viernes, 2 de noviembre de 2012


"... Un sitio web innovador que permite a los hombres donar dinero a las mujeres para ayudarles a financiar una cirugía de senos libres”
Desde hace unos años tengo una cara de gilipollas que me cuesta disimular. Ni las monturas grandes, ni marcar los labios hacia arriba y el ojo recto, sin parecer una chinita asombrada, nada de esto disimula el gesto.
He visto miles de cosas nuevas que me han alegrado la vida, otras me hicieron sonreír pero de un tiempo a esta parte algunas de las que veo me van a perpetuar como eso, una pasmada de la vida.
Quizás lo que más me ha ayudado a llegar a esto, es, sin duda alguna, internet. Antes era una pava a la que le gustaba mucho cosas como El Libro de los Records, o revistas de ciencia, sin olvidar los catálogos de todo tipo donde desde bien pequeña he podido ir viendo las novedades que nos hacen la vida mucho más agradable.
Ahora todos nacen motorizados y con un ordenador debajo, sus padres tendrán el recuerdo del embarazo en un CD y al chiquillo lo vigilaran con cariño desde cualquier punto del planeta donde estén.
Hay cosas que me fascinan y no las comprendo, pero sé que en su impresión, la mía, la que me hace alucinar. Veo una piedra en Marte o animales abismales y siento que estoy hay... es la ciencia que avanza y si bien no entiendo nada, creo que eso no es importante.
Veo las gentes que corremos de un lado para otro sin pensar, sin dar valor a lo que tenemos, como si fuese de obligado cumplimiento que el agua potable salga del frigo solo con un movimiento de la mano.
En la otra cara, a la sombra veo gente peleando por un pedazo de tierra, veo matanzas gratuitas de animales, creencias que manipulan la vida, talas de bosques para amueblar nuestra casa ya amueblada. ¿Cuántas veces hemos de amueblar lo mismo? Vivimos las historias de los demás y nos regodeamos de sus triunfos que no valen un carajo, que no sirven para nada y no darán de comer a los millones que mueren.
He visto esta web y me parece un buen ejemplo del porque cada día mi cara se caracteriza por ese aire de gilipollas. No sé reaccionar. Es como cuando alguien te cuenta un mal chiste y solo si es amigo le dirás algo, de no serlo, tu cara hace esfuerzos por aparentar gracia, esa que ya pocas cosas tienen. Todos hacemos tantos gestos para cubrir los malos chistes que ya no distinguimos lo gracioso de lo estúpido.
Hombre que patrocinan aumentos de pecho a mujeres a cambio de... ¿pero estamos locos o qué? ¡Qué manera de perder el tiempo!

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