viernes, 22 de junio de 2012


Qué no! que no quiere una andar fastidiando un viernes cualquiera. A veces me sabe mal subir estas cosas, da la sensación que en vez de abrir una ventana a "OTROS PARECERES", abro una puerta a la mala leche y la atonía social. En un primer toque se pretende un guiño a la duda, a la confianza popular que hoy, más que nunca debe estar atenta. Para nada la desconfianza es un mal, al contrarío, esas dudas son las que hacen que el científico descubra fallos o aciertos y es, sin duda, la que nos hace buscar la corrección. Hablando de medicina, duele mucho y no hay analgésico que nos salve. Todos sentimos que hay cosas que se nos escapan de las manos, las sentimos nuestras y alejadas a la vez. Por ejemplo la policía, que si bien está para ayudarnos en un problema, para protegernos de aquello que "sentimos" rompe nuestra estabilidad y los vemos pertrechados como si de ir a la guerra se tratase y poco les importa si en un momento dado, los que les pagan, los ciudadanos están defendiendo algo que es justo. Nada de gestos con la cabeza... ellos solo cumplen ordenes! y por mucho que nos pese, menos mal! los que deberían ser capados son esos que les mandan.
Con la medicina pasa lo mismo. Por un lado están los sanitarios que trabajan con ahínco para nuestro mejor vivir. Nos cuidan e intentan hacer que sanemos. Los pobres han perdido aquello de que uno se hiciese propietario de su buen hacer y en boca: Es mi médico!, cosa que decía sin duda, que te conocía desde pequeño y se preocupaba de toda la familia. Te fiabas de sus pronósticos, y de lo que te mandaba, era casi amigo.
Ahora hemos perdido este concepto de tener un profesional como algo propio, los visitamos, nos dejamos hacer y en su mayoría, tanto doctores como en enfermería, son buenos profesionales, se esfuerzan en lo que pueden. Lo triste es esa parte oscura que a pesar de esto, de ser oscura es lo que reluce. El médico prepotente, distante, que no comprende por qué coño te pones nervioso cuando entras o acojonado cuando no hay manera de saber qué te pasa... Esos que desde hace años han dejado que en la cabeza social circulen ideas de trampas con los medicamentos, de abusos y cobros de comisiones por poner esta marca de... lo que sea, u otra, según los regalos de las farmacéuticas. O los auxiliares aquellos que te tratan como si fueses ganado, peor, porque lo saben, saben que no somos animales... Muchos parecen desquiciados. Digo mal, no son muchos, solo que como he dicho antes, lo oscuro siempre reluce más. En esto, como en lo de la policía, la culpa no la tienen ellos... la tienen los que lo permiten y debajo de la pirámide... NOSOTROS. Queridos, vamos a tener que aprender a discernir y a defendernos, no hay medicamento para una sociedad infectada de malicia.

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