domingo, 10 de junio de 2012




Me lo pienso, me lo estoy pensando... qué hace que nuestras vidas sean emocionantes? Nosotros. Qué hace que nuestras vidas sean idiotas... Nosotros? NO! siempre son otros. Ellos, aquellos, esos... incluso las cosas, los lugares, son parte de nuestras inquietudes y vienen con el paquete.
Cuánto tiempo pasa hasta que te ves con tripa? Cuánto hasta que decides que estas equivocado? El tiempo que pasamos mirándonos el ombligo, es tiempo perdido, como ver fotos antiguas o recrear el pasado. No sirve de mucho, creo que de nada. Esperamos que los que nos rodean se hagan compinches de nuestra vida, sean puntuales en eso que les exigimos, esperamos de los demás aquello que no damos.
¿Qué es una crisis? algo que nos sorprende, que da la sensación no se pueda controlar y lo parece, lo será si no contamos con lo que nos rodea. Si lo que hicimos nos reporta malestar, ¿por qué no pensar en un gran cambio? Ahí lo dejo! Si todo nos parece complicado ¿por qué no simplificarlo? Veo gente que piensa en picos, algunos en hondas y me parece que ya es hora de volver a pensar en plano. Lo creo porque recuerdo cuando la vida era mucho más fácil, cuando teníamos un lugar que nos pertenecía y que nada tenía que ver con un "buen" trabajo o un piso propio. Vivíamos en un estado de excepción político, mucho peor que este y sin embargo teníamos muy claras las cosas. Incluso los que preferían tener un único amo, sabían que eso tenía que terminar y planeaban sus ondas. Esta carrera no puede terminar bien si no hacemos algo, paramos, tomamos aire e intentamos ver que es aquello que deseamos. Porque no vivimos en un anuncio publicitario donde todo es tan bonito y la vida se reduce a consumir para ser feliz.
Acaso solo queremos ser parte de un rebaño? En esta historia, todos podemos ser pastores.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.