Ya me habéis visto estos días muy contenta con el tema del
"escrache" ese, me parece una manera de "tocar" la moral a
estos políticos que no cumplen y que por mucho que crean, no nos convencen de
que lo que hacen puede llevarnos a buen puerto. Qué se lo pregunten a los que
ya no tienen nada... a los que no trabajan o dejaran de hacerlo en las próximas
previsiones... a los que no pueden seguir pagando sus casas, incluso las de
alquiler... a los que pudiendo, teniendo buenas aptitudes, no podrán
estudiar... a los... en fin, y para terminar, a los que tenemos miedo, un miedo
constante por el futuro que se presenta tan oscuro y frio.
No queda otra... ¿No queda otra? Claro que queda! siempre se
puede dar un paso más, pero mientras esto llega, hay un grupo que idea, que
piensa y nace el dedo en el ojo, no más oídos sordos.
A mí el ruido no me gusta y me veo que no he de acoplarme al
grupo, por distancia, por acomodo, como muchos, que vemos los gritos, sí, los
gritos se ven, desde la tele y que llegado el caso, en mi triste propuesta,
valga solo un señalo, un brazo extendido con dedo acusador... así, espontaneo,
sin preparación, uno que marque al que agrede, agravia y denosta al ciudadano
que en su momento, se engañó, porque de entrada el pasado no deja de ser un terrible
engaño.
Leo, veo, sobre este movimiento y me viene a la cabeza el
recurso del fotógrafo de antes, el que tenía un pequeño estudio como quien
monta una zapatería o una modista, al lado de la droguería en el barrio. Que
antes los fotógrafos daban significado a lo de estar a pie de calle, ya pocos
quedan, pero aun podemos seguir viendo sus escaparates con las fotos bonitas o
cuanto menos, familiares, que hacen. Ellos, allá por el siglo pasado, tenían un
truco para cuando los clientes no iban a recoger los encargos. Ponían la foto
en el escaparate, boca abajo, y todos se daban cuenta de cuál de los vecinos
era el que no pagaba.
Bien, pues esto es algo similar. Ahora que lo que nos
vendría bien es un buen listado de aquellos que no hacen, ni han hecho bien su
trabajo. De los que huelen a ladrones de ley, qué digo yo, no estaría mal que
los vecinos empiecen a contar realmente lo que pasa. Qué todos somos vecinos,
colegas, todos conocemos alguna cosa que pueda dar fe de qué es lo que hacen o
hicieron... pero bien, con honradez, la que ellos no se gastan y de esta manera
no afectar a quienes nada tienen que ver.
Habría que hablar mucho del tema, porque digo yo que los
hijos puede que no tengan nada que ver en el asunto, pero muchos cónyuges han
vivido muy por encima de sus posibilidades gracias a lo ladrón que fue el
compañero. No sirve decir que no lo sabían, porque nadie toma miel sin pensar
en las flores o las abejas...
Hay tanto ladrón, tanto impresentable político que a buen
seguro no hemos de meter la pata.
La Liga Anticorrupción advierte de que es ilegal detener ciudadanos por abuchear a políticos en la vía pública
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