jueves, 31 de octubre de 2013

A ver si tenemos un ictus nacional y empezamos una buena rehabilitación...


La vida es curiosa a más no poder. Estoy escuchando a un vecino decir palabras cariñosas... "hey! bonita ¡qué simpática! guapa"... y como soy cotilla de natural, me asomo a ver tanta belleza. La "bonita simpática" es una perra de esas con matrícula, pedigrí, quiero decir, que ladra como una posesa cada vez que pasa alguno por sus lindes. Lo curioso del caso es que no hace mucho escuché a este mismo señor decir perrerías de los perros y tiene puesto en el canto de su casa esos polvos fosforito que además de venenosos están prohibidos.
Y es que somos así para todo, nos cuesta mucho centrarnos. Es posible que sea porque aquella frase: El mundo cambia que es una barbaridad, sea la que ahora toca y vamos de cambio en cambio como a empujones.
Lo que nos pasa con los perros nos ocurre con todo lo demás. Si el perro es de los bonitos, los aparentosos, no molesta tanto; esos se hacen caquitas. Si es un perro más bien feuchillo, con pintas de gremlin, se caga y nos mosqueamos mucho.
En las personas lo mismo y además admitiendo que uno tiene muchos amigos de tal o cual tendencia, pero si se nos planta de cerca uno que se sale del tiesto que hemos establecido, malo, ese es un maricón de mierda que no merece vivir. Y he dicho maricón, pero es igual si digo mafioso ruso, chulo de playa, gitano, rumano, etc. incluso algunos apelativos que marcan cierto desprecio están hasta bien vistos o van caminito de tal.
Ahora un pobre no es un miserable, ni menesteroso, ni mendigo, es un indigente y no lo pondremos en nuestra mesa por navidad, pero al darle la limosna pensamos en que detrás de esa piel sucia se esconde un empresario o un trabajador caído en desgracia por un Ere cualquiera. Todo esto si no se planta delante de nuestros dominios mostrando eso que parece una señal... cualquiera puede acabar así.
Y así con cada una de las cosas que nos pasan. Podemos llegar de un extremo a otro sin darnos ni cuenta. Escuchas una noticia y la lamentas, la repudias, te asusta o te enerva, todo esto en el tiempo en que cambias de cadena y escuchas a dos hablando de lo mismo pero con distintas opiniones. Y no creas que eres, que solo los "normales" somos así, para nada. Los que muestran en público sus ideas también pecan de lo mismo. Puede ser que no nos cuenten verdad alguna o que la razón esté más oculta que nunca y todo, absolutamente todo lo que escuchemos, y por lo tanto digamos, esté contaminado por las justificaciones que flotan en el aire para apaciguar los ánimos y el miedo.
Una ha vivido esto desde pequeña. Naces en un entorno donde la política lo es todo y la palabra Libertad es solo lo contrario a dictadura, independencia, nacionalismo, casi sin tener nada que ver con lo que realmente significa o por lo menos con el primero de los significados: " Facultad que tiene el ser humano de obrar o no obrar según su inteligencia y antojo."
Perdimos el antojo, y puede ser por falta de inteligencia, no sé, seguramente se darán todos los casos y extremos, porque la sociedad que te rodea es la que va marcando las pautas, tú no tienes esa facultad... eso nos hicieron creer, desde luego.
Nos la pasamos dudando, pero no en busca de la verdad o de la realidad. Dudamos con el estómago, con el corazón, con la suerte... todo cosas imprecisas, intangibles y que se amoldan según las corrientes con las que tropecemos. Por un lado se enardece la lucha, aunque sea violenta y por otro te entristeces por las bajas. Por una parte te desesperas por la meta que te marcaste, por ejemplo, poniendo un sinónimo a Libertad, independencia; pero cuando aparecen los protagonistas tienes que decidir en qué lado estás y son las tripas, el corazón el que se pone serio queriendo hacer que veas cosas que... no sé, dudo que sean reales.
A las malicias les pasa lo mismo. He visto como hemos ido vareando lo que nos llegaba, casi entre risas, sonriendo al pillo y justificando, el desmán, la falta de rigor, la mediocridad... hasta que vemos que eso no ha traído beneficios, solo malestar y un sentimiento de odio mezclado con culpa que no hay corazón que lo aguante.
Nadie dice ya que tiene algún amigo político, no está bien visto y las palabras, los hechos, nos han dejado con la boca de la razón abierta de par en par.
Si no sé si tengo que odiar o amar... ¿miro para otro lado? o me siento, me lo planteo, borro el pasado y empiezo de nuevo... creo que un gran ictus nacional debería suceder y comenzar una rehabilitación con todas las de la... una nueva ley, mucho más justa y real.

