martes, 16 de octubre de 2012


La pregunta es: ¿Nuestra realidad es real? A veces hay preguntas que deberían tener por lo menos cuatro ítem, sin trampa, como en un examen serio, A,B,C,D. 
Como en una de esas pruebas uno miraría la pregunta y las supuestas “verdades” en 
los ítem donde se esconde la autentica y única respuesta. Esto estaría bien y en sí mismo sería ya como tener la respuesta. Puede ser que de las cuatro, una sea la clásica tontuna de los examinadores, una que trasladada a la vida real podría enmarcarse en esas creencias montadas para la satisfacción de algún ego enloquecido que un día miro hacia abajo y pudo ver su personalidad colgando entre sus piernas; suelen ser graciosas, casi se agradecen porque anima ver que somos capaces de extrapolarlas del conjunto. Quedan tres posibilidades y visto lo visto, una es solo un suponer, una creencia arraigada con estratos de realidad que no llega a fraguar, salvo que se beba mucho o que se tenga un tarro de fe a mano. Dos es una cantidad de posibilidades infinitas; según sean las posibles respuestas es mejor leerlas con detenimiento y pensar que de haber estudiado no tendríamos dudas. 
¿Hemos estudiado lo suficiente? Me temo que no, que tenemos demasiado peso en las mochilas y cuando llegamos a clase estamos tan cansados que no nos apetece abrir las posibilidades. Tampoco es que estudiar sirva de mucho, hay grandes eventos que nos han cargado de despistes, que en el fondo somos como los animales que de no estar en guardia, estamos contentos y nuestras alertas se evaporan al juntarse con el olor de la comida. 
Mi realidad cambia poco y me alegro por ello, pero soy consciente de que nada es seguro. Si hoy estoy sin dolor, mañana puedo morir por la peor de las contraindicaciones de la vida, la simple muerte. Si me siento feliz, también puede ser que se agote la llama que ilumina mi vida y la ceguera haga que la realidad sea solo un mundo de sonidos que cambian solo con el movimiento de mis orejas. No se puede asegurar nada aunque la esperanza por acertar, la del ignorante se base en las probabilidades. Tomo el bote de fe, que para los que creemos en lo que vemos y en que el aire existe aunque no lo veamos y me lo bebo. Hago mil gestos, rápidos, al antojo de mi locura, y pienso en que de haber otra realidad, seguramente será antagónica a esta nuestra y espero que alguna Marixa esté ahora sintiendo que pierde el norte. Si nuestra realidad es real… es una estupidez, la realidad solo puede ser real, menos en Hollywood donde es de otra manera, mucho más bonita.

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