lunes, 15 de octubre de 2012


No recuerdo bien cuál fue mi primera prueba científica del porqué de las cosas, seguramente, un dos en uno; saber cuántas veces soportaba un chupete ser tirado al suelo, prueba de calidad y las que aguantaba mi madre al agacharse y volver a dármelo, prueba psicológica. Luego vinieron otras con mayor o menor fortuna, algunas ni siquiera han servido para nada, como ver la velocidad de mi padre ante una carrera hacia la carretera, siempre corría más que yo y quedaba demostrado que la malicia de un niño es directamente proporcional al tono de la cara con que se quedan los que te rodean.
Las hice buenas y a conciencia, incluso algunas sin ser muy consciente, pero todas con un espíritu curioso natural en mí. Creo que es por esto por lo que me gusta tanto cotillear en los portales de científicos, porque de alguna manera ellos hacen lo que no puedo hacer, tienen medios y al fin de cuentas las conclusiones hasta que no salen en los libros, y aun así, siempre se pueden mejorar. Estos del vídeo han hecho una de esas que solo es justificada por el aprender, el saber, pero que en este caso me da que no sirve de mucho. ¿Cuántas veces se ha de estrellar un avión sin pasajeros? Ninguna. Que si querían hacer pruebas de resistencia ya se puede, vía matemáticas y con esos aparatos que lo imaginan todo a base de parámetros la mar de monos.
Otra cosa hubiese sido si el aparato estuviese en las mismas condiciones que cuando volamos, lleno de gente y de combustible, con sus pilotos sudando y gritando por la radio: “Mayday! Mayday!Maday!” así repetida por tres que ya es lo más, un peligro real, donde está en juego las vidas humanas. En este caso al no haber tripulación me han dicho que estaban por poner el Help! de los Beatles, que siempre alegra todos los experimentos de este tipo. ¿Y cómo hacer para que este experimento hubiese sido un éxito real? No se me ocurren muchas opciones, supongo que a ellos, menos, pero hacer un reality al más puro estilo Gran Hermano, con sus concursantes deseosos de que las llamadas del público los echen de la nave, hubiese tenido gran audiencia, claro que como es un producto televisivo, habría que haber aprovisionado al avión en vuelo, recambio de pilotos y de azafatas… demasiado lío. Otra opción, quizás un poco más excéntrica sería la de convocar un casting de suicidas, que digo yo seguro da para una flota. Total, qué más da escribir una póstuma carta para un juez o la familia, toda sería y concienzuda, que para un concurso. En este caso seguro que no hacía falta ni sacar a los pilotos. Hubiésemos sabido cómo funciona realmente cuando te la pegas; nadie gritaría Mayday, salvo esos que siempre tienen que hacerse notar y se arrepienten en el último minuto. ¿Qué pasaría si en vez de que el experimento fuese mecánico y de reacción, lo fuese para ver hasta qué punto dios o la mente, ayuda? En este caso seguramente en vez de suicidas meterían a un nutrido grupo de espirituales, de todas las ramas, esos que se pasan la vida impartiendo conferencias de cómo potenciar nuestro amor, el espíritu o el intelecto. “El Poder de la Mente”, ya lo estoy viendo, el poder de la mente frenando una caída inminente… El poder del amor, acolchando el suelo… El poder del intelecto teletransportandonos a otra dimensión… Esta es la única a la que le supongo triunfo, claro que se transporta solo algo que no podemos saber con certeza que sea real y los cuerpos quedarían inservibles.
En fin, que este experimento no está muy acertado, acaso ¿usaran más aviones para que la prueba sea empírica? Me temo que no. Han tardado cuatro años en planearlo y viendo cómo anda la ciencia de economía, no creo que tengan más que para sacar una buena conclusión: Si un avión cae del cielo, te escacharras, seguro. Mejor será subir confesados, dejando todas nuestras cuitas solucionadas y esperando que el curso natural de las cosas esté a tu favor y no tengan que decir: Mayday! Ni una, ni dos, ni por supuesto, tres veces.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.