lunes, 11 de febrero de 2013


Estaba cotilleando la prensa... sí, cotilleo, que no llego a más, porque esta ha de ser la única manera de no enfadarme de buena mañana. Es una suerte poder ser cotilla, una pena esté tan denostada la palabra, que sin embargo nos apunta una manera de enterarnos de la actualidad sin implicarse demasiado, jugando con la información al gusto.
A la postre esto es lo que hacemos todos, contar chismes ycuentos; nadie se enfade, que de no ser porque identificamos a las personas que hacen esto con gente de poca cultura o mala leche, no sería tan malo. La literatura hace estas cosas. Nos encamina a definir las palabras y a encasillarlas.
Bien pues yo, cotilleo. Qué más da si lo hago desde el portal de mi casa, en la terracita de un bar mientras espero que los niños salgan del cole o en la zona de descanso de la empresa. Y no digo nada si además tengo patente y me llamo "medio de comunicación", entonces puedo hacerlo sin tener que ponerme el traje de (otra palabra denostada) maruja.
Los de la prensa tienen que estar tranquilos, no se terminará eso de levantar cada mañana un periódico, porque es nuestro vivo reflejo hecho papel o pantalla en el Pc.
En el fondo actuamos como si fuésemos una portada de estos, con nuestros titulares, nuestros comentarios e incluso metemos fotos o publicidad.
Me levanto y preparo los titulares del día, mezclo el que el niño no me come, con el que Rajoy en Alemania se puso rojo de ira y de vergüenza, bueno de esto no, que me da que no tiene, con la prima esa que se cae, como se cayó la señora Pepa cuando cruzaba la calle por los muchos baches que hay y que el ayuntamiento no arregla. Lío la de san Quintín porque comparo al torpe de Ronaldo con mi cuñado, ese que puso una fontanería y mandaba a los clientes al almacén de enfrente a por las piezas. Todos le quieren, pero hay que ser tonto de remate y además, no saberlo.
Ya tengo preparado lo que le voy a decir al hijo de la del cuarto izquierda, que es un flauta de esos y estará contento con la bronca que se organizó en Barcelona, que no siempre se puede perder y quedarse a gusto. El chico no da una, por muy listo que parezca y lo mucho que ha estudiado, anda de vago todo el día. No sé si ponerme a buenas con él, total, ya le han comprado el billete y dicen que lo mandan a la Argentina con una tía que allí debe tener posibles. Que ya me extraña, esos están tan mal como nosotros.
Voy a animar al Manolo que este mes ha encontrado un trabajillo y está llorando que se le termina, que mal de muchos, ¡y tantos! que ya casi somos seis millones... Esto, lo de hacer propias las desgracias es algo que me lo enseñaron en el cole, es muy de católicos auto implicarse y meterse en los fregaus. Decíamos eso de: somos pecadores, nosotros los pobres... hay que reconocer que funciona, lo veo en los artículos de opinión, si quieres apuntarte al carro, usa un pronombre que te arrejunte con los desgraciados.
Hablaré de una piedra enorme que llega el 14 y de la peli que vi ayer. Ayer hizo la cuarta, no es que sea mi favorita pero en la tele no dejan de hacer esto, venga repeticiones y algunos, como la Engracia, la del segundo, son tan idiotas que dicen que van de estreno. Pero mujer, si te he visto esos pantalones, lo menos ocho veces y me los enseñaste cuando volvías de las rebajas del año dos mil diez... Igual, igualico que en la tele, esta quiere despistar porque su marido sabe mucho de los tejemanejes políticos y es tan tonta que ha llegado a decirme que ella debería estar imputada en la lista de los que son... felices. Que ahora entre los ricos y los políticos esto de no estar en una lista no es bueno, y luego dirán que no trabajan.
No tengo remedio, soy una cotilla.

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