sábado, 13 de octubre de 2012


Estaba pensando que me gustaría ser... estoy en duda, si un 8 o un bonito 0... la verdad es que no lo tengo claro...
Ambos son pares... qué sí, que ahora el cero de toda la vida, ese que los viejos piensan que no tiene valor, lo tiene y es par.
A la par, por paridad, por par-tes, por par-tida doble, por... y es que la partícula par es exquisita, casi honrada, diría yo, que sabe cómo repartir nada y si no, que se lo pregunten al rey ese que quería partir un nano por la mitad. De haber cero niño, no se hubiese dado el caso; de haber un niño y cero madres, tampoco y es más... no tendría que haber ni rey... y este cuento sería uno de esos abstractos que como un cero cualquiera nos quieren imponer.
Si hay algo que me mosquea mucho son las fábulas, no me gustan nada. Siempre pierde alguien, uno es más listo que otro, uno es astuto y otro se muere de frío o se lo comen las manías... las fábulas son como las parábolas de los religiosos y las afirmaciones de los políticos, están hechas para confundir, para inculcar ideas que interesan a unos pocos. Ayer fue su muertocumpleaños (Felix María Samaniego) y lo releía mientras pensaba en la de veces que usamos de la jodida hormiga para machacar a los demás. Qué ese "demás" era un músico que alegraba la vida. El muy tonto no cobraba por ello y claro, luego pasa lo que pasa, que tiene cero en la despensa y se muere de asco. La otra, la pedante hormiga no para de currar y de almacenar... si es que la veo gobernador animal de algo... esa, seguro que es impar. 

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