sábado, 4 de mayo de 2013

El cuento del Día de la Madre


Acabo de ver que han creado hasta un # en Twitter con el cuento del Día de la Madre. A ver, seamos serios. 
Las madres son las que más empujan a los hijos a ser felices, a ser personas con identidad propia... pero claro! el Día de la Madre, no entra o si lo hace es por la puerta chica, así, sin querer romper el embrujo de modernas que somos.
Lo de "yo regalo cuando quiero, no cuando lo dice el Corte Inglés ese!" está muy manoseado y a la larga resulta que no regalas, porque no te acuerdas y menos a una madre con la que no te tienes que acostar por las noches.
A las madres se les va la boca con el tema cuando les preguntas; qué si no me tienes que regalar nada... qué si con que me queráis me basta... Ja! Claro que nos basta! sobre todo cuando no hay otra cosa.
Luego están los que sí quieren tener un detalle con la mujer, que esto es lo que es, antes que madre, y se rompen la cabeza con lo de que regalarle. La cosa dependerá de qué tipo de hijo seas. Puede darse el caso que no te has dado cuenta de que hay hijos... e Hijos... y ahora mismo andes pensando donde te metes.
Yo creo que lo mejor es que le preguntes a tu padre que tipo de hijo eres. Puedes ser uno no deseado, uno buscado, una sorpresa o quizás en tu deseo por saber se te rompa la pompa y te suelte que eras el más guapo del orfanato. ¿Quién no se ha visto tan distinto a los suyos, qué pensó era adoptado?
Sea como sea, con estas bases puedes pensar en el regalo que le harás.
Una cosa que busque o necesite... una verdadera sorpresa o algo que no desea. Y no olvides que de ser adoptado le puedes hacer un regalo que valga para toda la familia, un kilo de cigalas...
Yo creo que las madres, las de toda la vida, tienen un problema. Si se ven la película de lo de ser regalada, es posible que ataquen con algo que es necesario para el hogar, pero que como las cosas no andan bien, aprovechan... Ni caso, estas sufridoras no dicen la verdad, así que... esto demuestra que miran por la economía familiar y que no quieren derroches que para ellas son innecesarios. ¿Qué le regalas? Pues nada, un buen perfume, algo que ella lleva desde que empezó la crisis sin usar, verás el frasco en el aseo, lo guarda porque de vez en cuando lo huele. No le pilles el frasco grande que entonces se sentirá mal.
La que te tuvo sin desearte, se puede arrejuntar con la que te supo y fuiste una sorpresa, así que para esta... algo inesperado.
Es posible que sea de las que miran el dinero, la gran mayoría de madres lo son, creo que va con el cargo. Se merece un buen regalo, no te esperaba y sin embargo te quiso desde el primer día que te conoció. Sorpréndele con algo estrambótico, algo como una sesión de masaje o una botella de licor de esas que solo gustan a las madres y que apuesto algo se las beben a escondidas... qué son muy horteras los licores esos y avergüenza pedirlos en los bares...
Llega la madre que adopta. Puede darse el caso que seas hijo legítimo, biológico hasta la médula, o no, que seas un encargo... ¿y? la verdad es que en muchos casos da igual, no tiene por qué haber grandes diferencias con esto, estoy segura no se dan. Pero si lo fuiste... ellos te escogieron, podían haber pillado otro o al final echarse para atrás. A estas madres todo lo que sea que marque lo que son les encanta, así que una medallita de esas tan cursis... u otra bisutería, algo que pueda decir a las amigas que les quieres. Si por el contrarío piensas que por mucho que te digan no perteneces a esa casta porque tienes otra manera de ver el mundo alejada de la que te enseñaron, porque no se lo hicieron bien o metieron la pata bien metida... pues... en este caso te recomiendo un Twitt con una frase ingeniosa, algo referente a la época romana esa donde las madres eran envenenadas y envenenadoras... y que parezca un poema. Si quieres hacer algo más convencional... algo que engorde. No te preocupes que presentirán la idea, pero se comerán el veneno del siglo XXI.
Bien, ya sabes que regalar el domingo a tu madre... yo ya lo tengo pensado. Quizás no le regale nada por ser mi madre, quizás sea un reconocimiento a lo mucho que me aguanta, porque he llegado a la conclusión de que a mí, para aguantarme hay que quererme mucho.

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