Hace un tiempo, en el 2009 creo, tuvieron la gran idea de
hacer una buena campaña publicitaria sobre la necesidad de consumir frutas y
verduras frescas. Una más de esas indicaciones institucionales para regularnos
la vida. Que si ponte es cinturón, que si no a las drogas o pónselo, póntelo…
incluso animar a votar, leer o caminar, mil anuncios para que la gente piense
más de lo que piensa, pero de esa manera curiosa donde se te dice que es lo que
debes pensar y con unos minutos, ni necesidad de plantearte el porqué de eso
que se te “aconseja” necesitas, solo haz lo que se te dice.
El otro día estaba en el supermercado y me acordé de aquella
campaña publicitaria donde nos instaban a comer cinco piezas de fruta y verdura
al día. Enseguida me vino a la memoria como aparecieron en el mercado nuevos
productos, zumos o similares, que se decían naturales con una alegría digna de
un iluminado. Con los años he aprendido que en un porcentaje muy alto cada vez
que se escuchan ciertas palabras como natural, gratis o fácil por ejemplo,
distan mucho de ser así.
Recordaba la cantidad de propuestas para cuidarse la boca o
los ojos, pasando por todo tipo de ánimos para prevenir mil enfermedades y me
da que hoy en día aquello que nos parecía tan inteligente, lo de prevenir para
no llegar a mayores, hoy en día ha pasado a la historia. ¿Nos engañaban? Creo que
no, pienso que está bien que uno se vigile la salud y no deje que las enfermedades
lleguen al punto de ser irreversibles; pero claro, ahora ya no hay dinero para
hacer estas campañas y a lo más que vamos a llegar es a poner velas a algún
santo para que eso que nos pueda preocupar solo sea una tontería. Hemos llegado
a un punto tal que nada de aquello que componía nuestro bienestar es ahora
importante; olvidamos que hay cosas que no se pueden remediar y que muchas
familias no pueden desembolsar un dinero que no tienen para que las cosas sigan
como antes.
Veo muchas noticias de gente que acude a comedores sociales,
a por raciones de alimentos a los bancos… Por cierto, ya le podrían cambiar el
nombre a esto, suena fatal que personas a las que los bancos de dinero, han
dejado en la calle por quitarles su techo, tengan que ir al banco a por comida,
aunque se llame Banco de Alimentos y sean todo caridad. Cada día a la hora en
que los comercios de alimentación cierran podemos ver gentes abasteciéndose de
sus desechos. Ya sé que dicho así suena muy mal, abastecerse de desechos, pero
no deja de ser una realidad. Tampoco me parece que sea lo más terrible, malo
sería si uno no pudiese comer y realmente no pasa nada, hay tanta noticia sobre
esto, tan en boca de todos está que lo hemos asumido y a la que vamos veremos cómo
pronto saldrán listos organizando las batidas. A lo mejor volvemos a la época
en la que los puntos donde se colocaban los pedigüeños estaban más que
cotizados; que si la puerta de la catedral, que si la esquina del teatro… se
rifaban las calles con mayor poder adquisitivo y no te podías poner a pedir en cualquier
sitio.
De vivir bien a tener problemas económicos, mejor dicho a no
tenerlos porque no se tiene dinero, cuando aparecen otros problemas como el
comer, hay un camino que se cruza rápido. Un quedarte sin trabajo, sin
subsidio, sin que tu familia te pueda ayudar, cosas todas que están a la orden
del día y que nos llenan de temor. Hemos olvidado que nuestros niños merecen
cinco piezas de fruta y verdura al día; ¿volverán aquellos años en que en las
escuelas públicas se nos repartía un cuartillo de leche o una naranja? Mirado
desde el que más o menos tiene suena extraño, lejano y empezaremos a verlo más dolorosamente
cuando en los colegios haya niños que lleven su almuerzo o la merienda y otros
no; cuando unos puedan remediar la plaga de piojos y otros sigan rascándose porque
en casa no hay para el champú de turno.
Me he tomado la molestia de ver que es lo que cuestan cinco
piezas de fruta, es cierto que dice: frutas y verduras, pero viendo que unas
vainas pueden rondar o pasar de los dos euros, da un poco igual. Una naranja,
melocotón, pera, paraguayo y una manzana cuesta 1,31 €. Mirando que en muchas
familias hay dos niños la cosa se pone en unos 78 euros al mes. Me parece una
barbaridad ¿por qué es tan cara la fruta o la verdura? No estamos hablando que
para una buena alimentación se necesita también lácteos, carnes y pescados,
solo he contado lo que cuesta la fruta. No sé como estas familias podrán
alimentar a los suyos si este gobierno no decide que el que nada tiene merece
un poco de ayuda. Habrá un país dividido, por un lado los niños que se críen
con todo tipo de frutas y los que no; todos sabrán como comer una galleta Oreo,
pero la mitad no podrá probarlas. Unos tendrán la opción de escoger los
caramelos y otros cuidaran su dentadura porque no los probaran.
Las cosas no se ven bien para muchos. Los estamentos no
tienen pensado que hacer, debe ser que mantener el estatus de algunos es mucho
más importante. Escucho ya frases desagradables de esas en las que los que
tienen empiezan a estar cansados por verse rodeados de los que no. Sé que lo
que en un principio produce pena, desasosiego o caridad, acaba siendo molesto. Los
que no tienen aun no han salido a las calles, gritan demasiado bajo y no se les
aparta, todo llegará. Siempre ha pasado, acabamos sacando de nuestro lado eso
que nos molesta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.