miércoles, 20 de junio de 2012


Me han dicho que van a publicar La Lista Interminable, pero no saben cuando la acabaran. En este país al paso que vamos haremos cierto el dicho y cada uno tendrá su propia pandereta para ir tirando; estamos aprendiendo que no se debe pedir limosna sin dar nada a cambio, vamos, que para que no se llame pedir, se vende algo. En nuestro caso estamos vendiéndolo todo, porque al aceptar ese capital, aceptamos la deuda y además nos erguimos como apoderados de nuestros descendientes hasta dentro de varias generaciones. Si tuviésemos panderetas propias aún podríamos tirar pá lante, pero las que hay son todas hechas en otros países y ni siquiera son Made in Spain.
En la vorágine del desarrollo le hemos vendido parte de la finca a otros que nada tienen que ver con nuestro entorno, ni siquiera son europeos, son orientales, árabes o yanquis… ¿Qué no? Solo hay que mirar los muchos propietarios de grandes fincas de cultivo, naranjales, viñedos, olivares… y la industria que se las tiene que ver con empresas con dirección internacional que para seguir funcionando nos exigen que seamos como aquello del cuento que tanto hemos contado, “trabajar como chinos, por un plato de arroz”. Uno puede pensar que siempre quedan más de los de casa que de fuera, pero me temo que no es muy útil esta apreciación, ya que estos están tan ahogados por las deudas o por tener que servirse de material no Español que son la mayoría. Nos dimos cuenta de que poner un Made in Spain era sencillo porque los gobernantes así lo quisieron y daba mucha rentabilidad que el trabajo base lo hiciesen en otros países y aquí solo con pegar una suela y meter en una caja lo teníamos apañado. Me gustaba comprar en ciertos supermercados por aquello de que en todos sus productos, cual bandera, ponía un: Hecho en España. Ahora solo es Embasado y no producido. Nos hemos alucinado al comprobar que tenemos la huerta de Europa y seguimos consumiendo cebollas de vaya usted a saber dónde.
La lista interminable será sobre aquellos que vivieron más que felices gastando un dinero que si bien no les pertenecía, se dejó sin control a su alcance. La prensa saca dosificadas las gotas con los sinvergüenzas, las leemos con tristeza, con rabia, pero ¿Cuál de nuestros afamados políticos no controló? ¿Quiénes miraron para otro lado? Ellos son tan culpables como los otros, desconocemos sus nombres y nos quedamos tan panchos. El poder judicial ha salido a la palestra ¿ahora? Es que antes no lo veían, se cegaron por el brillo del espectáculo y en estos momentos queda divino que no se ofrezca la mano a uno de ellos que se ha dejado pillar. No tienen excusa, como no la tenemos ninguno. Ver estos desmanes en la comunidad de vecinos, en el ayuntamiento, en diputación, en los centros de gobierno es algo que pasó… por nuestro lado y nos confundimos tanto que hasta nos hizo gracia, volvimos a votar, y señores, votar en algunos casos es casi como aplaudir.
¿Cree alguno que somos los dueños de este país? Mi pandereta tiene una etiqueta que dice: Hecho en Hong Kong, porque yo soy así de vintage.

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