lunes, 28 de octubre de 2013

somos unos mierdas o si la culpa la tienen los de Atapuerca


¡Buen lunes tocapelotas!
No me volví una loca irrespetuosa, no... es lunes, una afirmación confirmada y lo de "tocapelotas" es porque los lunes y el hablar de fútbol es casi un rito.
Ah! qué entendieron otra cosa? perdón, supongo que era la inercia.
Ayer, a la noche, aquí noche española, volvimos a ver un programa en la tele de esos que me dan susto, pena y risa a la vez. Es uno de esos momentos en que pareciese que la lucidez se instala por unos momentos y todos miramos estupefactos esas realidades que de normal vemos en los muros, o las entradillas de Twitter, que a su vez enlazan a blogs de gente que se la pasan pensando todo el día.
Lo de ayer fue una más. Un calentón por la miseria en que vivimos, una de solidaridad hacia la columna de vecinos que se organiza, una de odio a los estamentos y a la banca y luego un listo soltando por esa boquita de blogger que piensa.
No he leído nada del señor Reverte, no me gustan las novelas históricas cargadas de... bueno, no sé, qué no las he leído. Lo leí en sus artículos y ahora en las entradillas de TW.
Ayer nos llamó de todo menos bonitos y quizás piensa como yo, que hace falta un reset para que esto llegue a cambiar. Mientras lo escuchaba tenía la sensación, triste sensación, de que la gente que piensa, o sea la mayoría, nos hemos dado al uso de lo que es la plenitud de internet.
Antes uno escribía en su web, en su pequeño reducto, sin mayor esperanza de ser leído. Soltaba sus ideas como el que abre una fuente y deja caer el primer chorro para que luego esté más fresquita el agua; una que un reducido grupo degustaba.
Pongo el clip más que nada para los que no vieron el programa, que sepan de lo que hablo.
Con el tiempo veo que internet se hizo dueño de los mensajes, del discurso  y que sin ser algo notorio (que ya lo estarán estudiando) nos vamos recolocando en grupos y subgrupos del pensamiento popular. Unos lidian con la denuncia para que no emborrone su necesidad de no verla o de que no marque sus días... vengafloresgatitosyamor... Otros, no se paran y a lo suyo marcan sin pausa lo que hacen o son gustosos, si no dan clases, copian las de otros, pero todo muy práctico y personal.
Luego están los intermedios, que piensan bajo directrices y estas se enfocan desde lo que los mitos, que cada cual estima, dicen. Es un reafirmarse sin mucho esfuerzo y se copia y pega para crear adeptos, que tampoco piensen por si solos.
Esto no es malo para nada, no se me malinterprete, me parece muy bien que cada uno haga lo que le venga en gana, además no es cosa de ir soltando lo que uno cree, si ya otros lo han trabajado y pareciese que queda mucho mejor explicado y definido. Pocas veces hay novedades en la vida, la mayoría de lo que se vive ya pasó, ya se hizo o a buen seguro hay un grupo al otro lado del mundo que está en ello.
Nos llama la atención cuando andamos en la ignorancia, facilitando el aplauso. Qué nadie se maltrate, tal y como están las cosas, que podemos leer, ver, casi saborear lo de cualquiera en cualquier momento y desde casa, no es de extrañar que retiren el tema del plagio, porque ahora se da mucho el caso de que muchos piensan lo mismo a la vez. Es el resultado de lo que se ve, que se multiplica por millones y te llegó, seguro.
De los distintos soltadores de ideas, están los que la fama les precede. Esos que pareciese no cagan de poseídos que están por todo lo que dicen y hacen. Una pena porque al mes de andar cotilleando por las redes sociales te das cuenta de eso y claro, se pierde el fondo de lo que cuentan. La prepotencia es lo que tiene.
Ayer este tipo nos llamó de todo menos bonitos. Qué no voy a ser yo quien diga que tiene razón o si fue un meneo moral a ver si nos empezamos a plantear los cambios... no. Y no lo digo porque me hace mucha gracia el ver que la vida se está convirtiendo en un pasar noticia, hacer la reflexión en un muro cualquiera. Da igual si es en la cola del supermercado o en un club de lectura, es lo mismo.
Lo he podido comprobar, nos hemos convertido en usuarios de la muestra y hablamos disfrazados con nuestros respectivos avatares de diario, ponemos mayúsculas a las afirmaciones que queremos defender, soltamos algún chiste o tarareamos una tonadilla para calmar los ánimos... sacamos el teléfono para que se vean nuestras fotos y hay un toma y daca de lo que sería la otra realidad. Sonríes para afirmar a modo de Me Gusta o rechazas con educación y un jajaja de seguido. Y regresas a tu reducto viendo que has alargado lo que no era vida real a la realidad, y que ambas cosas se empiezan a parecer demasiado.
Ayer lo de este señor me pareció eso, un ¡toma ya! en un muro cualquiera. Qué los hay, pocos, pero los encuentras con cierta facilidad. Hay gente que ya viene, o se la consiguió con más o menos esfuerzo, tienen una fama que cuidar y nadie duda que pensarán lo que dicen, pero a mí me empieza a parecer que estas personas buscan ser eso, la chispa que arrastre al resto. Que lo que dicen se vaya diluyendo de a pocos... Los que piensan o buscan el neopensamiento, critiquen; los que copian y pegan, peguen felices; los de las flores saltan a la receta de cocina, una que no es normal,  mezclemos mayonesa con chocolate y creemos un nuevo mundo, uno rebelde, con causa, aunque sea para decidir si el colesterol es bueno o malo.
Este tipo ayer dijo cosas que ya las había escuchado antes. No puedo recordar exactamente donde, pero me viene al estómago, que es donde tengo las sensaciones, que lo dicho lo escuché a otros que se les supone antagónicos de este y todos pataleamos sin casi escuchar.
Hay otros muros pero están en este...
Y los hay que ni siquiera se meten, no dicen, callan y piensan, pero... ¿de qué sirve? de nada, porque por mucho que lo intentes... ah! ahora caigo, se ve que hay pequeños reductos, como esos grupos cerrados, esos en que los amigos o los colegas, hablan de la realidad que ven fuera, donde se mascan los pensamientos que a la larga, en modo foto bonita, también poblaran estos espacios.
Apuesto algo a que sonríen cuando ven una cosa de estas... lo que no se dan cuenta es que muchas personas pensando a la vez hacen una idea y puede ser original, tan plagiada, tan efectiva como cualquier otra.
A las ideas les pasa como a la imagen, con una cámara o dos, enfocando inevitablemente a todo bicho viviente... no hay nada que se escape, nada. Las ideas ahora son retratadas y diseccionadas, no me vale que me cuentes en modo chulesco si somos unos mierdas o si la culpa la tienen los de Atapuerca... me da igual, lo único que sé, es que cada vez tengo más claro que hay que resetear y empezar de cero… este, ese, todos… lástima que las ideas ya nunca más podrán ser nuevas.

viernes, 25 de octubre de 2013

Pocas organizaciones tienen limpio el suelo que pisan.

