jueves, 4 de octubre de 2012


Cuando veas que los pájaros caminan, que los peces duermen en las orillas panza arriba o que los humanos se pelean… empieza a pensar. Llevo meses viendo cosas curiosas, muy curiosas; no me refiero solo a culebras de cinco cabezas o las ya clásicas ovejas bipolares, no, me refiero a cosas como que las máquinas pueden pensar o que los gobiernos… están por la labor de apoyar al pueblo. Hoy he visto una foca en Málaga, ¿qué será lo próximo? Pordios! Espero que no sea un elefante en Madrid, que ya sabemos tiene los días contados. Mi perra ha empezado a leer el periódico. Culpa mía, lo sé, que ando pobre y aprovecho todo lo aprovechable, ya no tiro nada y este espíritu propio de mi inquietud que era el diogenismo se está disolviendo. Ahora tengo la certeza de que voy a necesitar estos apaños para un futuro que miro desde la ventana y veo, ciertamente, oscuro.
Ayer hablaba de la excelencia que no es valorada, repasaba las matemáticas y accedía al mundo de la estadística que tanto me gusta. Ya supongo que las estadísticas son casi todas un tanto fantasiosas, ¡qué le vamos a hacer! Se parecen tanto a mí… con esas curvas que ascienden, a veces vertiginosamente, otras en pausas cortas, como cuando paseas por la calle que andas avanzando a espacios. Una mirada aquí, un olor allí, un vecino a quien saludar… de ninguna manera te das cuenta de que la línea sube y sube… no eres consciente de lo que está pasando porque está vez la estadística es de las suaves. Te imaginas lo que sería estar en la cumbre, allí donde se puede apreciar el mundo en todo su esplendor y los ves, a los triunfadores, que pareciese han luchado por conseguir tener todo a sus pies. No lucharon, no hicieron grandes esfuerzos, les viene de familia o de amigos. Unos a otros se van presentando, enseñando las oportunidades y las toman, sin más, como si esto les perteneciese desde siempre. A lo mejor es que sí, que esto es cosa de unos pocos y la gran mayoría no llegaremos nunca a alcanzarles.
Tengo letras en el culo. Me senté encima de un periódico y allí que se aposentaron. Lo único que me molesta es que tengo que aprender a leer en un espejo, no es muy difícil y diré más, las noticias dadas la vuelta se entienden mejor. Parece increíble pero la perra y yo lo comentamos muchas veces; ella bosteza aburrida de leer siempre lo mismo y no es para menos. Además sirve de archivo que me he dado cuenta de que una de las cosas que me demuestran que el mundo está cambiando es el olvido. Uno real, denso, sin gratificación alguna, que se coloca de parte de los que nacieron en la zona alta de la estadística. Voy a ver si me hago de algún club secreto, que son los únicos que no entran en las cuentas, claro que por ser eso, secreto, no sé cómo me voy a enterar de que hacer… a lo mejor descifrando las noticias…

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