Me han dicho que van a publicar La Lista Interminable, pero
no saben cuando la acabaran. En este país al paso que vamos haremos cierto el
dicho y cada uno tendrá su propia pandereta para ir tirando; estamos
aprendiendo que no se debe pedir limosna sin dar nada a cambio, vamos, que para
que no se llame pedir, se vende algo. En nuestro caso estamos vendiéndolo todo,
porque al aceptar ese capital, aceptamos la deuda y además nos erguimos como
apoderados de nuestros descendientes hasta dentro de varias generaciones. Si tuviésemos
panderetas propias aún podríamos tirar pá lante, pero las que hay son todas
hechas en otros países y ni siquiera son Made in Spain.
En la vorágine del desarrollo le hemos vendido parte de la
finca a otros que nada tienen que ver con nuestro entorno, ni siquiera son
europeos, son orientales, árabes o yanquis… ¿Qué no? Solo hay que mirar los
muchos propietarios de grandes fincas de cultivo, naranjales, viñedos, olivares…
y la industria que se las tiene que ver con empresas con dirección internacional
que para seguir funcionando nos exigen que seamos como aquello del cuento que
tanto hemos contado, “trabajar como chinos, por un plato de arroz”. Uno puede
pensar que siempre quedan más de los de casa que de fuera, pero me temo que no
es muy útil esta apreciación, ya que estos están tan ahogados por las deudas o
por tener que servirse de material no Español que son la mayoría. Nos dimos
cuenta de que poner un Made in Spain era sencillo porque los gobernantes así lo
quisieron y daba mucha rentabilidad que el trabajo base lo hiciesen en otros
países y aquí solo con pegar una suela y meter en una caja lo teníamos apañado.
Me gustaba comprar en ciertos supermercados por aquello de que en todos sus
productos, cual bandera, ponía un: Hecho en España. Ahora solo es Embasado y no
producido. Nos hemos alucinado al comprobar que tenemos la huerta de Europa y
seguimos consumiendo cebollas de vaya usted a saber dónde.
La lista interminable será sobre aquellos que vivieron más
que felices gastando un dinero que si bien no les pertenecía, se dejó sin
control a su alcance. La prensa saca dosificadas las gotas con los sinvergüenzas,
las leemos con tristeza, con rabia, pero ¿Cuál de nuestros afamados políticos no
controló? ¿Quiénes miraron para otro lado? Ellos son tan culpables como los
otros, desconocemos sus nombres y nos quedamos tan panchos. El poder judicial
ha salido a la palestra ¿ahora? Es que antes no lo veían, se cegaron por el
brillo del espectáculo y en estos momentos queda divino que no se ofrezca la
mano a uno de ellos que se ha dejado pillar. No tienen excusa, como no la tenemos
ninguno. Ver estos desmanes en la comunidad de vecinos, en el ayuntamiento, en
diputación, en los centros de gobierno es algo que pasó… por nuestro lado y nos
confundimos tanto que hasta nos hizo gracia, volvimos a votar, y señores, votar
en algunos casos es casi como aplaudir.
¿Cree alguno que somos los dueños de este país? Mi pandereta
tiene una etiqueta que dice: Hecho en Hong Kong, porque yo soy así de vintage.
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