Hay cosas a las que nos aferramos por necesidad, bien sea por dar suelta al gusto, placer, o bien porque la sociedad en su conjunto no nos gusta, visto lo visto, casi es inevitable. Con inevitable quiero expresar que le veo dos ramas a esto. Dos inevitables...
Una es esa sensación de que lo hecho no está teniendo un final muy feliz. En el mejor de los casos si tu vida no ha tenido ningún traspiés, es posible que algún amigo o familiar si y lo esté pasando. Te has amarrado al conformismo de que más vale lo conocido y a poco que no desesperes, se puede soportar, pero no es posible dormir.
Hacía mucho que lo que pasaba por los telediarios a la hora de la comida, eso que parecía llegar de otro planeta, lo vayas viendo más cercano y la inquietud del día a día se hace latente... Estás bien, pero no tanto como para que te guste lo que ves.
La otra rama, a aferrarse, es la del qué dirán. En esta nos agarramos casi pareciendo una necesidad y te amorras al buen comportamiento, o cuanto más, al comportamiento esperado. Es inevitable que no te arrastren las diferentes corrientes que nacen desde el malestar y como vemos que tantos se ponen de acuerdo, nos apuntamos no sea que nos califiquen de desidiosos, de poco o nada preocupados por la vida.
No hay crítica, no hay meditación sobre lo que ocurre; claro que en muchos casos, no tenemos la información debida para que esto sea posible. Nos fiamos y ahora casi con más riesgo que nunca, ya que una tras otra les vemos desvirtuar la realidad.
Pero ¿qué es la realidad? es evidente que cada uno la percibe a su manera, por lo tanto, cuando vemos que la de otro no nos cuadra, deja de ser importante.
No nos gusta sentir que nos engañan y hacemos un conglomerado de ideas para así tener algo en claro. Esto viene a ser como muchos, la mayoría de los católicos, que remodelan el espíritu de su iglesia según les va entrando, según acomodan. Unos creen en Jesucristo, pero no en Dios, otros no creen en lo que dice el clero y algunos no creen en nada de lo establecido y se han buscado un nuevo modo de aplicar lo que le contaron. Ni entre los más afines, los que viven de eso o los cabecillas hay acuerdos. Luego nos dicen que es un ente vivo, cosa que se ve a la legua y se entiende que solo lo es para ellos. Pobres humanos que han aceptado que la religión les ha de sacar de dudas... pobres y a veces felices.
En otros casos, la realidad empieza a desleírse, como una pintura vieja. Y están los que intentan llegar a nuestras fachadas y volver a repintar. Estos se disfrazan de mil formas y sus idearios se van amoldando a lo nuevo, o a lo viejo caduco, sea como sea, usarán lo que convenga y dé beneficios.
Allí te quedas mirando, intentando entender y de reojo compruebas los que van entrando en el carro. Te haces algo... ecologista, vegetariano, yogafan, natural, defensor a ultranza de lo que sea, protestón, insumiso... es igual, porque todos los que te rodean, los que respetas empiezan a meterse también en estos ríos y te dejas llevar por el grupo. Nadie quiere sentirse excluido.
Es complicado destapar qué cosa se esconde detrás de cada uno de ellos. Nunca se tiene la certeza de que no hay un interés oculto y que a la larga lo que te parece tan bonito es algo que sirve para joder a otros, ahora o en el futuro.
Lo normal es que no pelees por la confianza, te la dan y punto. Pero en ocasiones, creo que siempre, hay que mirar más.
Si tienes un ratito, tira mano del enlace y no te lo creas. Porque no se debe creer uno nada... ni lo que parece bueno, ni lo malo... debe ser, el que está interesado, el que intente descubrir si lo dicho es real o solo una cosa más.

Hay miles de manos tirando de tus brazos, de nosotros depende si nos dejamos llevar por los que más colorines tengan y mejor campaña hagan, o por ende, debemos mirar debajo de sus alfombras a ver la basura que esconden. Que me da a mí que hoy en día pocas organizaciones tienen limpio el suelo que pisan.

jueves, 24 de octubre de 2013

¡Qué curioso, pensaba!... como siempre, mal.



