No recuerdo bien cuál fue mi primera prueba científica del
porqué de las cosas, seguramente, un dos en uno; saber cuántas veces soportaba
un chupete ser tirado al suelo, prueba de calidad y las que aguantaba mi madre
al agacharse y volver a dármelo, prueba psicológica. Luego vinieron otras con
mayor o menor fortuna, algunas ni siquiera han servido para nada, como ver la
velocidad de mi padre ante una carrera hacia la carretera, siempre corría más
que yo y quedaba demostrado que la malicia de un niño es directamente
proporcional al tono de la cara con que se quedan los que te rodean.
Las hice buenas y a conciencia, incluso algunas sin ser muy
consciente, pero todas con un espíritu curioso natural en mí. Creo que es por
esto por lo que me gusta tanto cotillear en los portales de científicos, porque
de alguna manera ellos hacen lo que no puedo hacer, tienen medios y al fin de
cuentas las conclusiones hasta que no salen en los libros, y aun así, siempre
se pueden mejorar. Estos del vídeo han hecho una de esas que solo es
justificada por el aprender, el saber, pero que en este caso me da que no sirve
de mucho. ¿Cuántas veces se ha de estrellar un avión sin pasajeros? Ninguna.
Que si querían hacer pruebas de resistencia ya se puede, vía matemáticas y con
esos aparatos que lo imaginan todo a base de parámetros la mar de monos.
Otra cosa hubiese sido si el aparato estuviese en las mismas
condiciones que cuando volamos, lleno de gente y de combustible, con sus
pilotos sudando y gritando por la radio: “Mayday! Mayday!Maday!” así repetida
por tres que ya es lo más, un peligro real, donde está en juego las vidas
humanas. En este caso al no haber tripulación me han dicho que estaban por
poner el Help! de los Beatles, que siempre alegra todos los experimentos de
este tipo. ¿Y cómo hacer para que este experimento hubiese sido un éxito real?
No se me ocurren muchas opciones, supongo que a ellos, menos, pero hacer un
reality al más puro estilo Gran Hermano, con sus concursantes deseosos de que
las llamadas del público los echen de la nave, hubiese tenido gran audiencia,
claro que como es un producto televisivo, habría que haber aprovisionado al
avión en vuelo, recambio de pilotos y de azafatas… demasiado lío. Otra opción,
quizás un poco más excéntrica sería la de convocar un casting de suicidas, que
digo yo seguro da para una flota. Total, qué más da escribir una póstuma carta
para un juez o la familia, toda sería y concienzuda, que para un concurso. En
este caso seguro que no hacía falta ni sacar a los pilotos. Hubiésemos sabido
cómo funciona realmente cuando te la pegas; nadie gritaría Mayday, salvo esos
que siempre tienen que hacerse notar y se arrepienten en el último minuto. ¿Qué
pasaría si en vez de que el experimento fuese mecánico y de reacción, lo fuese
para ver hasta qué punto dios o la mente, ayuda? En este caso seguramente en
vez de suicidas meterían a un nutrido grupo de espirituales, de todas las
ramas, esos que se pasan la vida impartiendo conferencias de cómo potenciar
nuestro amor, el espíritu o el intelecto. “El Poder de la Mente”, ya lo estoy
viendo, el poder de la mente frenando una caída inminente… El poder del amor,
acolchando el suelo… El poder del intelecto teletransportandonos a otra
dimensión… Esta es la única a la que le supongo triunfo, claro que se transporta
solo algo que no podemos saber con certeza que sea real y los cuerpos quedarían
inservibles.
En fin, que este experimento no está muy acertado, acaso
¿usaran más aviones para que la prueba sea empírica? Me temo que no. Han
tardado cuatro años en planearlo y viendo cómo anda la ciencia de economía, no
creo que tengan más que para sacar una buena conclusión: Si un avión cae del
cielo, te escacharras, seguro. Mejor será subir confesados, dejando todas
nuestras cuitas solucionadas y esperando que el curso natural de las cosas esté
a tu favor y no tengan que decir: Mayday! Ni una, ni dos, ni por supuesto, tres
veces.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.