martes, 10 de septiembre de 2013

Entender, no entiendo. Ni hagan una fila, ni vistan uniforme... no nos quieren.


Muchas son las ocasiones en las que uso de este medio para decir lo que pienso, lo que creo que pienso... Por lo general lo que veo, me gusta, me enseña a conocer los gustos de los demás, las inquietudes o los deseos, y me solidarizo por eso, por la libertad que representa lo que cada cual quiere aportar a esta pequeña sociedad de "amigos" que nos vemos cada día.
Veo gente que ama la música, la pintura, el arte en general... Otros gustan de la alimentación o de los trucos informáticos. Todo es "buen provecho" y mejor digestión.
Entre los míos hay gente de todo el planeta, de los lugares más dispares y cuando los veo, cada uno con su particularidades, me pregunto si en algún momento alguno se ha dado cuenta de que esto, es pura churra del destino. Ninguno de los nacidos hasta ahora ha decidido donde lo haría. Unos tienen suerte y caen en el polvo de un par de blanquitos de clase media alta, otros no tuvieron tanta suerte y le tocó un país de esos en los que no se respeta la vida.
Es curioso que en esto, sin decir nada, asumimos que los venideros serán personas afines, los educaremos para esto. Y es la educación la que nos hace ir marcando el rumbo para ser buenas o malas personas. Egoístas o generosas, nos crían como pueden y mejor les conviene y luego cuando llegas a una edad en la que crees que lo sabes todo, resulta que eso que te ata a una tierra, por ejemplo, no es más que una casualidad.
Imagino qué pasaría si fuese cierto aquello de las cigüeñas y por un día se volviesen locas... niños rubitos en Somalía, negritos en Canadá o catalanes en Andalucía. La cosa se liaría mucho, eso que cada uno tiene preparado en la cuna, cambiaría de color y es posible que el lenguaje fuese el mismo, sin importar que cariz.
No comprendo, por más que lo pienso, ese aferrarse a las cosas, a la tierra... a las personas, lo entiendo, son nuestro apoyo, pero ¿lo demás?
Vemos países enteros en la desesperación más horrible, sus ciudadanos muertos por batallas que no entienden, por el hambre que los asola o la inmundicia de dictadores, grandes o pequeños; veo que el planeta se resiente por nuestra barbarie y que la enfermedad no tiene cura... Y siento que en esas, algunos quieren hacerse más pequeños, como si así pensasen que la miseria no les ha de tocar. No lo entiendo, de verdad que no, porque no son una excepción y a la hora de necesitar… a todos han de pedir. 

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