¡Qué curioso, pensaba!
Pobre chica que se levanta tan contenta y piensa... parezco boba, no sé que lo mejor para sobrevivir es no pensar, es dejarse llevar por la corriente y que bastante tenemos con ir viendo en cuál de ellas, que no hay una sola, nos hemos de arrejuntar.
Claro que esto tiene sus pros y sus contras, tendré que meditar a ver qué es lo más interesante y menos costoso.
Si me apunto al carro azul ando en un equipo que gana partidos metiendo goles porque los árbitros no dictan falta. Bueno, eso está bien si me importase un carajo el futuro o el resto de los vecinos. Incluso si me apuras, a lo mejor, con suerte, puede ser que me den un cargo, no hace falta haber estudiado para esto (tampoco en los otros carros)
Estos son retorcidos en sus planteamientos, dicen una cosa y hacen otra, con el cuento de que "otros" obligan, siendo esos otros primos hermanos de ellos. Es como tener por jefe a tu cuñado... pero como paga bien...
Además, estos han conseguido que volvamos a las viejas costumbres, volvemos a tener "clases sociales" no como antes que parecían (solo parecía) se habían unificado un poco.
Esto me hace mucha gracia. Por lo que pude comprobar en el pasado, no es que por fin todos pudiésemos comprar en el mismo mercado, no; la cosa fue que pudimos comprar tan caro como ellos.
Por ejemplo: los ricos usaban zapatillas deportivas de tal marca, muy caras y con gran prestigio camuflado en calidad y colorines.
Los demás, o sea el resto, pudo comprar zapatillas deportivas de otras marcas, también con colorines, pero sin tanta calidad, ahora bien, igual de caras.
Por mucho que lo intentaron los ricos, los de este carro, seguían en sus trece y no es fácil entrar en ese círculo que no es vicioso, es necesario, para que el mundo rule a la paz de dios.
Ellos siempre viven en lugares hermosos... son hermosos porque hacen lo que las zapatillas y además suelen tener muchos esclavos que se ocupan de controlar que el resto ni se asome, no sea que lo contamine.
Sus colegios son privados, como todo lo suyo, y si me apuras, como todo lo de todos. Estos cuando crean un puesto de trabajo, te lo dan, como si te hiciesen un favor y como el currito es un poco despistado, además compra lo que ellos deciden, nunca podrá tener otro tipo de zapatillas... bueno, sí, podrá usar alpargatas que es más lo suyo natural.
Comen mejor... De esto no puede caber duda alguna. Lo más sano, lo mejor criado, lo más vitamínico lo hacen especialmente para estos. Si vas a un restaurante a comer, sus cocineros son siempre con estrellas, los otros solo tienen "mano para la cocina" y los llaman cocineros porque es un generalizar. Lo mismo pasa en los sitios donde comen, se llaman con nombres que casi no comprendemos, nada de "El Mejillón Alegre" o "Cá Pepe" y son tan especiales que se nota hasta cuando te pasan la factura.
En estos sitios no tienes que llamar al camarero nunca, parece que el tipo tiene poderes y aparece hasta cuándo ni se te había ocurrido que deseabas ser atendido. Las facturas te las traen adornadas, ponen una cajita, una carpeta que ni un rector y no se les nota nunca ese pinzamiento culero que suelen tener los otros, cuando esperan una buena propina. A estos no se les da, porque no queremos que piensen los hacemos de menos, claro que con los sueldos que cobran, ya son menos, pero esa es la cualidad. Esto también es una ventaja de andar entre azules.
Y así casi todo. No me gusta es ese deje que tienen al hablar, como si fuesen chulos pero constreñidos, disimulando una soberbia que viene como con apellido.
Lo cierto es que este tipo de personajes no son todos, los hay que nacieron en estas cunas y nunca llegaron a sentirse así. Ellos intentan que todos seamos iguales, pero con diferencias, lo que es una contradicción, pero no se dan cuenta.
Por otra parte están los que son rojos.
Estos tienen como ventaja que la pertenencia es casi una obligación, o eres azul o eres rojo, y en esto ganan si jugásemos a indios y vaqueros. A estos les da por tener esperanza, cosa que me parece un poco triste, no en sí la esperanza, que la pobre tiene buena fama pero a mi entender es cretina.
La esperanza siempre anda en anhelos, deseando mejoras, finales felices y eso, con lo que me da que vive en una zona donde no se es muy feliz, de serlo no se tendría tanta.
Los rojos son gente que tienen unas ideas muy singulares. Al principio pensé que lo que se buscaba era que todos nos igualásemos; imaginé un reparto ecuánime de las ventajas y los inconvenientes de vivir en sociedad, pero temo que ellos no lo ven así. Pugnan por quitar a los azules lo que tienen a fuerza de machacar, sin convencerles de que eso es bueno, pero además no les dan, como contraprestación, nada más que una quimera.
Igualar el planeta es complicado, porque todos tendríamos que dejar de lado lo de las zapatillas, de marca o de calidad, y andar, todo lo más con unas buenas, aquellas de las que suelen hablar los abuelos... "mira que buen paño, este dura toda la vida"... y claro, uno se ve sin colorines... que son un engañó, lo sé, pero no hay manera de que los rojos se den cuenta de que para vivir también hacen falta. Ya lo saben, que su esperanza es así, con colorines, pero lo disimulan.
Si me quedo con estos voy a tener que compartir, convivir y pelear. Ellos defienden a capa y espada la democracia y sencillamente gana la mayoría, pero nadie sabe lo mucho que cuesta convencerla. Es muy cansino tener que andar dando buenas explicaciones por todo, para que quede claro y no nos lleve por derroteros, a veces históricos, que no conducen a nada.
En este grupo se supone que no hay clases sociales, solo grupos, grandes, con más o menos poder. Se nos llamaría "militantes" y no me gusta mucho esto, suena mal. Creo que han olvidado que no se es soldado, que todo lo más de ser, seremos partícipes, trabajadores del bienestar, que no quiero saber que somos hijos de una misma camada, solo es cosa de pertenecer al mismo género y compartir el mismo planeta.
Estos están viviendo un momento curioso. Quieren que nos igualemos, pero tirando al alta, que no está mal, pero a la vez, andan todo el tiempo machacando el modo de vida de los otros. Que si no es sano, que si menosprecia a la naturaleza, que si tal o cual, y por supuesto todos quieren las zapatillas de calidad, como el buen paño de las abuelas, pero con colorines que lo haga fatuo y estacional.
