano, me parece
malvado. ¿Qué intentaban? Imagino que dar ideas no era, ¿denunciar?
No se puede ir por la vida de honrados y hacer paquetes. Esto
lo veo a diario, nos gustan las cosas fáciles de pensar y nos quedamos con el
enunciado y si leemos lo que sigue es posible que nos pase dos cosas: nos gusta,
porque hubiésemos dicho lo mismo o nos escandaliza porque alguna de las frases
nos dio en la cara. Sea como sea ante la misma acción tenernos varias maneras
de ver y de pensar, según arrastre la ola.
En este caso, me ha hecho gracia que algo tan sencillo, tan fácil
de imaginar, sea noticia, aún sin empezar la jornada. Lo fueron los médicos que
se hicieron anti sistema y que dicen ellos entenderán a los enfermos sean del
país que sea. Bien, eso está bien, sobre todo si anda precedido por una pelea a
muerte en contra de esa ley, de esas normas que recortan la sanidad. El valor
más grande que un país puede dar.
Si lo miras bien, no sirve de nada tener un buen trabajo,
una casa maravillosa, la paz mundial… si estás enfermo. La enfermedad es algo
que se nos escapa, incluso a ellos, a los dedicados al tema. Es el peligro que
ronda por la cabeza del sano y solo saber que si en un momento, algo pasase
tendremos una puerta abierta a la pronta recuperación. Ahora por lo que veo
estos señores dejan una ventana abierta, para que los desgraciados salten.
Saltaran, claro que lo harán, porque la salud es lo primero.
Veo muchos facultativos que dicen que harán lo que su moral
les diga, es plausible, pero también puede no serlo para otras personas que
están en la rueda, la que mantiene el entramado sanitario en España. Hace unos
días leí una frase cortita respecto a esto, hablaban del sistema de salud aquí:
“Tenemos un tesoro” decía uno y muchos aplaudían. Bien creo que ha llegado la
hora de darnos cuenta de que lo que tenemos no es un tesoro, tenemos unos
ahorrillos acumulados, una casa bien montada hecha con el esfuerzo de todos, de
cada uno de nosotros, los españoles. ¿Vamos a repartir ese “tesoro”?
Claro que lo haremos, porque llevamos años haciéndolo, por
ley, por norma, por moral… llevamos años cuidando no solo del natural de aquí, también
del que nos llega, aunque solo sea para un par de días de vacaciones. ¿Se
meterá en el mismo saco a un argelino que a un sueco? No es tan rara la
pregunta, hasta ahora así lo hicimos y por parte de unos se hicieron “los
suecos”, porque cuando tu vas a sus países, esta norma que ahora se quiere
imponer aquí, ellos ya la cumplían a rajatabla. ¿Cuántos de nosotros viajábamos
tan alegremente que no hicimos un seguro de viaje? No lo hacíamos porque se da
la paradoja del dicho: cree el ladrón que todos son de su condición… cree el
buena persona que todos son de su condición.
Hace muchos años que escucho barbaridades ante el reparto de
los apoyos sociales; muchos españoles sienten o lo sintieron en carnes, que las
ayudas se terminaban pronto porque se repartían antes a gente que no era de
aquí; sería por lo del tesoro que uno siente se ha ido amontonando con los
ancestros y a la hora del reparto…
No sentimos que somos “uno” cuando hay que quedarse sin, o
cuando la cola es tan larga que nos desesperan, sobre todo si nos parece que no
lo merecen.
Esta crisis tiene sus cosas, entre otras el que nos hace
recapacitar si queremos globalizar el mundo, si es cierto cuando llamamos “hermanos”
a los de otras razas, si nos gusta ser dirigidos por gentes que miran las
circunstancias como desde el mapa aéreo de google o desde una estadística futurista,
que dice que el tesoro se acaba de tanto usarlo.
Ya hay postuladores de la igualdad, esos que salen a gritar
que las cosas no pueden ser así, esos que se adolecen cuando la vida se torna
macabra, aquellos que defienden lo suyo a capa y espada… lo triste es que
muchos miran como los gobiernos, desde las alturas, cada uno en el peldaño en
que se encuentra, sin unificar, sin impórtales un carajo lo que les pase a
otros, salvo si se da el caso que te roce lo suficiente como para llamar tu
atención.
Venga, dejemos de ser tan ilusos, tan egoístas y pongámonos a
la tarea del repartir… Sí, he dicho repartir… porque no sé si alguno se dará
cuenta pero hay muchos que ya han reservado pedazos del tesoro desde hace años,
que los guardianes, eran amigos suyos y no nuestros. Repartámoslo todo! ¿a que
parece un enunciado?
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