martes, 20 de noviembre de 2012


Lo siento señor Mújica, envidiado presidente. Siento que esté enfermo, siento que no haya podido venir a España y enseñar a nuestros políticos a comportarse... A lo mejor, hubiésemos tenido un poquito de suerte y algo de su persona se hubie
se quedado con nosotros. La buena voluntad, el buen pensamiento, la cabeza y el corazón que los maneja con acierto... envidio a los uruguayos y esto hace que me entristezca más si cabe por todos nosotros.
Cada domingo desde hace ya algún tiempo vemos en un pequeño programa de televisión como hay personas, no solo en este país (este es el que nos importa), que nos roban, nos timan, nos engañan una y otra vez, incluso por generaciones, el periodista nos hace pensar que esas preguntas que hace a los que salen las haríamos nosotros, coinciden con nuestras dudas o quizás nuestras certezas. Cada domingo lo vemos, no nos lo cuenta, lo escuchamos en la voz de los protagonistas o de los cercanos y entendidos, nos están maltratando, hacen de nosotros pobres desgraciados que sufren violencia de género. Un "género" que no es por nuestra identidad biológica, es por nuestra identidad social, somos pueblo y ellos no. Ellos no sé qué coño son, a que tipo pertenecen, de qué forma los tenemos que clasificar. Se retratan en cada programa y toque lo que toque el chaval nos enseña lo podridos que están y la podredumbre en la que nos obligan a vivir.
Cuanto más conozco de ellos, más deseo ser uruguaya. No es porque España no me guste, que bien bonito es, tantas cosas que nos da la tierra y que estamos echando a perder... es que me siento pobre. Pobre de esa manera a la que se dice del que no tiene miras, o carece de entusiasmo... me he aburrido en la espera, navego por un mar de insatisfacción y no veo que ninguno demos brazadas como para intentar llegar a la orilla. Mi playa no quiere estos malnacidos que llevan años y años robando, abusando de nuestra buena fe y nuestro conformismo. Nos han tapado la boca con jamón del bueno, los ojos con banderas inútiles y nos tienen encadenados a pisos que no han sido nuestros ni pagando. Ya no sé qué pensar que son ellos, malos, muy malas personas, pero lo triste es que no sé quien somos nosotros. Escuchamos que nos roban en tal administración y nada. Nos muestran que tal o cual servicio está contaminado y lo quieren hundir y nada. Les vemos como se manejan para robar más y más cada día y nada. Nada de nada... Salimos de manifestación y solo gritamos, cuando me da a mí que deberíamos empezar a quemar lo establecido, esto que nos está llevando a la ruina como país, como comunidad y como personas. No dirán, las futuras generaciones, que tuvimos paciencia, dirán que fuimos cobardes, unos pobres desgraciados que no consiguieron nada.
Más sobre mi favorito... él es mi abuelo, es quien me gustaría ser, tener, parecer, disfrutar... 
Pepe Mujica sobre el consumismo  A ver si nos enteramos de una vez... qué parecemos idiotas!


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.