Los coloraus estos me han defraudado, pensé que llegado el momento, cuando se hizo la voz, dirían cosas como que hay que repartir, por lo menos el trabajo, pero se quedaron con el que se tenía derecho y que era una mierda esta sociedad, sin hacer nada por llegar a una equidad. Les veo hacer pequeñas guerras, con diferentes banderas, cada uno con la de su gremio, a veces puede darse el caso de que se junten varios, pero solo para cosas puntuales, que parecen comunes.
Piden cultura pero la separan de la educación, como si uno pudiese hacerlo con facilidad, y no vale repartir este trabajo, no caen en que esto es obligación de todos, de cada uno, por separado y en cualquier momento o lugar.
Todos ven mal la pobreza, eso sí, pero que ni dios venga a quitarles lo que tienen y mucho menos para repartirlo. No son conscientes pero han creado otra clase social, la de los pobres que usan zapatillas de marca y no tienen para comer. Dirán que fueron los otros los autores de esta ignominia, pero no, ellos siempre tuvieron claro donde debían estar estos, solo que se les escapó de las manos, por un tiempo, no mucho, lo suficiente para que saltáramos de la bamba a la deportiva.
Quieren que todo sea público y de uso común, todo para todos, menos lo que es mío. Demasiados años intentando sisar a los azules, mucho tiempo sintiendo que esos, dan trabajo, como si esto fuese una bendición que llega de su mano. No han hecho mucho por ir demostrando que el dinero no lo es todo, que hacen falta hombres, tierras, aire... siempre esa sensación equívoca, a mi modo de ver, de que es una contraprestación. No lo es, unos tienen el poder, la empresa, el capital y otros tienen el hambre, la necesidad, “el derecho” (así, entrecomillas)... Todo queda un poco confuso, porque si bien puede ser que sean listos en lo social, lo rompen porque no parece lógico, aceptable, correcto, parece más un arrebato de envidia.
Mi padre decía que todos somos comunistas hasta que tenemos un duro... luego dejamos de serlo. Esto no está bien, no veo que la idea sea que todos tengamos las mismas opciones. Unos ni siquiera las quieren, solo desean que nadie las tenga.
Pensaba que ser rojo significaba pensar más en los demás y un poco menos en uno mismo; tener derecho por naturaleza es complicado, no hay pensamientos tan justos que hagan esto, y solo al nacer se tiene derecho a morir, nada más.
Hay otro color que también pulula por la ciudadanía, el verde. Estos no tienen una base tan antigua, han ido haciendo lo suyo a medida, a la medida de lo que les interesa. Primero entraron por la salud y luego poco a poco caminan por una especie de religión donde dios es la naturaleza y todo lo demás somos ocupas. A veces tienen buenas ideas, pero como no se pueden llevar a la práctica porque los de los otros colores no les dejan, se plantan en una pelea que más pareciesen amenazas.
No me gustan porque les veo que su verdad está por encima de las "verdades" de todos los demás y hay algo en ellos que les hace ser muy intransigentes, quizá sea que son creyentes a la más vieja usanza. Se agrupan y hacen cuadrilla, escuadrón, estos sí que militan, en el sentido militar. Dan poder y la mayor de las creencias a unos, quitándoselas a otros que podrían estar en el mismo grado de ciencia, solo porque no cuadran con el catecismo.
Se van por las ramas de una manera que parecen pájaros, y cantan, bailan, usan zapatillas de marca con aires de calidad y les encantaría tener un buen paño, pero no tienen claro que eso sea para toda la vida. Cuando lo tienen, el buen paño, lo enseñan tantas veces que al resto se le hace cansino y no digo nada cuando se empeñan en que todos lo usemos por nuestro bien, ese que solo es bien si ellos lo deciden.
Defienden obviedades y tópicos, con una alegría que más parecen salmos.
Da la sensación de que quieren que todos seamos iguales, pero ellos ya se han subido al carro y por mucho que llegue eso, estarán más altos, más sanos, más guapos que los demás.
Cuando les veo defender cosas que son importantes, siempre las mezclan con el futuro, como si el momento no fuese algo imprescindible. Y pelean por lo suyo, como todos, pero con pintura, haciendo una cosa curiosa en esto: usando pigmentos naturales en espráis de buena presión.
Poco a poco ganan terreno, por lo de los grupos, que me recuerdan mucho a la época en que los cristianos, para hacer que la juventud se acercase, ponía a su disposición los bajos de las parroquias. Vigilaban con manga ancha los centros, organizaban fiestas y excursiones entre misa y misa... pero a todos los tenían cogidos por un cuento u otro, que es mejor tener al diablo como vecino que no saber dónde anda.
Tampoco les he visto muchas ganas de repartir, aunque parezcan generosos debajo de lo que dan siempre hay un prospecto de uso, una obligación en el aceptar. Tanto proselitismo me molesta, tanta imposición, cuando tienen algo de poder, me mosquea y no me da buena "vibración"
Estos más que ninguno han creado clases, a lo mejor no las llaman "media" o "alta", pero lo hacen y son los que más señalan con el dedo, para luego decir que cada uno es libre de hacer lo que quiera. Lo que quiera y de poder, hasta que te dejen. En lo profundo son médicos que nos quieren sanar por cojones.
No sé, tengo que pensar más a ver donde me meto. No me gusta nada esta sociedad en la que vivo, creo que al paso que vamos, me voy a empezar a buscar un mundo aparte, uno que esté a medias entre unos y otros, pero que tenga una buena valla que delimite mi espacio.
No hay modo de llegar a un acuerdo, los ricos siempre lucharan por no perder lo que tienen, podrá cambiar de mano, seguramente a sus hijos, pero seguirá en la familia. Ellos heredan y nos dan lo que puede ser beneficioso. Los rojos seguirán peleando para que lo que estos den sea mayor, intentando que llegue a ser un derecho de nacimiento. Qué menos mal se hace así, porque si no, seguiríamos abandonados, peor que los esclavos.
No han de sublevarse, se dan cuenta de que para terminar con esos estatus tendrían que matar y cuando hicieron las leyes, no lo pensaron.
Ninguno de los tres tiene más dios que el dinero, por mucho que digan, por mucho que me moleste, es lo que mueve el mundo.
Todos quieren la felicidad, la suya, en un modo egocéntrico y todo lo más generoso, para nada altruista. Nos han de permitir vivir porque les interesa... ¡Triste de mí! me veo sola en estas cavilaciones, me veo igual que ellos, soberbia, egocéntrica, con poca esperanza... y es que de a poco que uno se mire, deben ser los genes los culpables, la voluntad está supeditada a si hoy, hace un buen día. Así no hay quien viva... bien.

