viernes, 22 de marzo de 2013

Ese supermercado ya no tiene mi confianza, ninguna!


Ayer me volví a enfadar con ese supermercado que se suponía era de mi confianza, Mercadona.
Voy poco, lo justo, cuando no me queda otra y cada vez menos. Antes estaba enfadada porque me mosqueó que el puro amo del puesto dijese que en este país se trabaja poco y mal, con lo que rebajaba a sus trabajadores, que los veo y no paran (por ende a todos los demás). Me mosqueó que se perdiese aquel buen negocio que promocionaba las cosas de la terreta, y no solo de la pequeña, también de la gran tierra productora que es nuestro país. Me desengañé con los productos engañosos, esos que me decían que estaban hechos aquí y realmente solo se embasaban y el interior quedaba como un producto de países que deben ser muy malos, porque se me ocultan. Luego cuando las cosas empezaron a peor les vi que no sacaban la basura a la calle, no querían que los más pobres se aprovecharan de eso, tan comestible que ellos tiran. Y sus precios subían como si no hubiese un mañana. Cosas de estas me han hecho ver que no me da ninguna confianza el sitio.
Ayer no me quedo otra, compré pescado para la cena, justo antes de entrar en el cursillo. Le pregunté a la pescadera, que la conozco de toda la vida, si los peces tenían el maldito Anisaquis. Ya sé que esto es un poco irremediable, pero ante la duda, suelo congelar o en su caso, como el de ayer, les meto buena temperatura en la sartén y el aceite hirviendo hace el papel de exterminador. Lo pregunté por preguntar... y la contestación fue: "No, ahora no traen. De todos modos si eso, me los devuelves" Ante una contestación así, una piensa que a lo mejor, la plaga descansa en la primavera. De entrada me los limpia por obligación, si no lo permito, no me los llevo y le digo: "Si no tienen bicho, no hace falta que los limpies" a lo que la chica me dice que no queda otra, es sí o sí, una orden de arriba.
Al llegar a casa, tomo uno y lo primero que veo son unos gusanitos blancos... emocionados.
No los comí, los voy a devolver y me voy a mosquear... Si pregunto, es para que se me conteste la verdad, no quiero que me vuelvan a engañar.
Me hago a la cuenta de que hay mucha gente mayor que no ve ni la mitad que lo que veo yo. Otros aun no han perdido la confianza en este supermercado en el que el dueño se permite hablar mal de todos los que no son como él y no podemos tener un equipo de fútbol. Ni aprecia la mercancía de este país, o lo que es peor, hay muchos agricultores que antes plantaron lo que él decía y luego se quedaron con cara de bobos porque el rico ya no lo quiere, le sale más barato un país en el confín.
Mi tiempo, y esto lo digo siempre, no vale nada... mi tiempo es irrecuperable y ayer acabamos cenando "cualquier cosa" y hoy me toca volver a acercarme a devolver los gusanos...
Qué asco! qué asco de gente que engaña por no más de tres euros.... así, no vamos a ninguna parte.
(Y ahora, vas y lo cascas, a ver si hay suerte y empiezan a considerarnos como lo que somos, clientes. Sin nosotros ellos no tienen poder)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.