lunes, 17 de septiembre de 2012


Hoy me he dado cuenta de una cosa curiosa, estamos aburridos, totalmente, irremediablemente aburridos. Antes cuando apañábamos la vida de buena manera teníamos ilusiones, metas, esperanzas con futuro y ahora, ahora somos unos sonámbulos que llegan a duras penas a final de mes. Digo final, por ser lo que marca el antes y el después del que vive con un sueldo, pero es igual, ahora han conseguido que haya muchas personas que tienen un final de semana, del día, muchas que no tienen claro si mañana les cortaran la luz o si podrán seguir en el piso; uno que antes podía ser suyo o siendo alquilado no se puede seguir dejando que el propietario haga lo que debía de hacer nuestro gobierno, que la constitución no se hizo hace unos pocos años.
Nos aburre la miseria que rodea la vida que se vuelve cotidiana, la televisión que juega con nuestro entretenimiento, unas veces como si fuésemos idiotas y otras como dándolo por cierto; los políticos que se ríen participando del teatro de la política y juegan a crear desgracias para luego perder su tiempo salvando desgraciados, aunque nunca sea suficiente, al no importarles las bajas colaterales es igual lo que hagan, tampoco tiene castigo.
Hoy las redes sociales parecían un hervidero, poca cosa ha sido, lo justo para entretenernos un rato y he visto como afloraba la ironía, la gracia de los que escribían, hasta yo misma he tenido varios puntos divertidos, con sorna bien llevaba. A las tres horas ya se había pasado el furor, la cosa se ha calmado, que es lo suyo. Me daba cuenta de que muchos de esos que renacemos con la novedad estaríamos encantados si pasase algo imprevisto. No se trata de que haya una gran catástrofe, que supongo esto dará mucha vida a los generosos; más bien nos gustaría una invasión extraterrestre, un ataque de plantas locas, la vuelta de los dinosaurios, una enfermedad generalizada que solo afectase a los muy ricos o a los políticos… algo que nos saque de nuestras sillas y nos haga idear nuevas armas para defender al mundo de la plaga que sea. Lo que realmente nos gustaría es ser personajes de un comic, da igual si no tendríamos relevancia, solo con tener el poder, el grandísimo poder de no aburrirnos… de ser los nuevos propagadores de un entretenimiento desmesurado.

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