viernes, 18 de octubre de 2013

¿ES MODA O POSTUREO LA ECOLOGÍA?


Desde hace mucho que me peleo con el personal por algunas cosas que me mosquean; a ellos les parece tan normales, tan aceptables…
 Son aceptadas por todos y los que no lo tienen tan claro, en muchas ocasiones, no lo pueden, no lo podemos, soltar así, de cuajo, por varias razones.
Una es que los temas suelen ser extensos y densos, y que a la mayoría nos falta información, o si la tenemos, por lo menos en mi caso, también me produce muchas dudas de que sea real.
Otro fondo es que los temas tienen costra. Se crea a su alrededor un aura, una capa, que nos dice que no es pertinente, oportuno, la discusión, bien por parecer lo que no somos o por dejar ver lo que sí, pero que no nos interesa que se sepa, ya que ésta sociedad se mueve mucho por las sensaciones que tenemos de los otros y se pierde o se gana por ese impacto que te puedes llevas si sueltas algo fuerte, o simplemente, que no sea acorde con los otros, y te tachen de las listas de la gente "normal" según el grupo.
El no querer hacer daño, por llevar la contra, también cuenta. Es posible que cuando niegas una afirmación a otro, o le corriges en algo que defiende y puede ser que tú tengas claro la realidad, por estudio, por ciencia, desde luego, sea que la distancia es tan enorme que al final pareciese que le llamas tonto, como lo más bonito.
O bien, que sientas el engaño, ese que me da es el que flota en el ambiente y en el que los preocupados por informarse encuentran vacíos o capas de falsedades para despistar a una población que solo quiere vivir tranquila y no le dejan. A veces ser ignorante es mucho más relajado que saber, más barato y efectivo.
Veo la historia esta del ecologismo y no me gusta. Siempre tengo una sensación de que me quieren estar vendiendo algo, reconozco las técnicas de captación, tipo religioso, como una secta y... no me gusta. Mi normal razón, mi lógica hacia las cosas, me hace ver que hay huecos, mentiras o verdades deformadas y cuando me preocupo de investigar un poco de donde viene tanta fe, me doy cuenta de que mucho de lo dicho ha nacido de las bocas de los mejores charlatanes. Poca ciencia rodea el tema, la de verdad, la de ensayo y error, la que no busca el acierto, sino el fallo de la premisa... la que prueba y comprueba miles de veces lo que parece ser es una verdad.
Hoy leía este artículo y tampoco me convence. Tiene razón el tipo cuando dice que gracias a la producción en masa de la agricultura podemos alimentarnos todos, pero deja de lado los grandes destrozos que causamos por esto. La agricultura siempre me pareció eso... agri y cultura, una manera de vivir que se rompe cuando es una manera de vivir para llenar las estanterías de un Carrefour cualquiera. Todos queremos tener a mano lo que nos sirve de alimentación, poder conseguirlo todo el tiempo y a poder ser, poder pagarlo. Poco importa en mi dieta si no toca comer naranjas, porque las puedo encontrar siempre y mi reloj alimentario lo sabe. No se pregunta si son muy naturales o si llevan meses en un congelador previa ducha de no sé qué asquerosidad... eso no cuenta.
Lo de la “eco” es harina de otro costal. Queda bien decir que eres de los que comen productos así, que tu ropa tiene tejidos tal o que tus muebles son de madera cual...
Al principio nos invadió el tema de ser "Naturales" y nos rodeamos de linos y maderas. Casi decir que eras vegetariano era una categoría social. Luego cuando lo de seguir... no sé, talando árboles para poder tener unos "naturales" muebles, se hizo denuncia, lo dejamos. Nos pasamos a la reutilización, ya no se talan árboles, ¡ja!
Recuerdo que hace muchos años me vi en una manifestación de gente que gritaba al mundo que nos cargábamos el planeta, que había que ser ecológicos y utilizar lo natural. En esto metían las cosas hechas con cariño, artesanías varias, la agricultura de zona, los productos sin conservantes, la bici... ¡Era tan bonito! Y les miraba denunciando a los que comíamos carne o pescado por esquilmar la tierra, a los de los coches por contaminarla, etc, etc. En una de esas pensé hasta qué punto se lo creían...
Tomé de entre los muchos que allí había cinco, tres chicos y dos chicas, que a simple vista me parecían los más enterados.
No puedo recordar bien la estadística que hice, pero no me olvido de que los cinco usaban calzado con cuero, algodón en sus ropas de distintas procedencias, más tirando al Made in India, donde ni se sabe lo que se contamina con los tintes o lo que se machaca a los obreros de las tejedurías (se sabe). Alguno llevaba un bonito y modernete reloj y casi todos adornos identificativos, bien como pertenecientes a un grupo, bien solo por estética y todos hechos de buen metal y encantador plástico. Al rato, cuando decayó el ánimo se fueron todo contentos a beberse unas cervezas y hacerse unos cigarritos (o lo que fuesen). Todos tenían un teléfono móvil.
En otras ocasiones he preguntado a los agricultores por este tema. Los viejos se ríen de nuestras tontadas, que les parece eso, tontadas. Recuerdan las ocasiones en que la totalidad de la producción familiar se les había ido al carajo por unos pequeños bichillos que no pudieron liquidar. Y saben que de permitir eso, el campo se queda vacío, la gente tiene que cubrir sus necesidades con su trabajo y no es el caso de que tenga uno que sufrir todo el tiempo. Las granizadas no se pueden evitar, una sequia, pero un pulgón sí. Muchos pueblos tuvieron que emigrar porque una plaga acabó con las cosechas.
Otros, los que lo intentan hacer sin ningún tipo de insecticidas, también lo consiguen. Muchas horas encima de los caballones, muchas regando, controlando las hierbas, cada bichillo que aparece... y luego la producción es lo que es, nunca tiene esa bonita forma o el brillo que a la larga tenemos en nuestras cabezas como recuerdo de lo que es sano.
Nadie se imagina a la bruja de Blanca Nieves con una manzana ecológica, porque los de Disney nos contaron que eso, las manzanas tenían que ser una cosa así, de brillante tono y forma perfecta.
Lo triste del caso es que en mi cabeza tengo sabores del pasado que pocas veces encuentro hoy en día. A lo mejor es que los sublimé, los tengo en una repisa especial y no hay manera de encontrarlos. Las cosas eco no me llegan a saber a lo que recuerdo. Entiendo que estén mucho menos contaminadas, que esto me gusta y lo necesito; pero no puedo pagarlas.
Esto es un poco como cuando se empezó a decir a los viejos que debían dejar de alimentarse como lo hacían, que el jamón serrano era primordial o el aceite de oliva. Vale, no lo dudo, pero a ver cuántos viejitos podían llevar ese ritmo de vida. No olviden que nosotros, los que tenemos una edad, teníamos una alimentación diferente a diario y otra para las fiestas de guardar, sin olvidar la que llegaba en días súper especiales.
La gente usaba aceite de oliva solo para las ensaladas, para crudos, o el pescado blanco se comía si estabas mal de la barriga, que era muy caro. Somos hijos de la sardina más que de la anchoa que se vendía por docenas. Diles a los pensionistas que no pueden comer cerdo, que tiren de ternera... al doble de precio. Estas cosas pasaban y pasan, solo que ahora no les dices eso, les dices que coman fruta y en esas he visto un montón de abuelas mareadas cuando llegan a la frutería y ven que cuatro naranjas valen lo que medio pollo... pollo desnaturalizado, claro!
Por estas cosas no tengo nada claro que el tema este sea real. Ni este tipo que defiende el consumo de transgénicos, por muy científico que sea, ni los otros que lo machacan, que también hay científicos que mantienen esta postura. Lo suyo es ponerme del lado de los que aun no han conseguido subir en la escala de los ladrones iluminados, los que no pertenecen aun a esas corporaciones que cada día tengo más claro no hacen nada por nosotros, solo quieren más y más, y lo curioso es que me da que ya no es dinero lo que desean. Es nuestra voluntad, la vida misma que la quieren solo para ellos.El bioquímico defiende que la causa verde es “moda y ‘postureo”

