¿Qué pasaría si de la noche a la mañana dejásemos de desear
poseer cosas?
Es difícil imaginar una cosa así, pero juego a eso…
“Hoy 21 de septiembre del año de gracia 2012, el planeta
entero se ha teñido con una niebla densa que no ha dejado resquicio, ni
posibilidad alguna de librarse de su influjo. En la madrugada, justo cuando la
luna llena se encontraba en todo su esplendor, ha sido captada una
efervescencia que salía de las copas de los arboles. Un polvo fino de color
rosa ha ido cubriendo el aire primero y luego toda masa que cubre el planeta. Las
partículas en suspensión tenían un sabor a fresa del bosque muy característico en
los champús y todos hemos sido tocados por ella. Sin remedio, con expectación el
mundo ha vivido unas horas de calma tensa, ya que dicho polvo provocaba una somnolencia;
no ha sido peligrosa por ser suave y verla venir, con lo que se ha dado el caso
de que todos los que se movían han podido pararse.
El fenómeno ha durado justas unas cuatro horas y se ha dado también
en la parte del globo que estaba disfrutando a modo diurno. Todo ha sido
contaminado con esta “Nube de Fresa” (así lo llaman).
Millones de personas han dejado sus puestos de trabajo y se
han ido de paseo; los que no podían por las inclemencias del tiempo han
organizado sesiones de lectura, charlas y juegos de entretenimiento. Los que
pescaban han vuelto a tierra y en los campos, hoy no ara nadie. Todo el mundo
ha puesto música suave de acompañamiento y están haciendo listas interminables
con lo que poseen. Se dice que todos desean compartir, regalar, dejar lo que
tienen para uso y disfrute de la comunidad.
Los científicos que podrían dar una explicación a este fenómeno
no quieren hablar, han dejado para otro rato el seguir investigando ante la
duda de si eso que hacen va a servir para algo, se lo están pensando y a su vez
han abierto líneas telefónicas para recibir propuestas de la ciudadanía. Los
políticos se han quitado los trajes y bajan a la calle a pasear, junto a sus
vecinos, jugando con los niños de manera cariñosa. Nunca antes se vio tal cosa
entre esa casta y ellos gentilmente han decidido dejar el tema en el olvido,
como si no fuese necesario un control. No lo es, no es necesario, todos, sean
del país, de la raza, de la forma que sean, tienen ahora mismo la naturalidad
de ser correctos.
Los médicos están asombrados, los enfermos se recuperan por
minutos, incluso los muy graves, los que esperan la muerte, están tranquilos
junto a personas que les tienen la mano sin conocerse de nada.
La “Nube de Fresa” ha desaparecido, pero todos hemos sido
tocados por ella y a consecuencia hemos cambiado. Es difícil, incluso esforzándose
mucho, recordar el pasado. Hoy sé que es día 21, que puede darse el caso de que
el otoño llegue y nos alegre la vista el piar de los pájaros que ahora rondan
con alegría por todas partes.
No sé porque cuento esto, si ya no interesa, la vida es hermosa
y por fin el mañana no es un devenir.”
Sería increíble la manera tan sencilla de organizarnos, de
hacer cosas para que la comunidad funcionase, con bienestar, el justo, que ya
hicimos bastante pensando que necesitamos más y más cada día. Perdería el gusto
de enfadarme, encabronarme por maldades; perdería mi pequeñísima parcela y
dejaría de ser propietaria de un grano de arena para disfrutar de la playa
entera. El bosque sería nuestro bosque, el de todos y cuidar de la tierra,
recolectar, manipular las materias primas, sería un placer a compartir.
Con esas, ni por esas… despertamos de la pesadilla social en
la que, parece nos guste vivir, aunque no lo reconozcamos. Lo mío es mío y lo
tuyo… ¿Cuánto vale? Buscaremos un término medio idiota… para seguir como
estamos pero habiendo votado.
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