martes, 23 de octubre de 2012


Sin ser yo nada de eso... lo entiendo.
Imagino al artista de pequeño, siendo un infante con pocos, o ningún amigo; seguramente ya tiene ciertas tendencias que le hacen un tanto diferente a los demás niños, quizás no sea del todo culpa suya, por lo general los veo como entes descolocados. Sus padres suelen ser “normales”, con la premisa de querer serlo, sin mayores aspavientos, con la necesidad de progresar normal que tienen todos los jóvenes adultos. Es posible que se pase el tiempo haciendo dos cosas: preguntando y recreando las respuestas. Por lo general, las preguntas suelen ser proporcionales a las respuestas, a más complicación en ellas, más simples son. Buscaran en la genealogía alguna diferencia con lo normal, algún familiar que se le aproxime, bien por excéntrico, listo o aventurero y cambiará toda la información hasta darle el punto deseado. Así pues un niño que nace artista, tendrá algunos ascendientes que ya lo eran, que se les intuía como los puntos altos de la familia, incluso después de ser ingresados o encarcelados. Lo mejor suele ser los familiares que desaparecieron en combate, bien por una de esas guerras que pillan cada equis años o bien porque salieron a por tabaco y a pesar de no fumar, nunca regresaron. Estos son los mejores, se les insulta, se comenta donde pueden estar y que fue de ellos, dando mucho juego para un niño artista.
Es normal que en todas las familias siempre haya algún otro “artista” con mayor o menor fortuna. Desde aquella tía lejana que era considerada “de vida alegre” y que por consenso familiar se le adjudicaba una vida de… pongamos bailarina con amantes, a la de un bisabuelo que en vez de ser emigrante se convirtió en aventurero; viajo de un punto a otro del país persiguiendo una quimera, comer, para lo cual hizo cientos de trabajos, incluida esa vez que estuvo trabajando como ayudante de domador en un circo de mala muerte. Los leones eran tan peligrosos como gatos muertos de hambre y él solo limpiaba la pista y montaba las jaulas, pero la palabra “circo” tiene connotaciones afines con el alma de un artista, más siendo niño, así que esto es una buena noticia.
A veces, de no tener mayores referencias se echa mano de los vecinos o los que pasaron cerca, pero nunca serán lo suficientemente importantes, ni como de la familia.
El niño artista se pasa muchos ratos solo, muchos hablando con una única persona, él y esto puede retorcer la mente más correcta. Los progenitores y hermanos se preocupan, pero ante tanta rareza se unen para cortar por lo sano, bien enviando al chiquillo a un reformatorio, aunque se llamen internado o una escuela militar, no sin antes haberle machacado por la parte sentimental todo lo que podían. Crece en un entorno negativo, desposeído de toda lógica abstracta y cargado de resentimiento, no por su parte, más bien por todos los demás. No pueden soportar que uno del grupo salga del tiesto y cree sus propias flores. Por lo general estas biografías tienen un impasse lleno de granos y amor desolado que culmina con dos puntos que bien pueden estar alejados uno de otro, sin remedio. O reconduce su pasión (a esta edad se llama pasión al arte descubriendo la música, la plástica o la poesía) o se integra en la mediocridad de la vida, que siempre es mediocre desde su punto de vista tan lejano de la norma.
Es posible que en ese camino el creador haya sufrido retortijones morales y de tener suerte no termine siendo adicto a cualquier tipo de droga o en la cárcel pagando por algo que no le pertenece. Algo que les marca, suelen ser idiotas, rematadamente desastrosos con la vida real.
Las explosiones interiores no se pueden controlar, el joven hombre sentirá que el sexo se mezcla con la creatividad y de no ser por las normas, las formas, no se podrá controlar el estallido. Pobres artistas los que lo intentan, mueren pronto, con las entrañas carcomidas ya que por mucho que se diga, esa lava no se puede contener. Si por una de aquellas ha ido probando que era aquello que le venía a medida, caerá en la desesperación, es costoso darse cuenta de que no siempre uno está hecho, tiene aptitudes para alguna rama de las artes, incluso puede darse el caso de que ninguna le sea propicia y sí una mezcla de todas juntas o las diferentes ramificaciones que tienen, como sería dedicarse a la crítica, a la decoración o la fotografía. Se puede ser un artista sin brazos, sin ojos, pero no sin alma y cuando esta está revuelta es muy posible que te califiquen de loco. Ten cuidado con tus hijos, tan malo es no darse cuenta de que es un niño especial, como querer tener uno y enseñarlo a los amigos. Ninguno de los dos casos soportaran la presión y es posible que se encuentren en la misma habitación acolchada, pero no se tengan nada que decir… salvo que se den cuenta de que el uno, no puede vivir sin el otro, la creación es cosa de dos, el loco que mira y el loco que hace posible que mirar.
Un estudio a gran escala confirma el vínculo entre la creatividad y los trastornos mentales

http://www.tendencias21.net/Un-estudio-a-gran-escala-confirma-el-vinculo-entre-la-creatividad-y-los-trastornos-mentales_a13714.html

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