martes, 15 de octubre de 2013

Banksy en su web nos muestra un clip desalentador. ¿Somos unos esnobistas del arte?




Esta mañana he visto, he creído ver, a un artista señalando. Es cierto que los artistas siempre señalan o casi siempre, de tal modo que cuando no lo hacen, uno tiene la sensación de ser apuntado. Esto no está mal, si pintas o escribes poesía; siempre un punto al lado de la pincelada, o de la palabra, nos encontraremos con un medio que nos lleva a lugares mejores, a un lugar de fantasía, tenga el color que tenga.
La web es de un muchacho, ya hombre, que pinta bien, pero casi es mejor lo que dice con su pintura. Bodegones de la realidad instalados en el gran lienzo de lo cotidiano, donde se vive o se malvive. Son, como mensajes recordatorio.
El pintor intenta ser una persona anónima, muchas obras ni se firman, muchas quedan solo para que los mirones las disfruten tal cual son, pintadas en la calle, un grafiti diferente, más sencillo que las explosiones de color de los otros chicos.
Hoy la obra callejera de este autor se considera a la altura de los grandes, se recortan trozos de los edificios y alcanzan una cantidad impresionante de dinero.
En una de esas, el tipo, que es tan listo como buen pintor, quiere saber hasta qué punto su arte gusta más por si mismo que por la popularidad que se ha conseguido gracias internet. Se monta un puesto en medio de una gran avenida, pone a la venta a unos precios muy bajos, muy normales, unas cuantas piezas y van pasando todos esos que lo admiran cuando ven la buena crítica en los medios. Muchos, a buen seguro, han ido a fotografiar esa pieza que aun se mantiene en su lugar, en la calle, a ras del suelo. Pasan sin ni siquiera fijarse, les importa poco este arte que si lo aplaudes te hace chic... Solo unas pocas personas compran alguna pieza, por gusto, porque sí. El resto, si ha mirado no ha visto nada.
Veo esta acción, en el clip que puedes ver en su web, un resumen de un día magnífico, un día en el que con un poco de suerte vemos lo mucho que nos manipulan; el gusto, el sentido, las ganas...

Otra de las cosas que saco en duda, triste y razonable duda, es el pensar que de no ser por la popularidad, por una buena campaña de valor, de catalogación como cultura, serían ensalzadas muchas obras que a mi entender son de un soso que se mueren, o una simple broma de autor, un vacile más solo por ver hasta qué punto llegamos con ese esnobismo que nos caracteriza, vivas donde vivas y pertenezcas al grupo social que pertenezcas. Muy dados somos a llamar arte a la artesanía y exquisitez a lo que se convierte en vulgar.

NO TENEMOS MEMORIA.


Ya se empieza a notar el otoño, claro que como se descuide este año diremos que las estaciones se han corrido y es que ya no sabemos ni en qué tiempo estamos. Unas veces llueve a mares cuando debería nevar, o hace un sol de carallo cuando acabamos de comer las uvas del fin. No sabemos y lo curioso es que en esto de las temperaturas y los climas tenemos muy poca memoria, ninguna.
Cada vez que pasa una desgraciada inclemencia en la tele buscan al más desmemoriado y dice todo serio: "Hum... esto... esto no lo recuerdo yo... esto no pasaba antes" Y pasaba, claro que pasaba... pero curiosamente no se recuerda. A ver si es que es por esto, por falta de memoria que sufrimos lo que nos pasa, a todos los niveles.
Nos rompemos la cabeza pensando porque hicimos tal o cual cosa, y me da que es por esta particularidad que tenemos, o mejor, que no tenemos, la memoria. Nos pasamos el tiempo guardando datos, sensaciones o lo que sea, que a la hora de la verdad no nos sirven de mucho. Siempre picando, siempre tropezando en las mismas piedras, como si no tuviésemos otra, como si no hubiese un camino mejor.
La política es una muestra de esto... y lo saben bien, por eso actúan como actúan, por eso se preparan tanto para que solo recuerdes que hubo un tiempo en que la tierra tembló, pero sin definir la causa. Y como somos un poco vagos a la hora de regresar al pasado, nos quedamos con las sensaciones más actuales; que es posible sean las del último anuncio publicitario que nos lancen.
No es tarde, nunca es tarde, si la bicha es buena, y por esto, propongo un juego de memoria, uno que sea fácil, con pocos casilleros y ni dados hacen falta... A lo mejor, empezamos a dejar que no sea la suerte la que les llegue a estos tipos impresentables.
Nombre, cargos, acción y razón. Ya está hecho el tablero... apuntas esas cuatro cosas. Las tres primeras son reales, no hay otra, pero el de "Razón"... en ese solo es cuestión de repasar, de ver si lo dicho se hizo, de ver si lo hecho, funcionó. Es un juego que se puede tomar de dos maneras, a lo egocentrista o pensando en el bienestar general... Da igual, lo mires por donde lo mires... serán tantas las acepciones que rellenarán esta casilla que a la de tres quedará eliminado.
Al final, algo que nos parecía tan costoso de recordar, será lo que nos acerque a la realidad, algo que nos diga que no necesitamos gente como esta... Lo costoso va a ser buscar otros que merezcan un nuevo tablero, costosísimo y triste de tan difícil que lo veo.
No recuerdo la última vez que hizo este sol... ah! perdón, ayer, pero nunca lució tanto, si el día se presenta bien.

viernes, 11 de octubre de 2013

CHEMTRAILS, LOS AVIONES POR DENTRO. LA CRUDA REALIDAD... NO RESPIRES.


