lunes, 14 de enero de 2013


Hubo un tiempo en que todos se reían de las bromas, sí, se podía incluso hacer chistes sobre el futuro y nadie se escandalizaba, porque no tenías más que mirar por la ventana y... y disfrutar de un paisaje velado. Grandes grúas amarillas, naranjas, blancas, que parecían flores en un jardín lleno de esperanzas. Había para todo y para todos, solo tenías que pedirlo; incluso si tenías un niño te pasaban una pasta... qué tiempos de felicidad. Los que estudiaban lo hacían a gusto, con facilidades, por puro placer, llenando la caja de los conocimientos sin objeción, no importaba que un master costase lo que un coche, era tu futuro, no importaba que hubiese clases enormes con dos docentes y solo fuesen cuatro que no caldeaban el ambiente. Por un momento tuvimos la mente amplia y había estudios para todo y si no, mandabas al niño a un país extranjero, sin intercambios, que vete a saber lo que te tocaba y te lo podías permitir.
Conozco gente sobradamente preparada... qué frase es esa? nadie está sobrado de nada y por supuesto nos merecemos bocadillos de jamón. Solo hay un pequeño problema, uno tonto, al parecer... no hay dinero. Se busca, se tiene la sensación de que alguno se comió tu queso y no sabes donde anda. Busca, busca... a lo mejor está debajo de un edificiomonumento de esos que tienen placa y que se hicieron a costa de mandatarios que se piensan que eso, son medallas merecidas. Quizás esté en lo que algunos llaman "derroche" y que a veces parece una marca de coche o un viaje a Cancun. No sé donde anda, pero desapareció. Ahora cuando nos asomamos a la ventana retiramos la cortina y no hay grúas, ni nada que de la sensación de que se pueda hacer chistes sobre el futuro, como no se hacen sobre la enfermedad. Se toca la fibra moral con frases que solo sirven para cuando hay un real bienestar y ninguno piensa en el otro, ni tengan mil estudios, mil cursos que solo parece les prepararon para su propio disfrute. Ser egoístas no es un chiste, es una opción y muchos se preparan para eso toda la vida.
No se me entienda mal, comprendo a estos chicos que tanto se han preparado, ellos, como todos piden cordura para eso que parecía se les preparaba; me da pena ver que no se les ha enseñado nada que realmente valga la pena. Nadie les habló que a veces los tópicos nacen de una realidad llena de vicios. ¿Qué hacemos con los niños de pañales de oro? 

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