martes, 4 de junio de 2013

Yo tampoco saludo al ministro Wert, pero vosotros padres, deberíais escupirle.


Negar el saludo es algo bochornoso. Es raro que yo niegue el saludo a alguien, muy cabrón ha de ser para que esto ocurra. Pero en este caso los muchachos han ido a por la terrible frase de: No hay mayor desprecio que no hacer aprecio... y con esto han demostrado que están en contra de lo que el "dueño político" de la educación de este país ha decidido.
Por lo visto, no lo ha decidido él solo, otros, dueños le han marcado los tiempos, los "dueños de la fe" le han dicho que nos falta conocimiento y por lo tanto nuestros niños y jóvenes han de aprender más sobre el tema. Bien, pues esto es triste.
Piénsalo un poco... llevamos años librando una pequeña batalla moral con el cuento a la religión. Cada día hay más y más personas que se distancian de esa moral católica que tanto ha marcado la historia de este país. Nos casamos por lo civil, nos divorciamos, no bautizamos a los niños, somos homosexuales... nos hicimos ateos o agnósticos... o de otras religiones. Hace años que esta gente son minoría... sí, sí, ya sé que me vais a recordar que eso no es así, que llega el máximo gobernador, el Papa y se llena Madrid. Claro que se llena, pero no son solo madrileños, eran llegados de todas partes de Europa, con viajes pagados por las congregaciones y si cuentas entre los millones que somos, solo eran una minoría.
Esta gente no ha contado en esos, que de estar en los años sesenta, relativamente pocos años, no pertenecerían a la iglesia católica, los habrían expulsado, estarían excomulgados. Ya no lo hacen, saben que de obligar al culto se quedaban solos.
Y ahora llegan estos muchachos enfadados por la nueva norma de educación donde la religión entra de nuevo en las escuelas, como si fuese una asignatura más, como si la sociedad lo necesitase.
Señores, sigamos con el "no hay mayor desprecio que no hacer aprecio" y cortemos por lo sano. Vamos a darnos de baja de esa secta con la que ya no queremos convivir. No hace falta que tengas dos bien puestos, como estos chicos y te vayas a preguntar a tu párroco a ver donde hay que borrarse. Solo tienes que escribir una carta al obispado explicando que ya no quieres pertenecer a su iglesia y que deseas ser borrado de sus listas. Si hiciésemos esto, todos esos que no comulgamos con esa religión, este fulano ministro tendría que recular y no podría obligarnos a que nuestros chicos tengan que ir a clases de estas.
Porque no sé si os dais cuenta de hasta dónde va a llegar el tema. Volverán a incrustar en las clases los símbolos. Volverán a contar a los chiquillos aquellas historias confusas donde hay un infierno y un cielo, donde las desgracias que te pasen son porque Dios quiere y deberás respetar lo que mande la Santa Madre Iglesia en su forma humana, los sacerdotes o las monjas. Esos que en demasiados casos no han pasado por los juzgados por abusos y que están quedando impunes.
Volveremos a dar gracias a dios por las desgracias, pondremos velas a los santos para que se termine la maldición del paro y nos recomendaran que perdonemos a los ladrones que se lo han llevado crudo, lo nuestro es un sacrificio, lo de ellos...
Me da a mí que esto es para retirarle el saludo a esta persona que a la fuerza nos obliga a retomar un capítulo de la historia que ya estábamos olvidando. Que no se nos pase por alto que el que se vuelva a dar clase de religión hará que los niños lleguen a las casas y piensen que sus separados padres son unos pobres pecadores que ni dios quiere; que el amigo ese que todos tenemos y que es gay, es un pervertido a la vista de dios padre, que hacer la comunión es una fiesta para recibir a dios y de paso regalos...
Llegado el caso tendréis que ir borrando a base de explicaciones reales que no hubo un Adán y una Eva que fuesen los padres del género humano, en la misma mañana pueden tener en la limpia mente infantil dos ideas antagónicas, o la genética, la evolución o la religión, ambas cosas no se pueden dar en el siglo XXI.
Dile, tú, padre divorciado, que no eres un pecador… Cuéntale, madre que usa preservativos, que eres la que decide si quieres tener o no más hijos. ¿Qué pensáis que vuestros hijos no llegaran con el dedo acusador del que se sabe en el bando de Dios?
Mucho estamos retrocediendo y no me sirven las medias tintas, que no se cruce conmigo, es posible que le escupa a la cara y no le salude, por supuesto.

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