domingo, 30 de septiembre de 2012


CARTA A LOS SEÑORES QUE FABRICAN ROPA.
Sentí un picor en mi cintura. Me rasque con suavidad por si era algo pasajero. A la hora era ya una tortura el picorcillo. Nada más llegar a casa me mire sorprendida ¿Qué era aquello que me molestaba tanto?
Ese bicho muerto eran unas enormes etiquetas con información en todos los idiomas imaginables de la composición, forma de lavado y procedencia de la camiseta. Una simple camiseta con tres enormes etiquetas y una más pequeña. Todo esto en un material plástico blando pero con aristas suficientes para enrojecerme la piel.
Y las recorte. Tienen letras por ambas caras y me he tomado la libertad de contarlas.
Hay 256 palabras y 1.698 caracteres con sus pocos espacios.
A poco que uno mire por Internet se da cuenta de los miles de apuntes que hay referentes a 250 palabras. La mayoría son relatos, cuentos cortos, poesías. También es la recomendación para las entradas de carácter periodístico.
Bien, ahora mi propuesta.
Porque no utilizan esta profusión de páginas con información que nadie lee y las usan ustedes para ir colocando estos relatos que se pierden en la infinita red de redes? Solo es una idea pero vean la gran alegría que seria para los autores, los amigos y las familias de estos.
Otra idea sería poner frases de esas que se pueden encontrar en cualquier buen libro de pensamiento. Iríamos vestidos como siempre pero además pensando.
Y acertijos? Esto, estoy segura seria una magnífica idea entre los jóvenes de todas las edades que harían quedadas para resolverlos. Seguro inundarían los teléfonos con mensajes reproduciéndolos.
Se venderían muchas camisetas o cualquier otra prenda solo por tener estas ediciones. La gente pediría que en sus grandes tiendas se realizasen firmas de prendas. La prensa iría rauda ante la noticia y tendrían publicidad gratuita.
Se coleccionarían e incluso podríamos crear un centro para cambiar los repetidos.
Las prendas no solo seguirían siendo las mismas de siempre pero con esta idea mía además serian portadoras de cultura.
Imagínense a los modelos la cara que se les quedaría de bellezas cultas después de posar con una buena frase de Cicerón, por ejemplo o un relato corto de…algún concurso.
Imagino a todos esos jóvenes que están esperando ansiosos a las puertas de sus establecimientos para comprar el último diseño esperando entusiasmados porque además…esta temporada traen Haikus, por ejemplo.
La gente se acostumbraría a leer y por ende también leerían los adecuados carteles que se pueden poner en las paredes de la tienda, junto a las prendas con la misma información que nos dan en estas cuatro tiras de plástico que tanto molestan.
Ya estoy viendo nuevos movimientos en los ayuntamientos, las fundaciones…les veo a los políticos inaugurando Bibliotecas de Etiquetas.
Creo que ha quedado demostrada la gran ventaja de mi idea. Ahora solo hace falta que la pongan en marcha.
Un saludo.
PD: Esta idea se la envío en un par de camisetas que poco más o menos es el doble de lo que ponen ustedes en una de ellas.

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