En alguna ocasión he subido alguna fotografía del cielo con esas líneas blancas que parecen nubes que se estiran... Pensamos que son los chorros de vapor inocuo de los aviones, pero curiosamente no siguen las rutas normales. Me gusta ver los cielos y controlo que si vas hacía el norte de Europa desde Alicante, puedes ver Altea. Tengo una web donde a veces cotilleo por donde andan estos magníficos trastos que se elevan cargados de gente y cosas, y esos que hacen las rayas no salen. Es curioso y muy extraño, el cielo es algo serio y no dejan que nadie se meta... suponemos... Sin embargo muchas son las veces que hemos visto unas cuantas, demasiadas, líneas de estas haciendo un entramado no posible en zonas, donde ni siquiera hay aeropuertos cercanos, es el caso de que se crucen tantos aviones a la vez. Uno puede pensar que es el mismo que juega, pero la aviación es seria, se supone.
Hay cientos de webs que hablan de los chemtrails, incluso han ido al gobierno de Europa a que les expliquen de qué va todo esto, que ningún estamento quiere tocar. En la mayoría de los casos la gente dice que nos están gaseando. Han estudiado lo que suele caer, en ocasiones, una especie de tela de araña que se disuelve al rato, o algo similar a la espuma de jabón. Han analizado los residuos y suelen tener componentes metálicos y otras cosas sin identificar.
Muchos tenemos miedo. No dan respuestas, cuentan cosas sin mucho sentido, cosas que se escapan a la lógica y me parece que poco a poco voy teniendo más claro que sí, que nos gasean con algo.
En una web de esas que buscan el modo de no llegar al punto de la conspiración e intentan aclarar que los fantasmas no existen (me gusta el realismo) decían que esto son inventos, que nadie en su juicio echaría nada al viento teniendo en cuenta que sus familiares, ellos mismos, también respiran esos aires. O que no se tenía constancia de que ningún piloto hubiese hablado o que con tantas líneas como hay serían muchísimos aparatos en vuelo, las toneladas que haría falta para esto, las fábricas y nunca se habían visto en tierra... cosas así para desprestigiar a los que, como yo, buscan una explicación.
Lo del tema de la fabricación de… lo que sea que tiren, diré, solo como ejemplo tonto, que cuando en Suiza unos científicos descubrieron el LSD el gobierno americano, uno de sus ramales secretos, compró treinta kilos de esto. No sé si conoces, pero con eso se pueden hacer dosis para dejar en la psicodelia, durante un mes, a todos los habitantes de USA. Esa cantidad entra en un bidón.
Bien, pues si tienes un poco de curiosidad sobre este tema, no te pierdas esta web. No es un grupo de alucinados que esperan el fin del mundo o que creen que los Mayas y los de las Pirámides son familia.
Apuesto algo a que te vas a quedar con la boca abierta, como yo, pero amigo, ciérrala ya mismo... ahora sí que tengo claro que nos están gaseando... y que hay un grupo en alguna parte queriendo jugar con nuestra salud. Lo de Monsanto es para temblar, pero ahora ya con esto... es para cambiar de planeta.

MUNDO KAFKIANO.... Globalmente hablando.


¡A los buenos días!
Un amigo subía una fotografía de él, feliz, que es un poeta feliz; poeta y político, de un país que poco a poco y gracias a él voy descubriendo.
La foto estaba tomada en Bélgica y es un termómetro grandote, azul, con un enunciado: KAFKA INDEX y al final debajo del termómetro hay un cubo de basura.
Los de Kafka.be, son una asociación belga con un lema que me gusta: "La Simplification fait la Force" y se lo trabajan. Exponen esas cosas, en la, por la burocracia, que son tan obvias que nos parece idiota que se lleven a cabo, año tras año, siglo tras siglo.
Si tuviese que hacer una lista de las mil tontadas que veo o sufro, o casi ni soy consciente, se alargaría bastante. Vivimos en un mundo donde por el solo hecho de que las acciones se conviertan en cotidianas las aceptamos, como si fuesen imposibles de apartar. No es cierto, nos engañan con mil cuentos y a estas alturas creo que nos gusta; quizás lo que menos nos guste sea el tener que ponernos a trabajar para triar lo inútil de lo necesario y cambiar las cosas.
Hace mucho que entendí cuando alguien decía aquello de... "¡Es kafkiano!"... y siento ver que hace mucho, también, que ya no pienso en esto. Me da que mi conformismo me ha arrebatado la razón, el razonamiento, que estoy metida de tal manera en el Todo que no veo lo que de verdad esconde.
Miro, nos miro y presiento que el engaño se está convirtiendo en verdad, de tanto decirlo. Y es terrible, porque si uno se cree las necesidades falsas, los falsos aplausos, el reconocimiento de los mediocres, no será capaz de mejorar como persona. Será un borreguito más de esos que amplían el mondo y que de haber alguien con cabeza diga: "¡Es kafkiano!"
Nos engañan, pero ¿queremos que nos engañen? ¿Contesto? ¡Sí! y sí muchas veces.
Vemos abusos y justificamos. Vemos demócratas que en grupo se convierten en un dictador de muchos nombres. Vemos que se hacen cosas sin sentido y callamos. Lo vemos, pero siempre con esa sensación de lejanía, como cuando uno leía al gran Kafka y tenía la sensación de que el hombre exageraba, hasta que ves América y la reconoces, o te sientes una cucaracha dejada de la mano de dios.
No podemos seguir así, inventando historias para vivir una realidad; ya inflamos tanto el globo que me parece que la única salida es que explote, creo que es más sencillo quedarnos sin eso, que seguir soportando la carga de los que no paran de soplar.