viernes, 15 de marzo de 2013

La novedad nos despista... pero ahora tengo fe.


Qué bonito es todo! y digo todo, eh! no creas que me quiero dejar nada suelto. He seguido la entrada de este nuevo Representante y veo que funciona la opinión. Es evidente que los que tienen aires religiosos están contentos y los que no, están... están aburridos de la hipocresía. No está bien el tema; nos pasamos el día criticando las formas y la fe de otros y se nos queda en el tintero el arrancar, el hacer algo por cambiar eso que tanto nos inflama.
Somos como niños a los que una novedad, por nimia que sea, les despista de lo que hacen. Y me da la sensación de que este mundo está preparado para el despiste, lo tienen bien estudiado. A la que parpadeas han sacado una nueva noticia en mayúsculas que te hace mirar, y miras, y la anterior desaparece como por arte de magia.
Olvidamos enseguida el conjunto para aferrarnos a una explosión publicitaria, sin haber aportado nada nuevo, ninguna solución a la anterior. Y llega la Coca Cola diciendo que te levantes de la silla y que hagas algo. Una vez más han tomado como suyo el control de la implicación, de la moral, del entusiasmo. Otra vez es la tele la que nos dice que debemos hacer esto o lo otro y que la vida ha de seguir. Es curioso ver los picos de las estadísticas de los diarios, donde podemos ascender, ahora, sobre todo, en indignación y luego reposar unos instantes hasta la siguiente. Llevamos así meses y meses. El fútbol ya no nos hace olvidar la pobreza, ni la baja estima que ronda a los que con su edad deberían estar pensando en la felicidad de sus hijos. Ahora tenemos caliente el aire hipócrita que nos dice que un ser al que no hemos visto jamás, ni escuchado de viva voz, ni, en muchos casos, sentido, el que ha de arreglar algo.
Tengo fe. Antes solo era religioso el tema y en esto la desconocía, ahora no. Ahora tengo fe en que estos gobernantes, estos poderosos dueños del mundo, estos arlequines de esos... van a seguir igual. Tengo fe. Y veo que debajo de un político solo hay una silla de basura corrupta. Tengo fe. Y siento que se nos escapa de las manos el poder. Y en esas, voy a dar gracias a... al capital, a la soberbia, al egoísmo, a la naturaleza misma del hombre que es tan horrible.

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