Dice Arguiñano en Twitter que esta es la receta más vista de
la semana.
Ni siquiera es una "idea"; esta es mi receta, la
de muchos españoles que tiempo atrás, cuando no se era rico, ni especulativo,
ni la triste economía que teníamos se llamaba "crisis", comíamos dos,
tres veces a la semana.
Con un canto en los dientes te dabas si tenías la gran
suerte de poder añadir chorizo, no digo nada del queso que eso ya eran palabras
mayores.
Los lunes macarrones... Era como una tradición de pobre, un
poder comer algo que no fuesen patatas o cocido. Desde aquí mi loa a los buenos
chorizos que en su tiempo no solo representaban, en la memoria colectiva, al
ladrón, al sinvergüenza. No tenía un precio exagerado y con su grasa y ese
color característico bien daba a nuestra comida cierta alegría. Patatas con
chorizo, otra variante económica del menú o ese cocido que se alargaba en sopas
para gusto de todos, menos de Mafalda.
La abuela decía: "La sopa hervida, alarga la
vida"; la vida, no sé, pero sí la economía familiar que ahora empieza
mucho a parecerse a esa época, esas, en plural, las que como buenos españoles
hemos pasado casi en todas las décadas. Que no ha habido un decenio en el que
todos estuviésemos tranquilos. Por reyes, por dictadores o por demócratas
ahora, siempre tuvimos un miedo en las entretelas, volver a los macarrones con
chorizo, volver a tenerlos de bandera en la cocina.
Los de ahora se tintan plato de cocina mediterránea, pero
antes, antes solo era "los lunes macarrones" y bien contentos que
estábamos... el progreso solo nos ha traído queso, rallado por la esperanza.
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